No es casualidad

El desafío de la Cristiandad. Entre la conjura masónica y la Jihad del Islam

Hay una sola posible respuesta: la acción al servicio de la Fe, la Verdad, y la defensa de nuestra Tradición Cristiana 

Terminó el 2009 con negros presagios sobre la cabeza de los pueblos cristianos. Ya no puede atribuirse a una coincidencia, o a una moda de políticas provisorias, el asalto a nuestras creencias. La premeditación prepotente y descarada con que los líderes mundiales impulsan la transformación de las costumbres y tradiciones cristianas del Occidente obedece a un mandato surgido en las logias y los tabernáculos que operan lejos de la vista de los pueblos. Transformaciones impulsadas a través de leyes que -oh casualidad- son promovidas simultáneamente en todas partes: leyes de aborto, leyes de "género", leyes de "memoria histórica". Todo debidamente aderezado con un alud mediático que todo lo justifica y lo revalora.

Así vemos que nuestra cara creencia en el valor de la vida humana como portadora del destino trascendente que le ha regalado el Creador es aniquilada por las leyes de aborto y eutanasia. Los valores tradicionales de la familia cristiana rebajados al equipararlos con el matrimonio homosexual. Conculcados los derechos infantiles por la ley que permite sean adoptados por parejas del mismo sexo. Perseguidas las autoridades eclesiásticas que levantan su voz contra todo esto. Cuando buscamos los orígenes de este cataclismo que nos cae sobre las cabezas, debemos remontarnos a la penumbra de los siglos, cuando se conjuró el enemigo de la cristiandad. 

Cuando las logias se propusieron todo, letra por letra y palabra por palabra lo que hoy está sucediendo. NO ES CASUALIDAD.

Los mismos que promovieron "el racionalismo", los mismos que ocultan sus creencias paganas tras los nombres secretos de Dios, los difusores de la oscuridad bajo la proclama irónica de ser caballeros de LUZ. Son los hacedores de las revoluciones, los destructores de los reinos cristianos. Los liquidadores del Imperio Español. Los padres del marxismo y el bolchevismo. Son los creadores del socialismo, de los Frentes Populares, de la Socialdemocracia y del pernicioso Liberalismo. Son los autoproclamados agnósticos, infiltrados entre los incautos que en cuanto se les escarba un poco reluce el gnosticismo pagano de las primeras horas de la lucha contra el Cristianismo, surgido de las sombras, siempre en las sombras.

Tesoneros, despiadados, armados de un odio teológico a la Cruz, perseveraron. Sufrieron descalabros, avanzaron y retrocedieron. Se cobraron cada derrota, emborronaron cada página de la historia que los revela. Y castigan el cuerpo de las Instituciones de las naciones, que vertebran la tradición y sostienen a los pueblos. Es así que los ejércitos, pilar fundamental, al lado de nuestra fe, son el blanco de la venganza y el objetivo de su ataque. Suman sus fuerzas en esta tarea todas las vertientes de los tabernáculos. Los liberales sirven en bandeja a nuestros soldados para el desquite perverso de los marxistas. El fin es el mismo, NO HAY CASUALIDADES. Desmontar los ejércitos de su finalidad patriótica, convertirlos en monigotes mundialistas de los intereses espurios de las fachadas internacionales, o simple y llanamente desaparecerlos, como están haciendo con los de Argentina y Uruguay. Han insuflado la mentira en el corazón de las nuevas generaciones y han criminalizado a los guerreros de la Patria, ocultado sus hazañas, enfangado la memoria de sus héroes. Han puesto una inmensa cortina que oculta la verdad. No se puede atisbar por sus rendijas las glorias imperecederas de nuestras armas. Una noticia de la prensa argentina lo dice todo: EL GENERAL VIDELA SERIA JUZGADO EN NUREMBERG. Todo está dicho.

El Islam mientras tanto, no concilia y se prepara. Se habla de que no todo en El Islam es fundamentalismo, que las políticas progresistas de "encuentros de civilizaciones" emprendidas por los líderes europeos acercarán a Occidente con los pueblos mahometanos. Uno se pregunta si es imbecilidad o derrotismo premeditado.

El Islam no puede alterar su esencia sin diluirse en el intento. El fundamento del Islam es la Guerra Santa, la Jihad. El Islam vive y existe para la conversión obligada de todos los hombres. El Islam no puede negociar o atemperarse sin contradecir al hacerlo su fin ulterior. Esto no lo puede cambiar nadie, porque es la palabra de su profeta y el vértice de su fe.

El Islam tiene su ley y su tradición y no las pone en tela de juicio. Los cristianos somos el enemigo y ellos "los únicos creyentes". Esta es una realidad que se proclama a los cuatro vientos, porque así predican las religiones: a los cuatro vientos, repito, sí, ese es el fin, ¿porque los gobiernos de Europa han abierto las puertas a una emigración que sin levantar una cimitarra y por la sola progresión del crecimiento demográfico será la mayoría religiosa de la cuna de nuestra civilización? En unas décadas el Islam prevalecerá en Europa. Y mirando el trato que se inflige a las minorías en los países mahometanos se puede imaginar el destino de nuestros hijos y nuestros nietos.

El Islam fue, es y será enemigo del Cristianismo. Son creencias excluyentes. Nuestros mayores no se llamaron a engaños, y jalonan nuestra historia mil episodios de lucha por sobrevivir los unos sobre los otros. Nada ha cambiado, el discurso pseudo culto de encuentros y multiculturalidad son pamplinas, y los mahometanos lo tienen bien claro.

En Egipto los "infieles", en su propio país, pagan impuestos discriminatorios por el solo hecho de serlo. En Irak y Afganistán los cristianos son asesinados, lo mismo que en Filipinas. Los mahometanos arrasan en Sudán aliados con los paganos. Los Reinos Árabes financian las "madrasas" (1) y "mezquitas" que florecen por toda Europa. Y mientras pretenden dar una imagen de equilibrio, es bien sabido que de esas familias y de sus arcas se financian los grupos de choque del Islam, como Al Qaeda y otros.

El que pretenda encontrar en El Islam un aliado religioso no hace más que engañarse. El Islam se solaza de nuestra decadencia y se alista para heredar y reconquistar.

LA RESPUESTA DE LA CRISTIANDAD

Hay una sola posible respuesta. La fe, la oración y la acción. Hay que librar "el buen combate YA". Es el deber de cada hombre y mujer que reconozca en estas palabras la verdad, que admita en su interior que esto ESTÁ PASANDO y que está pasando de manera implacable. Todo cristiano que reconozca en estas previsiones sus propios temores y sus propias certezas, se obliga inexcusablemente a la acción. Una acción al servicio de la Fe, la Verdad, y la defensa de nuestra Tradición Cristiana. Un compromiso con nuestra Iglesia y con las instituciones patrias. Una voluntad de ya no callar por no disgustar. Una decisión de revelar esta verdad sin temor y con valentía.