« Vete, y en adelante no peques más » San Juan 8, 1-11
El siguiente texto, tomado del blog de Internet de Marcos Mallett, cantante y autor católico canadiense, fue escrito el día después del anuncio hecho por Francisco el 13 de marzo de 2015, de un Año Santo de la Misericordia:
Francisco anunció ayer que un "Jubileo de la Misericordia" se llevará a cabo en toda la Iglesia Universal del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016. Cuando leí el sorpresivo anuncio del Santo Padre, las palabras de Jesús transcritas en el diario de Santa Faustina Kowalska vinieron inmediatamente a mi mente:
Que los más grandes pecadores [pongan] su confianza en Mi misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia. Hija Mía, escribe sobre Mi misericordia para las almas afligidas. Me deleitan las almas que recurren a Mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden. No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica Mi compasión, sino que lo justifico en Mi insondable e impenetrable misericordia. Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de Mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia… Diario de Santa Faustina, no. 1146
Tal vez no sea sorprendente que Francisco haya declarado un'año santo extraordinario', que como el año pasado, en un discurso a los párrocos de Roma, los llamó a...
... Escuchar la voz del Espíritu que habla a toda la Iglesia de nuestro tiempo, que es el tiempo de la misericordia. Estoy seguro de ello. No sólo es la Cuaresma; estamos viviendo en un tiempo de misericordia, y lo hemos estado durante 30 años o más, hasta hoy. PAPA FRANCISCO, Ciudad del Vaticano, 6 de marzo de 2014
Los "30 años" posiblemente es una referencia al marco de tiempo de cuando la "prohibición" de los escritos de Santa Faustina fue levantada por San Juan Pablo II en 1978. En efecto, a partir de ese momento, el mensaje de la Divina Misericordia se esparció por todo el mundo, programado por así decirlo, para ahora, como el Papa Benedicto XVI observó después de su viaje apostólico a Polonia:
En el convento cercano a este santuario, al contemplar las llagas luminosas de Cristo resucitado, sor Faustina Kowalska recibió un mensaje de confianza para la humanidad, el mensaje de la Misericordia divina, del que Juan Pablo II se hizo eco e intérprete, y que en realidad es un mensaje central precisamente para nuestro tiempo: la Misericordia como fuerza de Dios, como límite divino contra el mal del mundo. Papa Benedicto, Audiencia general, 31 de mayo de 2006.
Dios de la Misericordia
Santa Faustina dijo:
Una vez, cuando pregunté al Señor cómo podía soportar tantos delitos y toda clase de crímenes sin castigarlos, el Señor me contestó: Para castigar tengo la eternidad y ahora estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visita. […] Diario de Santa Faustina, no. 1160.
Vi al Señor Jesús como Rey [en] gran Majestad mirando nuestra tierra con una mirada severa, pero por la súplica de su Madre prolongó el tiempo de la misericordia. Ibíd., no. 1261.
Ella dijo que lo vio "como un rey". Irónicamente, el Jubileo de la Misericordia comienza el 8 de diciembre de este año, que es la fiesta de la Inmaculada Concepción, y termina el próximo año en la fiesta de Cristo Rey. De hecho, el diario de Faustina no solo empieza dirigiéndose al "Rey de la Misericordia", sino que esto es precisamente cómo Jesús dijo quiere ser revelado al mundo:
Escribe esto: Antes de venir como el Juez Justo, vengo como el Rey de Misericordia. Ibíd. no. 83
Santa Faustina da más detalles:
Llegará un momento en que esta obra que Dios recomienda tanto, parecerá ser completamente destruida, y de repente Dios intervendrá con gran fuerza que dará el testimonio de la veracidad. Ella [la obra] será un nuevo esplendor para la Iglesia, a pesar de estar en ella desde hace mucho tiempo. Nadie puede negar que Dios es infinitamente misericordioso; Él desea que todos lo sepan; antes de volver como Juez, desea que las almas lo conozcan como Rey de Misericordia. Ibíd. no. 378
El P. Serafín Michalenko es uno de los padres de la Divina Misericordia", responsable en parte de la traducción del diario de Faustina y vice-postulador de su canonización. Mientras viajábamos a una conferencia en la que participaríamos, me explicó cómo los escritos de Santa Faustina fueron casi naufragados debido a malas traducciones que se propagaron sin autorización. Santa Faustina previó todo esto. Pero también previó que la Divina Misericordia podría desempeñar un papel en el próximo "nuevo esplendor" de la Iglesia, que es el "triunfo del Inmaculado Corazón", prometido en Fátima en 1917.
¿Una convergencia de cien años?
Algo más sucedió en 1917: el nacimiento del comunismo. Si Dios retrasó un castigo de la tierra desde el cielo, Él ciertamente permitió que el curso de los asuntos humanos continúen en su camino de rebelión, mientras llamaba a la humanidad que vuelva hacia Él. De hecho, en los meses previos a que Lenin irrumpiera Moscú en la Revolución de Octubre de 1917,'Nuestra Señora'advirtió que los "errores de Rusia" se extenderían por todo el mundo si la humanidad no se arrepintiese. Y aquí estamos hoy. Los errores de Rusia, el ateísmo, el materialismo, el marxismo, el socialismo, etc., se han extendido como un cáncer en todas las facetas de la sociedad provocando el inicio de una revolución global.
Algunos quedaron desconcertados, entonces, con las palabras del Papa Benedicto XVI en la homilía de la beatificación de dos de los videntes de Fátima en 2010.
Que estos siete años que nos separan del centenario de las Apariciones impulsen el anunciado triunfo del Corazón Inmaculado de María para gloria de la Santísima Trinidad. PAPA BENEDICTO, Homilía, Fátima, Portugal, 13 de mayo de 2010.
Eso nos lleva al 2017, cien años después de las apariciones que parecen inaugurar el "tiempo de la misericordia" que ahora estamos viviendo.
Las palabras "cien años" nos recuerdan otro evento en la Iglesia: la visión del Papa León XIII, en 1884. Según un testigo presencial, el Padre Domenico Pechenino, el Papa tuvo una visión durante la misa que le había dejado casi inconsciente:
León XIII realmente vio, en una visión, espíritus demoníacos que se congregaban en la Ciudad Eterna (Roma).
El Papa León XIII habría oído a Satanás pedir al Señor cien años para probar a la Iglesia (lo que llevó a León XIII a crear la oración a San Miguel Arcángel). Un autor y abogado, Ene Connell, hace una pregunta a una supuesta vidente de Medjugorje llamada Mirjana:
En cuanto a este siglo, ¿es verdad que la Santísima Madre te refiere un diálogo entre Dios y el diablo? En éste... Dios permitió al diablo un siglo en el que pueda ejercer de un poder extendido, y el diablo escogió estos tiempos nuestros? -p.23
La vidente contestó "Sí", citando como prueba las grandes divisiones que vemos sobre todo entre las familias de hoy.
La Misericordia viene …
Así que el Jubileo de la Misericordia nos lleva al 2017, cien años después de Fátima, cincuenta años después del Concilio Vaticano II, que ha sido la fuente de una inmensa división en la Iglesia, ya sea intencional o no. Sin embargo, quiero repetir que el tiempo humano no es el tiempo de Dios. El 2017 puede muy bien ir y venir como cualquier otro año. En este sentido, el Papa Benedicto XVI explicó al periodista Peter Seewald (en las páginas 78-79 del libro-entrevista "Luz del Mundo"), el significado de los "siete años que nos separa del triunfo del Inmaculado Corazón de María" que mencionara al final de la Homilía para la beatificación de los dos videntes de Fátima en 2010:
Yo dije que el "triunfo" se acercará. Esto es equivalente en significado a nuestra oración por la venida del Reino de Dios. Esas palabras no querían expresar -soy tal vez demasiado racionalista para ello- una expectativa mía de que ahora vaya a producirse un gran giro y que, de pronto, la historia vaya a seguir un curso totalmente distinto; sino que, siempre de nuevo, el poder del mal sea detenido; que, siempre de nuevo, en la fortaleza de la Madre se muestre y mantenga viva la fortaleza de Dios. La Iglesia está siempre llamada a hacer aquello que fue objeto de la petición de Abrahán: preocuparse de que haya justos suficientes como para contener el mal y la destrucción. Comprendí mis palabras como una oración para que crezcan nuevamente las fuerzas del bien. En ese sentido, los triunfos de Dios, los triunfos de María son silenciosos, pero reales.
Y eso parece ser el punto del Jubileo de la Misericordia que ha sido anunciado —para revertir la marea del mal que está barriendo sobre la humanidad a una velocidad exponencial; que la Divina Misericordia pueda, como dijo el Papa Benedicto después de su viaje a Polonia, actuar como "una barrera divina contra el mal del mundo."
Estoy seguro ‑ha observado Francisco el 13 de marzo de 2015‑ que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo la alegría para redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos estamos llamados a dar consolación a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo. Nos encomendamos a la Madre de la Misericordia, para que pueda volver hacia nosotros su mirada y velar por nuestro camino.
Las lecturas del 14 de marzo vienen muy apropiadamente:
Vamos a volver al Señor: Él, que nos despedazó, nos sanará; Él, que nos hirió, nos vendará. En dos días nos sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos delante de Él. Esforcémonos por conocer al Señor: su amanecer es como la aurora, y su sentencia surge como la luz.
(Primera lectura, Oseas 6 1-6)
Misericordia, Dios mío,
por tu bondad,
por tu inmensa compasión
borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. (Salmo 50)
" El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador." (Evangelio, San Lucas 18 9-14)