Page 29 - San Miguel 2024 marzo
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terio de la Santísima Trinidad. Tiene veintisiete años, pero tiene la íntima convicción de que el monasterio
y su hijo Claude ocho. Es un niño frágil, tímido, al que de Tours es solo un lugar de paso para ella. Poco a
su madre prepara delicadamente para la separación poco se va delineando su vocación apostólica. Dios
definitiva. Asistida por los consejos del padre Ray- la pasea en sueños por un hermoso país «lleno de
mond de Saint-Bernard, monje feuillant, María Martin espesas nieblas».
espera pacientemente a que se perfilen las vías de Más tarde el Señor le dirá expresamente: «Lo que
Dios. Elige a las ursulinas, porque una voz secreta le te he mostrado es Canadá; debes ir a fundar una casa
dice que Dios la quiere allí. La Orden de Santa Úrsula para Jesús y María». Las Relaciones de los jesuitas
se había fundado en noviembre de 1535 en Brescia, informan a María sobre las misiones de «Nueva Fran-
Lombardía, por santa Ángela Merici (1474-1540). Las cia». El padre Poncet le presenta a María Magdalena
ursulinas llegaron a Francia en 1608; son de clausura de la Peltrie, viuda adinerada deseosa de consagrarse
y se dedican principalmente a la educación de las ni- a la evangelización de las niñas amerindias. Huma-
ñas, así como a cuidar a los enfermos y necesitados. namente hablando, la empresa parece más bien una
«¡Devuélvanme a mi madre!» locura: ¿cómo imaginar a unas débiles mujeres em-
barcadas en un océano infestado de escollos y de
La entrada de María Martin en las ursulinas de piratas? Son muchas las objeciones que surgen con-
Tours queda fijada para el 25 de enero de 1631. El 11 tra el proyecto. Monseñor d’Eschaux hace primero
de enero, su hijo Claude, de once años de edad, se es- caso omiso, pero acaba reconociendo la voluntad de
capa a bordo de un barco que remonta el Loira. Tras Dios en esa empresa. Después de haber resuelto mil
tres días de angustiosas búsquedas, lo encuentran er- dificultades, María de la Encarnación, acompañada
rando en el puerto de Blois. María lo confía al cuidado de la señora de la Peltrie, que financia la fundación,
de su hermana y entra en el noviciado el día previsto. así como de dos ursulinas, se embarca el 4 de mayo
Al oír sus lloros y gritos, confesará que tuvo la im- de 1639 en el San José hacia el Nuevo Mundo. En
presión de que le arrancaban el corazón. Los días si- el transcurso de la travesía, el navío casi se estrella
guientes el pobre niño asalta el monasterio, logrando contra un iceberg. Las viajeras llegan a Quebec el 1
varias veces entrar en el claustro. Un día se presenta de agosto.
con una pandilla de escolares gritando contra las reli-
giosas. En medio del alboroto, María distingue la voz
de su hijo que grita: «¡Devuélvanme a mi madre!».
¿Cómo pudo esa madre amorosa y cristiana
«abandonar» a su hijo? Humanamente, ese acto
parece inexplicable. Pero la decisión de María había
sido ratificada, después de una reflexión madura,
por su director espiritual y por monseñor Bertrand
d’Eschaux, el obispo de Tours. El Señor Jesús insistió
en la exigencia de su llamada; leemos en san Lucas:
Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a su
madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus
hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discíp-
ulo mío (Lc 14, 26). El verbo «odiar» traduce aquí un
hebraísmo que significa «poner detrás». La llamada
para seguir a Cristo «primero» es una consecuencia
de la primacía de Dios y del reino de los Cielos sobre
todos los demás afectos, incluso los más legítimos. A llegada de las primeras Ursulinas a Quebec
La Iglesia, en su sabiduría, ha puesto justos límites a Una mística en acción
esa radicalidad impidiendo que las personas que ten-
gan «almas a su cargo» abandonen a quienes les son Francia se había instalado en Canadá apenas
confiados para entrar en una orden religiosa. Pero en unos treinta años antes, con la fundación de Quebec
este caso María no dejaba a Claude sin apoyo, pues por Champlain. El desarrollo era lento a causa de la
había previsto todo lo necesario para su educación y falta de colonos (en 1640 eran menos de 3000) y de
su futuro. Claude realizará brillantes estudios en los la inseguridad. La ciudad estaba rodeada de fortifi-
jesuitas, y un día decidirá con toda libertad entregarse caciones, inicialmente de madera; los indígenas no
también por entero a Dios en la vida monástica. hostiles, principalmente los hurones, podían entrar
María Martin, en adelante sor María de la Encar- en su interior, al contrario de lo que acostumbra-
nación (no hay que confundirla con la señora Acarie, ban los ingleses en sus fuertes; de ese modo se en-
tablaban contactos e intercambios. Los ataques de
carmelita, que llevó el mismo nombre religioso), pro- los iroqueses (otra tribu indígena de la región), empu-
fesa sus votos religiosos en 1633. Pronto será vice- jados por los ingleses, eran relativamente frecuentes,
maestra de novicias y profesora de doctrina cristiana, lo que obligaba a los franceses a ser muy prudentes. u
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