Page 25 - San Miguel 2024 enero
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Santa Teresa, modelo de apostolico celo


            He aquí extractos de la audiencia general del Papa
        Francisco en la Plaza de San Pedro el 7 de junio de
        2023, cuando citó a Santa Teresa de Lisieux como mo-
        delo de celo apostólico:
            Están aquí delante de nosotros las reliquias de san-
        ta Teresa del Niño Jesús, patrona universal de las mi-
        siones. Es hermoso que esto suceda mientras estamos
        reflexionando  sobre  la  pasión  por  la  evangelización,
        sobre el celo apostólico. Hoy, por tanto, dejémonos
        ayudar por el testimonio de santa Teresita. Ella nació
        hace 150 años, y en este aniversario tengo intención
        de dedicarle una Carta Apostólica (ver página 27).
            Es patrona de las misiones, pero nunca estuvo en
        misión: ¿cómo se explica esto? Era una monja carme-
        lita y su vida estuvo bajo el signo de la pequeñez y    El Papa se recoge ante las reliquias de Santa Teresa
        la debilidad: ella misma se definía “un pequeño grano   tantes había salido de la prisión de su egoísmo y de su
        de arena”. De salud frágil murió con tan solo 24 años.   lamento; empezó a sentir que “la caridad le entraba en
        Pero, aunque su cuerpo estaba enfermo, su corazón    el corazón, con la necesidad de olvidarse de sí misma”
        era vibrante, era misionero. En su “diario” cuenta que   (cfr. Manuscrito A, 133-134). Desde entonces dirigió su
        ser misionera era su deseo y que quería serlo no solo   celo a los otros, para que encontraran a Dios y en vez de
        por algunos años, sino para toda la vida, es más, hasta   buscar consolación para sí se propuso «consolar a Je-
        el fin del mundo.                                    sús, hacerlo amar por las almas», porque —anotó Tere-
            Teresa fue “hermana espiritual” de diversos misio-  sa— «Jesús está enfermo de amor y [...] la enfermedad
        neros: desde el monasterio los acompañaba con sus    del amor sólo se cura con amor». Este es el propósito
        cartas, con la oración y ofreciendo por ellos continuos   de todas sus jornadas: «hacer amar a Jesús», interceder
        sacrificios. Sin aparecer intercedía por las misiones,   para que los otros lo amaran. Escribió: «Quisiera salvar
        como un motor que, escondido, da a un vehículo la    las almas y olvidarme por ellos: quisiera salvarles tam-
        fuerza para ir adelante. Sin embargo, a menudo no fue   bién después de mi muerte» (Carta al P. Roullan, 19 de
        entendida por las hermanas monjas: obtuvo de ellas   marzo de 1897). En más de una ocasión dijo: «Pasaré
        “más espinas que rosas”, pero aceptó todo con amor,   mi cielo a hacer el bien en la tierra». Este es el primer
        con paciencia, ofreciendo junto a la enfermedad, tam-  episodio que le cambió la vida a los 14 años.
        bién las críticas y las incomprensiones. Y lo hizo con   Hermanos y hermanas, esta es la fuerza de la in-
        alegría, lo hizo por las necesidades de la Iglesia, para   tercesión movida por la caridad, este es el motor de la
        que, como decía, se esparcieran “rosas sobre todos”,   misión. De hecho, los misioneros, de los que Teresa
        sobre todo sobre los más alejados.                   es patrona, no son solo los que hacen mucho camino,
            Pero ahora, me pregunto, podemos preguntarnos    aprenden lenguas nuevas, hacen obras de bien y son
        nosotros, todo este celo, esta fuerza misionera y esta   muy  buenos  anunciando;  no,  misionero  es  también
        alegría  de  interceder  ¿de  dónde  llegan?  Nos  ayudan   cualquiera que vive, donde se encuentra, como instru-
        a entenderlo dos episodios, que sucedieron antes de   mento del amor de Dios; es quien hace de todo para
        que Teresa entrara en el monasterio. El primero se re-  que, a través de su testimonio, su oración, su interce-
        fiere al día que le cambió la vida, la Navidad de 1886,   sión, Jesús pase.
        cuando Dios obró un milagro en su corazón. A Teresa      Y este es el celo apostólico que, recordémoslo
        le quedaban poco para cumplir catorce años. Siendo la   siempre, no funciona nunca por proselitismo —¡nun-
        hija más pequeña, en casa era mimada por todos, pero   ca!— o por constricción —¡nunca!—,  sino por atrac-
        no “malcriada”. Al volver de la Misa de medianoche,   ción: la fe nace por atracción, uno no se vuelve cris-
        el padre, muy cansado, no tenía ganas de asistir a la   tiano porque sea forzado por alguien, no, sino porque
        apertura de los regalos de la hija y dijo: «¡Menos mal   es tocado por el amor. La Iglesia, antes que muchos
        que es el último año!», porque a los 15 años ya no se   medios, métodos y estructuras, que a veces distraen
        hacía. Teresa, de carácter muy sensible y propensa a   de lo esencial, necesita corazones como el de Teresa,
        las lágrimas, se sintió mal, subió a su habitación y llo-  corazones que atraen al amor y acercan a Dios. Pida-
        ró. Pero rápido se repuso de las lágrimas, bajó y llena   mos a la santa —tenemos las reliquias, aquí—, pida-
        de alegría, fue ella la que animó al padre.          mos a la santa la gracia de superar nuestro egoísmo y
            ¿Qué había pasado? Que, en esa noche, en la que   pidamos la pasión de interceder para que esta atrac-
        Jesús se había  hecho débil por amor, ella  se volvió   ción sea más grande en la gente y para que Jesús sea
        fuerte de ánimo. Un verdadero milagro: en pocos ins-  conocido y amado. v


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