Sociología Cristiana
Una objeción al Dividendo del Crédito Social: pereza
El Crédito Social haría a la gente perezosa
¿Por qué?
Porque quiere incrementar la cantidad de dinero, y el dinero hace que la gente sea perezosa.
Es precisamente cuando existe dinero en circulación que los bienes se venden; y es cuando los bienes se venden que la industria está en capacidad de proporcionar trabajo a los empleados. No es trabajo, sino una condena a la inactividad, que tiende a lograr que el hombre se vuelva perezoso.
Más aún, la pereza es un vicio – uno de los siete pecados mortales. No es a través de los medios financieros que uno corrige los vicios. No es el papel de las finanzas tomar a cargo la educación, la moral, las devociones, los sacramentos y la religión.
¿¡Sí, pero este dinero a cambio de nada, y garantizado para todos!?
No es dinero a cambio de nada. Es un ingreso de un capital que pertenece a todos. Y es dinero para comprar los bienes que se encuentran disponibles.
La seguridad de un ingreso mínimo, en lugar de hacerle a un hombre perezoso, lo sitúa en una posición en donde él está en capacidad de elegir la línea de trabajo de acuerdo con su gusto y habilidad – lo que en última instancia resulta en un bien mayor para la comunidad.
No existen mejores trabajadores que aquellos que trabajan en un trabajo que les gusta, un trabajo de su propia elección; no trabajo pesado, ni una carrera impuesta dictatorialmente, sino un trabajo libremente elegido.
El dividendo crea el poder adquisitivo para comprar los productos. Por lo tanto, implica el trabajo de hombres y maquinarias para cumplir esta demanda. Es obvio que si la producción se detiene, ninguna cantidad de dinero se puede considerar como poder adquisitivo, ya que no existiría nada para comprar. La creación del dinero bajo tales circunstancias no sería del todo el reflejo de las realidades. El Crédito Social trabaja de acuerdo a las realidades.
El dividendo para todos, sería como los sueldos y salarios de los trabajadores, un estímulo a la producción, ya que crecería con la producción.
Este dividendo para todos no apartaría de los sueldos y salarios a aquellos empleados en la producción. Existiría aún la misma diferencia en el ingreso entre un hombre que tiene solamente el dividendo y un hombre que tiene el dividendo y el salario.
Otra objeción: Comunismo
¡Al entregar a cada uno la misma cantidad de dinero ubicaría a todos en una "igualdad"; eso es Comunismo!
El dividendo no igualaría fortunas. Ejemplo: Juan tiene en sus cuentas $100.000 (cien mil dólares). Pablo tiene $100.00 (Cien dólares). Si yo le entrego a cada uno de ellos $40 dólares, ¿serían igualmente ricos? Cada uno de ellos estaría en una posición mejor que antes, pero el hombre pobre siente mejor su nueva situación de justicia.
¡Pero, algo por nada, eso es Comunismo!
De ninguna manera. ¿Qué quiere el Comunismo? Cuando el Comunismo exige una fortuna igual para todos, está equivocado. Pero cuando pedimos que cada ser humano tenga el derecho a las necesidades básicas de la vida, porque Dios creó los bienes materiales para toda la especie humana, esto no es Comunismo sino sicología Cristiana. Es la ley de "usus communis", (uso común) declarando el derecho de cada ser humano al uso de la riqueza temporal. Si los comunistas recuerdan al mundo lo que se han olvidado de Dios y su Providencia, ellos no están señalando un error. La otra ley, aquella de la propiedad privada, es también justa, y los capitalistas tienen el derecho de retenerla, igual como los comunistas están equivocados al negarla.
El Crédito Social, al igual que lo enseña la Iglesia en su Doctrina Social, desea la observancia de ambas leyes. El Crédito Social, por medio de su dividendo para todos, sugiere un método para garantizar legalmente a cada uno una porción mínima de los bienes creados para todos los hombres. Al equilibrar el poder adquisitivo global con los precios, hace más fácil la venta de la producción y de esta manera se consolida la propiedad privada.
El Comunismo desea esclavizar a todos al Estado. El Crédito Social, al garantizar un mínimo vital para todos, les permite encontrar trabajos de acuerdo con sus aptitudes; al hacer que la producción sea beneficiosa, libera a los ciudadanos de los continuos recursos de la intervención del Estado y a sus concesiones que hace que la libertad vacile.
Además, un comité de teólogos, nombrados por los obispos de Quebec, estudió el Crédito Social en 1939, y unánimemente reconoció que en sus escritos no existe ni Comunismo ni Socialismo que se condene por parte de la Iglesia. Su informe inclusive hizo unas comparaciones interesantes entre las encíclicas del Papa Pío XI y las propuestas monetarias del Crédito Social.
Resultado: orden restablecido
¿Cuál, de acuerdo con nosotros, sería el efecto del Crédito Social?
Primero que nada, de manera general, el orden sería restablecido en el sector financiero, consecuentemente en la economía, lo que se reflejaría en las esferas políticas y sociales.
En el orden de superioridad entre las cosas creadas, el hombre viene inmediatamente después de Dios y de Sus ángeles. El dinero, al igual que cualquier cosa sin inteligencia, viene después y debe estar sujeto al hombre.
En la actualidad, el dinero se encuentra en existencia en computadoras y espacios virtuales, como una deuda que el hombre debe pagar. Al nacer, el dinero se convierte en el maestro y señor del hombre. Por otro lado, el hombre desde la cuna ya nace endeudado para poder financiarse. Él llega a este mundo como un esclavo del dinero.
De acuerdo con el sistema de Crédito Social, el dinero puede aún originarse en un sistema de cómputo, pero sirviendo a cada ciudadano. Cada criatura nacería con un derecho a un dividendo; el dinero estaría a su servicio inmediatamente, en vez de esclavizarlo.
El orden restablecido en la economía. Este el objetivo, la meta, que guiaría las actividades económicas. Los bienes se crearían para servir a las necesidades. La acumulación de dinero dejaría de ser la meta imperiosa de la industria y de la humanidad.
El nivel de vida se regularía por la cantidad de bienes disponibles, ya que la cantidad de dinero sería regulada por la cantidad de bienes.
El dinero se convertiría en lo que debe ser: un instrumento para vender productos, no un arma que confiera poder a los individuos, para dominar a otros.
Al ser considerado simplemente un símbolo que representa riqueza y una demanda sobre los bienes, el dinero sería el reflejo exacto de la riqueza, de las cosas útiles disponibles. Sería, desde ese momento en adelante, una relación exacta y constante con la producción que corresponde a las necesidades. Para la producción que requiere de trabajo humano, el dinero vendría a través de sueldos y salarios; para una producción más fácil, dinero fácil; producción abundante, dinero abundante; producción automática, dinero gratis; para la producción incrementada por un capital común, a través del factor de una sociedad organizada, el dinero emitido por una fuente social y distribuida a cada uno y a todos los ciudadanos.
El desarrollo de un país ya no estaría representado por una deuda, sino por un incremento en la prosperidad común, distribuida a todos.