Page 21 - San Miguel 2024 enero
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Gualterio de Varennes, caballero de San Luis. María   el nombre de su fundador, el hospital Charon, que se
        Margarita (el uso en el tiempo,  hará que prevalezca el   encontraba en decadencia. Dos sacerdotes de la orden
        nombre de Margarita) ella sería la primogénita de una   de san Sulpicio, los padres Lescöat y Normant, respon-
        familia de seis hijos. Huérfana de padre desde los siete   sables sucesivamente de la parroquia de Notre-Dame,
        años, Margarita entra desde muy niña en situación de     intentan rehabilitar y salvar esa institución, que resulta
        miseria. Para poder mantener a su familia, su padre   indispensable para los pobres de la ciudad.
        sólo disponía de su escaso sueldo de oficial, es decir,   En el siglo xviii, los hospitales no se especializa-
        lo justo para no perecer de hambre. Tras su muerte,   ban en cuidados médicos como en la actualidad, sino
        su viuda y sus seis hijos se ven obligados a mendigar.   que eran más bien lugares de acogida para todo tipo
        Transcurren seis años de penosa espera antes de que   de problemas. Tras la muerte del padre Lescöat, el
        la viuda pueda recibir una irrisoria pensión con la cual   padre Normant se convierte en director espiritual de
        poder sacar adelante a su familia. Gracias a la ayuda   Margarita de Youville. Se percata de lo piadosa que
        de personas caritativas, Margarita estará dos años in-  es esa joven, que llora con sinceridad al marido que
        terna en las Ursulinas de Quebec, donde recibe una   tan poco la merecía.  Piensa en esa madre dedicán-
        intensa educación religiosa, en perfecta armonía con   dose a la educación de los hijos, Francisco y Carlos,
        la formación que había recibido en el seno de su fa-  futuros sacerdotes. Se imagina a esa mujer visitando
        milia. A la edad de doce años, regresa con los suyos   a los pobres, a los enfermos, dirigiéndose al hospital
        para ayudar a su madre en las tareas domésticas y en   general para remendar los harapos de algunos indi-
        la educación de sus hermanos y hermanas.             gentes desamparados y mugrientos, y se da cuenta de
            El  12 de  agosto  de                            la ingeniosidad de esa persona caritativa y de su ma-
        1722, contrae matrimonio                             ravilloso espíritu de iniciativa. A las importantes cua-
        con Francisco de You-                                lidades naturales que Dios le había dado, ésta añade
        ville, apuesto caballero,                            además un amor íntimo hacia Dios Padre, formando
        pero también aventurero                              nosotros parte del espíritu de hijos adoptivos que nos
        de  dudosas  costumbres,                             hace exclamar: ¡Abbá, Padre! (Rm 8, 15), con confian-
        hijo de un traficante  de                            za casi temeraria en la Providencia del Padre, que nun-
        pieles y de alcohol, y a                             ca abandona a quienes trabajan por la santificación de
        su vez también traficante.                           su nombre y por la venida de su reino.
        En pocos años, dilapida                                  Para el padre Normant,
        sus bienes y destruye su                             esa mujer era capaz de re-
        salud  y  la  felicidad  de  su                      habilitar el hospital, para
        esposa. Él muere en 1730,                            cuyo fin Dios la convertiría
        a la edad de 28 años, tras                           quizás en madre de una
        ocho años de infortuna-                              familia religiosa. Así pues,
        do matrimonio, dejando                               imbuido de estas ideas,
        como legado a su viuda muchas deudas y dos hijos     propone a Margarita  de
        muy pequeños, además del embarazo de un tercero      Youville que acepte en su
        (otros cuatro habían muerto al nacer). Margarita acep-  casa a algunos pobres, lo
        ta  todas esas  pruebas  con  valentía  y  espíritu  de  fé.   que  resultará  un  novicia-
        Sabe que la solicitud de la divina Providencia es con-  do muy positivo para  la
        creta e inmediata, que se preocupa de todo, desde las   tarea  que estaba  por lle-
        cosas más pequeñas hasta los grandes acontecimien-   gar. Tiempo después, el
        tos del mundo y de la historia. Porque Jesús exige un   sacerdote le consigue una
        abandono filial a la Providencia del Padre celestial, que   compañera  y, al  cabo de
        atiende a las necesidades más urgentes de sus hijos:   poco tiempo, otras dos jó-
        No andéis pues preocupados diciendo: ¿Qué vamos a    venes se unen a ellas, por     El 21 de noviembre de
        comer? ¿Qué vamos a beber?... ya sabe vuestro Padre   lo que se instalan  en una   1737, fiesta de la Presenta-
        celestial que tenéis necesidad de todas ellas. Buscad   casa arrendada, con cinco   ción de María en el Templo,
        primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se   pobres que enseguida  lle-  Margarita acoge en su casa
        os darán por añadidura (Mt 6, 31-33).                garán  a  ser diez.  Transcu-  a una ciega. Este gesto de
                    «Consuélese, señora...»                  rre el año 1737, y ése será   hospitalidad fue el punto de
                                                             el  núcleo  de  una  nueva   partida de una gran aventu-
            Todas esas pruebas dieron frutos de santificación   comunidad.  Sin  embargo,   ra al servicio de los pobres.
        a la vida de Margarita, que parecía haber empezado   esa obra de caridad sufrirá terribles pruebas.
        tan mal. El padre Lescöat, confesor de la joven viuda,
        le predice al día siguiente del duelo: «Consuélese, se-       ¿Embriagadas por el alcohol?
        ñora; Dios le destina para una gran obra, y llegará a le-  Algunas personas ven con malos ojos la iniciativa
        vantar una casa en decadencia». En efecto, pues exis-  de los padres de San Sulpicio. Se les considera sospe-
        te en Montreal un hospital fundado en 1692 y que lleva   chosos de querer hacer desaparecer por completo el  u


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