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En una conferencia magistral pronunciada en el lla de Garden City Press recibió información sobre la
congreso de 1959 en Allardville, Nuevo Brunswick, doctrina de Douglas en el curso semanal de Dinero
Louis Even dijo lo siguiente sobre el tema: y Crédito.
“Todos los días de mi vida, bendeciré al Buen A principios de enero de 1936, el Colegio de Cen-
Dios por haber puesto el Crédito Social en mi cami- sores Jurados de Cuentas de la ciudad de Quebec,
no. Siempre recordaré aquel día de 1934, cuando en a sugerencia del Hermano Ferdinand, profesor de la
el tren que me llevaba a mi trabajo desde Montreal Academia de Comercio, pidió al Sr. Even que diera
a Ste-Anne de Bellevue, tuve el privilegio de leer un una conferencia sobre el Crédito Social. El Sr. Even
folleto de 96 páginas (From Debt to Prosperity— De tuvo un público selecto esa noche. Entre ellos, en
la Deuda a la Prosperidad, de J. Crate Larkin), que primera fila: Me J.-Ernest Grégoire, alcalde de Que-
explicaba el Crédito Social. Yo no buscaba el Crédi- bec y diputado por Montmagny; su amigo, el doctor
to Social. Buscaba algo que pusiera fin a la absurda Philippe Hamel, también diputado y gran luchador
crisis en la que nos debatíamos en aquel momento. contra los monopolios; su amigo común, el doc-
Había leído bastante. Aparte de mi trabajo durante tor Marcoux; el redactor jefe del periódico L’Action
el día, era profesor para los empleados Catholique, Eugène l’Heureux, etc. También había
de nuestra imprenta, que varios hermanos de la Academia, y
eran algo más de cien. otros del público, que se
Cada semana teníamos convertirían en miembros
una sesión de estudio. activos del movimiento en
“Habíamos elegido formación.
como tema ‘dinero y cré- Ese mismo año, Louis
dito’. Así que buscábamos Even presentó un proyec-
un libro de texto. Yo había to que tenía en mente desde
leído muchos manuscritos, y hacía mucho tiempo: la pu-
pequeños panfletos, y libros blicación de un boletín perió-
que nos habían enviado, y en dico (mensual a ser posible),
todos ellos descubrí que había que llamaría Cahiers du Crédit
esfuerzos para mejorar la situa- Social (“Cuadernillos de Cré-
ción. Pero había cosas que eran dito social”). El primer número
ridículas; todos tenían fallos. de Cahiers du Crédit Social data
Decían que se podía acudir a la de octubre de 1936. El Sr. Even
ayuda del pueblo, pero no sin exigir algo. No sin la seguía trabajando en la imprenta
condición de que se elaboraran programas, o que se de Garden City. Escribía los Cahiers por las tardes y
instalara una dictadura, o que se instaurara el socia- recorría el país los fines de semana.
lismo para ayudar al pueblo. Los Cahiers nunca superaron los 2.400 suscrip-
“Cuando vi el Crédito Social, dije: ¡es maravillo- tores; pero una buena parte de las ediciones se ven-
so! Me di cuenta enseguida de que era una verdad dían a través de propagandistas que regularmente
la que estaba descubriendo, las otras obras tenían sacaban 40 ejemplares por un dólar en cada edición,
zonas dudosas en sus proyectos. En el Crédito So- vendiéndolos a 5 centavos cada uno. Los cuader-
cial no había sombras, era una verdad. No había nillos no podían publicarse regularmente todos los
avanzado mucho en el libro y, antes de terminar- meses. Había que vender suficientes ejemplares
lo, cuando vi lo que era, dije: “Es tan hermoso que para pagar a la imprenta al menos una parte de la
todo el mundo debería saberlo”. Se puso en mi ca- deuda acumulada antes de poder publicar un nuevo
mino; debe ponerse en el camino de todos. número. En tres años, de octubre de 1936 a agosto
“Fue la Providencia la que me lo puso delante de 1939, aparecieron un total de 16 números. v
de los ojos, aunque entonces no tenía muchos me- Louis Even
dios, ni sabía muy bien cómo hacerlo. Sin embargo, Finalmente, en septiembre de 1939, justo cuan-
tenía el deseo y era capaz de jurar que empezaría do Canadá entró en guerra contra Alemania, se tomó
a difundir esto lo más posible. Hacía mi trabajo, no la decisión de lanzar una publicación periódica (en
podía hacer gran cosa, salvo los fines de semana, francés), Vers Demain (literalmente, Hacia el maña-
hasta el día en que, gracias a la iniciativa y al apoyo na, por un futuro mejor) que se ha publicado ininte-
de la Sra. Gilberte Côté-Mercier, pude decidirme a rrumpidamente desde entonces. En 1953, para lle-
dejar mi trabajo (el 4 de septiembre de 1938) y dedi- gar al mundo de habla inglesa, Louis Even fundó una
carme a tiempo completo a la gran obra del Crédito revista que llamó Social Credit, y más tarde, Michael.
Social”. Esta revista se publica también en polaco desde sep-
Durante el invierno de 1935-1936, toda la planti- tiembre de 1999 y en español desde abril de 2003.
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