Page 26 - San Miguel 2024 mayo
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u  ya ha acortado tanto la perspectiva ante mis ojos que
        no puedo ver nada más allá del momento presente…
        Hago lo que puedo para mantenerme en el estrecho
        sendero que conduce solamente a Dios ».
            Interiormente la madre Seton atraviesa una pro-
        funda crisis de aridez, de sequía e incluso de angustia.
        Nada se manifiesta exteriormente, pero las cartas a su
        director espiritual lo revelan. Ese sufrimiento no le im-
        pide escribir : « Cada vez que respiro intento que sea
        una incesante acción de gracias ». Recordando a sus
        amigas, les escribe : « Las circunstancias de la vida
        nos separan de nuestros amigos más queridos, pero
        no desesperemos, pues Dios es como un catalejo que
        permite que las almas se vean unas a otras. Cuanto
        más unidas estemos a Él por el amor, más cerca esta-
        mos de quienes le pertenecen ».
                       Hijos de la Iglesia
            La madre Seton se encarga también de catequi-
        zar  a los niños del vecindario. Algunas niñas pobres
        acuden a la escuela, pero en 1812 la mayoría de las
        alumnas procede de las clases acomodadas, que asu-
        men los gastos del internado y de la escolaridad. Muy
        pronto las proporciones se invertirán, de modo que
        habrá  hasta  cuarenta  niñas  pobres que  reciban  gra-
        tuitamente  clases, libros  y comidas. Las Hijas de la
        Caridad atienden ocasionalmente otras obras, como
        el cuidado de los pobres y de los enfermos. Pero el
        arzobispo de Baltimore pide pronto que se funde una
        casa en la ciudad episcopal. En 1814 la madre Seton
        envía una numerosa avanzada a Filadelfia. En 1817 la
        diócesis de Nueva York acoge también a un grupo de
        hermanas que, en un primer momento, cuidan a los
        numerosos huérfanos de la ciudad.                           Tumba de Santa Isabel Ana Seton en
            A principios del verano de 1820  la salud de la         la basílica en Emmitsburg, Maryland
        madre  se  deteriora : tos,  migrañas  y  fiebre.  Ante  la
        insistencia del padre Dubois se empieza a construir   se encuentra actualmente el Santuario Nacional San-
        un nuevo edificio en el convento escuela, y la madre   ta Isabel Ana Seton. Junto a la madre Seton estaba
        debe sobrellevar la fatiga que supone vigilar las obras.   presente su última hija, Catherine Seton (1800-1891),
        Pronto se ve obligada a guardar cama, pero perma-    quien se hará religiosa en la Congregación irlandesa
        nece fiel a seguir la regla lo mejor posible y a animar   de las Hermanas de la Misericordia. En 1821 existian
        a las hermanas. A mediados de septiembre recibe el   ya veinte casas en los Estados Unidos. Después, mu-
        sacramento  de  la  Extremaunción.  Sin  embargo,  se   chas de ellas, entre las cuales la de Nueva York, se
        produce una mejoría. La fiesta de Navidad se celebra   convertirán en institutos distintos.
        con cierta angustia, pues todas saben que la superiora   Santa  Isabel  Seton  sufrió en  su búsqueda  de  la
        está moribunda.                                      verdad y también por permanecer fiel a esa recono-
            El 1 de enero  comulga  por última  vez.  Tras dar   cida verdad. Pertenecer a la Iglesia de Cristo fue para
        las gracias a todas las hermanas presentes les dice:   ella algo especialmente importante. ¡ Que nos conce-
        «¡ Sed hijas de la Iglesia ! ¡ Sed hijas de la Iglesia !».   da a nosotros también una gran fidelidad a la Iglesia,
        Una noche, una hermana que la está velando la oye    esposa de Cristo, y una dedicación cada vez más in-
        pronunciar una frase de una oración que el Papa Pío   tensa a su servicio ! v
        VII acaba de redactar: «¡ Que la muy justa, muy alta y           Dom Jean-Bernard Marie Borie, Abad
        muy amable voluntad de Dios sea en todas las cosas                          y los monjes de la Abadía
        alabada, cumplida y exaltada, por encima de todo y
                                                                  Reproducido con permiso de la Abadía San José de
        por siempre».                                        Clairval, Francia, que publica una carta espiritual men-
            Poco antes del alba del 4 de enero de 1821, a la   sual sobre la vida de un santo. Dirección postal: Abbaye
        edad de cuarenta y seis años, entrega el alma a Dios.   Saint-Joseph de  Clairval, 21150  Flavigny  sur Ozerain,
        Es enterrada en el cementerio de la comunidad, donde   Francia. Sitio web: www.clairval.com


        26     SAN MIGUEL  mayo-junio-julio 2024                                      www.revistasanmiguel.org
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