Page 3 - San Miguel 2024 mayo
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Editorial
San Miguel: una obra de educación
La revista San Miguel es una obra de educación consiste en dar a cada uno lo que le es debido, según
de gran importancia en nuestros días, tanto espiritual la Democracia Económica enseñada por C.H. Dou-
como económica. Por ejemplo, la confusión está tan glas y Louis Even, la justicia consiste en decir que
extendida en la sociedad actual que ya no distingui- lo que se le debe a cada uno es un dividendo social,
mos entre el bien y el mal, e incluso llegamos a lla- basado en la herencia de las riquezas naturales y en
mar bueno a lo que es malo (ver página 4). San Pablo las invenciones de las generaciones pasadas (véase
habla incluso de un tiempo venidero “en el que los la página 16).
hombres ya no soportarán la sana doctrina” (2 Tim La Democracia Económica, o Crédito Social, es una
4,3). Hablando del fin de los tiempos, Sor Lucía de gran luz, que pondría fin a los problemas económicos
Fátima afirma que los dos últimos remedios para los actuales y garantizaría la seguridad económica de cada
tiempos actuales son el Santo Rosario y la devoción individuo. Un Créditista social (seguidor del Crédito So-
al Inmaculado Corazón de María (ver página 32). cial) australiano ha llegado a decir (y explicar) que “el
A menudo se dice que debemos actuar según futuro de la civilización cristiana depende de aquellos
nuestra conciencia. Esto es cierto, pero sólo a con- que entiendan la idea de Douglas” (ver página 20).
dición de que nuestra Para lograr este cam-
conciencia esté bien for- bio en el sistema financie-
mada, es decir, sujeta a ro, tenemos que educar a
la verdad (ver página 6). la gente sobre el dinero.
¿Y quién puede decirnos Todo el mundo tiene que
lo que es justo? Dios, entender que todo el di-
que es la verdad misma, nero que existe procede
y cuyo Verbo -su Hijo- se de préstamos de los ban-
hizo carne y vino a la tie- cos comerciales, y que
rra para salvarnos y ense- necesariamente debe vol-
ñarnos la voluntad de su ver al banco con intere-
Padre. ses. En otras palabras, si
¿Y quién puede trans- nadie pidiera prestado a
mitirnos esta voluntad de los bancos, no habría di-
Dios, este mensaje de nero en circulación. Esto
Cristo? Su Iglesia, sus da a la gente la opción
apóstoles, sus ministros. inaceptable de endeudar-
Como escribió San Pa- se o morirse de hambre
blo: “¿Cómo creer sin oír? (véase la página 27).
Para que la fe se transmi- Gilberte Côté-Mercier, Gérard Mercier, Louis Even — Tanto el gobierno
ta, primero hay que ense- fundadores de los Peregrinos de San Miguel — de Quebec como el de
ñarla. Es una gran venta- que publican la revista San Miguel. Ottawa acaban de anun-
ja para una nación tener ciar déficits récord. Louis
todavía escuelas católicas (ver página 22), mientras Even explica que lo absurdo de todo esto es registrar
que las escuelas públicas han alejado a Dios, forman- como deuda lo que ha hecho el propio pueblo (ver
do generaciones de pequeños incrédulos. página 28).
Siguiendo con el tema de saber lo que está bien y Para que la Democracia Económica sea una reali-
lo que está mal, el Vaticano acaba de publicar un im- dad, necesitamos una auténtica democracia política,
portante documento, Dignitas Infinita, que recuerda es decir, que los ciudadanos puedan obtener resul-
todo lo que atenta contra la dignidad humana y es in- tados de sus representantes electos, para que éstos
aceptable a los ojos de Dios (véase la página 8), aun- dejen de ceder a las presiones de los financieros y se
que a veces se trate de cosas legalizadas por los par- pongan al servicio de los intereses del pueblo. Esto
lamentos pero que claman venganza al Cielo, como el se logrará educando a la gente, para formar una opi-
horrible crimen del aborto (véase la página 13). nión pública lo suficientemente poderosa como para
En sus recientes catequesis de los miércoles so- que la gente escuche a sus representantes electos
bre las virtudes, el Papa Francisco nos recuerda las (véase la página 30). Disfruten de la lectura.
virtudes de la justicia y la fortaleza (véase la página
14). Si, según Santo Tomás de Aquino, la justicia Alain Pilote, editor
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