Dado el mundo en que vivimos ahora : un mundo de materialismo y lleno de todo tipo de vanidades, es oportuno tratar nuevamente sobre la modestia, algo que no atañe solamente a las mujeres en su manera de vestir, sino también a los hombres. "La modestia es la virtud que modera todos nuestros actos externos, dándoles la debida compostura y decoro. La modestia exterior sólo puede proceder de la interior. Es cierto que también se puede fingir durante algún tiempo con una actitud hipócrita, pero si no procede del interior pronto quedará en evidencia.
Una vez más un ejemplo excelente de modestia es la Santísima Virgen. Describió San Ambrosio a la Virgen con estas bellas palabras : "Nada de sombrío ni de duro en su mirada. Ni el menor atisbo de orgullo en su gesto, ni en su forma de caminar o de moverse".
Todo en Ella era humilde afable, tranquilo. Fue dulce con todos, probablemente hasta en el tono de la voz. Huía de las discusiones o polémicas, no entraba en peleas ni, aunque tuviera razón. Pese a que por ciencia infusa tenía grandes conocimientos sobre muchos temas, nunca quiso lucirse mostrando su sabiduría. Siempre fue humilde.
La Virgen era muy bella y tenía una complexión corporal armónica y perfecta, pero nunca le interesó vestir lujosamente. Por supuesto la elegancia natural y sobria, así como el aseo y la pulcritud son muy agradables a Dios. Pero el lujo y la vanidad de la ropa, tanto en mujeres como en hombres, le desagradan profundamente. (San Alfonso María de Ligorio llega a decir que una mujer fastuosamente vestida es cueva de todos los demonios)
La modestia en nuestros modales es también importante. Modestia en el tono de la voz, en nuestra risa. Modestia al caminar, en la postura de sentarse, modestia en la mirada sin buscar a su vez que otros nos miren. No sólo en público sino en privado, porque Dios siempre nos ve y la modestia es una de las virtudes que más le agradan." (P. Ildefonso Rodríguez Villar "Meditaciones sobre la Santísima Virgen").
La Vanidad y la Inmodestia
Lamentablemente, cuando hablamos de la modestia, la gente piensa inmediatamente que es algo que atañe solamente a las mujeres en su manera de vestir. Pero no es así en la realidad, porque vemos como también los hombres pueden escandalizar a las mujeres con su manera de vestir. Además, los hombres tienen un gran papel en la propagación de la modestia. Los papás que son hombres, supuestamente educadores de sus hijos, deben educar a sus hijos en la manera correcta de vestir. Nosotros hombres, que tenemos hermanas o hermanitas, ¿acaso no tenemos la obligación de corregirlas cuando usan ropas provocativas o ropas que no son suficientemente modestas ?
"¡Los pecados del mundo son demasiado grandes ! ¡"Más almas se van al infierno por pecados de la carne (es decir, pecados en contra del 6º y 9º mandamiento) que por cualquier otra razón". Nuestra Señora de Fátima le dijo a Jacinta, "Se introducirán ciertas modas que ofenderán gravemente a Mi Hijo". Jacinta también dijo, "Las personas que sirven a Dios no deberían seguir las modas. La Iglesia no tiene modas ; Nuestro Señor es siempre el mismo".
"¡Ay de aquél que cause el escándalo !" (Mateo 18 :7). La modestia es una virtud que regula los movimientos del cuerpo, la vestimenta, los gestos y las palabras.
"Que vuestro adorno no sea de afuera : el rizarse los cabellos, ornarse de joyas de oro o ataviarse de vestidos, sino el (adorno) interior del corazón, que consiste en la incorrupción de un espíritu manso y suave, precioso a los ojos de Dios. Porque así también se ataviaban antiguamente las santas mujeres que esperaban en Dios, viviendo sumisas a sus maridos ; como, por ejemplo, Sara era obediente a Abrahán y le llamaba señor. De ella sois hijas vosotras si obráis el bien sin temer ninguna amenaza." (1 Pedro 3 :3-6)
La autoridad divina de la palabra de Dios exige que siempre la mujer se vista humildemente, no usando vestimenta apretada que muestran sus facciones corporales, ni enseñando partes desnudas del cuerpo que lleva a la tentación. También nos dice el Evangelio que la mujer se abstenga de usar cualquier clase de maquillaje, joyas y accesorios para no dar un mal ejemplo o tentar a su prójimo en lujuria carnal y pecado. Porque sépase que a cada una de las personas que han tentado con su vestimenta inmodesta, exigirá que Dios ejecute su juicio justo ya que fueron el medio por el cuál incitaron a muchos hombres a tener pensamientos lujuriosos.
Nuestro Señor Jesucristo enseña en las revelaciones a Santa Brígida que, toda aquella mujer que usa maquillaje o vestimenta inmodesta será atormentada especialmente por cada una de las personas que la han visto durante toda su vida, y cayeron estas, por su inmodestia, en el pecado de adulterar con ella en su espíritu, a menos que se enmienden antes del momento de su muerte, lo cual es, triste decirlo, imposible de saber cuándo será. ¡Eso puede significar que miles y miles de personas ejecuten venganza sobre estas personas inmodestas en el infierno por toda la eternidad ! ¡Qué horror !
Realmente el mundo ha cambiado muchísimo en los últimos 100-200 años. ¡Ya no hay pudor y las personas se bañan en público y eso es aún más inmodesto e inmoral ! Sin embargo, nadie debería pensar que puede hacer estas cosas solo porque son aceptadas universalmente.
"La mujer no se vista de hombre, ni lleve el hombre vestido de mujer ; porque quien tal hace es objeto de abominación para Yahvé, tu Dios." (Deut 22 :5).
Las mujeres no deberían vestirse ni actuar como hombres, porque esto es una abominación ante los ojos de Dios. Dios creó a la raza humana con dos géneros, con la intención que cada uno tuviese su propio lugar en la Creación. Los hombres y las mujeres no fueron hechos para que se comportasen o vistiesen de la misma manera. Parte de la belleza de la raza humana se encuentra en las diferencias entre los hombres y las mujeres.
Cada uno de nosotros vivimos dentro de una sociedad. Cada uno estamos influenciado por la cultura que nos rodea. Sin embargo, la sociedad y la cultura a menudo nos enseñan cosas falsas, lo cual nos aleja de Dios. La mayoría de las mujeres (por lo menos en la sociedad y cultura Occidentales) se visten y actúan muy parecido a los hombres. Ellas buscan los mismos papeles en la sociedad, la familia y la Iglesia. Están siguiendo una enseñanza popular de nuestra cultura hoy, que las mujeres y los hombres están hechos para tener los mismos papeles, y especialmente que las mujeres están hechas para tomar los papeles que anteriormente tenían únicamente o principalmente los hombres. Están exhibiendo su adherencia a esta enseñanza al vestirse como hombres. Esta enseñanza de nuestra cultura es contraria a las enseñanzas de Cristo.
Dios quiere que los hombres y las mujeres actúen y se vistan de acuerdo a su género y al lugar que Dios le ha dado a cada uno en la Creación. La vestimenta y los peinados son expresiones del pensamiento, comportamiento y actitud de cada uno. Las mujeres no están hechas para comportarse como hombres ni para tener los mismos papeles que los hombres, por lo tanto, no deberían vestirse ni arreglarse como hombres. Y viceversa.
" "No vayáis a pensar que he venido a abolir la Ley y los Profetas. Yo no he venido para abolir, sino para dar cumplimiento. En verdad os digo, hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota, ni un ápice de la Ley pasará, sin que todo se haya cumplido. Por lo tanto, quien violare uno de estos mandamientos, (aun) los mínimos, y enseñare así a los hombres, será llamado el mínimo en el reino de los cielos ; más quien los observare y los enseñare, este será llamado grande en el reino de los cielos." (Mt 5 :17-19).
San Padre Pío sobre la moda moderna
San Pío de Pietrelcina, acostumbraba a rehusar escuchar la confesión de mujeres que usaban pantalones o un vestido inmodesto. Él tenía las cosas claras sobre la moda femenina en cuanto a vestidos. Cuando comenzó la locura de la mini falda, nadie se atrevía a ir al monasterio del Padre Pío vestida con tal moda inapropiada.
El Padre Pío no toleraba faldas apretadas ni vestidos cortos o con escotes bajos. También prohibía que sus hijas espirituales usaran medias transparentes. Sacaba a las mujeres del confesionario, aún antes que entraran, si discernía que sus vestidos eran inapropiados. Muchas mañanas sacaba a una tras otra – terminando por escuchar solo unas cuantas confesiones. También tenía puesto un rótulo en la puerta de la iglesia que declaraba : "Por deseo explícito del Padre Pío, las mujeres deben entrar en su confesionario usando faldas que lleguen a por lo menos ocho pulgadas (20 cm) por debajo de las rodillas."
El Padre Pío censuraba a algunas mujeres con las palabras, "Vete y vístete." A veces agregaba : "¡Payasos !" Él no le daba pase a nadie, ya sea que fuesen personas que conocía o que veía por primera vez, o hijas espirituales de mucho tiempo. Los niños y los hombres también tenían que usar pantalones largos, si no querían que los sacaran de la Iglesia.
El vestido no es para "enseñar"
Al ver mujeres con sus ropas que exponen sus piernas o muslos, sus hombros o parte de sus brazos arriba del codo ; ropas que exponen su panza u ombligo, su espalda o su pecho, qué respuesta se puede esperar cuando las preguntemos "¿por qué te pones ropas así ?" Pues, aunque lo admitan o no, la respuesta va a ser "para'enseñar'". ¿Acaso las mujeres que se visten inmodestamente ya han olvidado que el fin de ponerse ropa es cubrir el cuerpo ?
Después de haberse dado cuenta de que estaban desnudos, Adán y Eva tuvieron vergüenza, por eso se vistieron con hojas de higuera (Gen. 3 :7). Sin embargo, después de haber recibido el castigo merecido, Dios les hizo túnicas de pieles y los vistió (Gen. 3 :21).
¿Cómo debe ser la ropa ?
La modestia es una virtud católica. La mujer católica debe vestir honestamente al igual que el hombre de fe. El vestido es para cubrir y no para mostrar o sugerir. No deben usarse prendas ajustadas, con aberturas, con telas que se pegan al cuerpo, con transparencias, escotadas o cortas. Así, la mujer debe excluir de su guardarropa licras, minifaldas, shorts, blusas sin mangas (esto es : que no cubran los hombros y los brazos o con mangas muy cortas), vestidos o faldas que al sentarse no cubran toda la rodilla, blusas cortas que muestren la cintura o parte de ella, ropa escotada, etc. El hombre, por su parte, debe evitar también ropa ceñida, camisas abiertas o sin mangas, ropa transparente, etc. Si la modestia debe primar en todas partes, mucho más debe prevalecer cuando se acude al templo que es la Casa de Dios.
La mujer debe considerar que, por norma general, la naturaleza masculina es más inclinada a reaccionar a la provocación generada por prendas inmodestas, sin que de esto se excluya a la mujer. De ahí que el juicio femenino de lo que es provocativo al varón generalmente es errado y muy indulgente. Esto se evidencia en muchas partes, basta, por ejemplo, acudir a reuniones sociales y no se diga a una playa turística. Todo esto sin considerar a quienes por vanidad "visten" de manera intencional para provocar, que también son muchas (algo que se da también en algunos varones, aunque es más general entre ellas, pues los pecados prevalecientes en el hombre son más de otro tipo).
El Papa Pío XII dijo :
"Ahora, muchas niñas no ven nada malo en seguir ciertos estilos desvergonzados (modas) como lo hacen muchas ovejas. Seguramente se ruborizarían si tan solo pudiesen adivinar las impresiones que hacen y los sentimientos que evocan (excitación) en aquellos que las miran." (17 de Julio, 1954).
El Papa Benedicto XV
Este Santo Papa escribió en su encíclica Sacra Propediem el 6 de enero, 1921 :
"Uno no puede deplorar suficientemente la ceguera de tantas mujeres de todas las edades y estaciones. Volviéndose tontas y ridículas por el deseo de agradar, no ven hasta qué grado la indecencia de sus vestimentas choca a cada uno de los hombres honestos y ofende a Dios. Anteriormente, la mayoría de ellas se hubiesen azareado por dichas ropas por la falta grave en contra de la modestia cristiana. Ahora no es suficiente exhibirse en público ; no les da miedo entrar en los umbrales de las Iglesias, asistir al Santo Sacrificio de la Misa y aún portar el alimento seductor de la pasión vergonzosa al Santo Altar, en donde se recibe al Autor de la Pureza."
El papa Pío XII amonestó seriamente a las madres cristianas :
"El bien de nuestra alma es más importante que el de nuestro cuerpo ; y tenemos que preferir el bienestar espiritual de nuestro vecino a nuestra comodidad corporal… Si cierta clase de vestido constituye una ocasión grave y próxima de pecado y pone en peligro la salvación de su alma y de la de los demás, es su deber dejarlo y no usarlo… Oh madres cristianas, si vosotras supierais qué futuro de ansiedades y penas, de vergüenza mal guardada preparáis para vuestros hijos e hijas, dejando imprudentemente que ellos se acostumbren a vivir ligeramente vestidos y haciendo que pierdan su sentido de modestia, estaríais avergonzadas de vosotras mismas y temeríais el daño que os hacéis y el daño que estáis causando a estos niños, quienes el Cielo os ha confiado para que los crieis como cristianos." (Pío XII a los Grupos de Mujeres Católicas Jóvenes de Italia)