"Presiento que mi misión va a empezar"
"Presiento que mi misión va a empezar" es una frase de Santa Teresita del Niño Jesús que se está cumpliendo en Oscar Ernesto Aguilar Martínez, por esta razón fue escogido como título del libro que sobre su vida escribió su madre. Fue un joven ecuatoriano que a la edad de 21 años nueve meses partió a la casa del Padre, y que el día de su funeral fue despedido por muchos sacerdotes y cientos de personas entre familiares y amigos que al darle su último adiós comentaban, este joven murió con "olor a santidad".
"Bajó con ellos y vino a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón... (Lc. 2, 51-53).
Hay momentos, vivencias y circunstancias que se quedan grabadas en la memoria y que nos transmiten mensajes de Dios al corazón, así tengo impreso en mi recuerdo las cosas que voy a detallar.
Oscar Ernesto nació en Quito, Ecuador el 11 de julio de 1985, fue el segundo hijo de la familia Aguilar Martínez, su nacimiento fue un acontecimiento que llenó de felicidad a toda la familia, era el primer varón de la familia Aguilar. Desde el vientre materno participó con sus padres en el rezo del Santo Rosario. Cuando tenía cinco años el catequista de la familia Ernesto Ponce le enseñó las letanías a la Virgen y desde esa época comenzó a rezar.
La primaria se educó en el Colegio Americano de Quito, a los ocho años comenzó a prepararse para hacer su primera Comunión, este encuentro con Jesús le marcó su vida, ese día dio gracias a Dios y le prometió siempre asistir a la Eucaristía. A los pocos meses de ir diariamente a la misa el padre Fernando Rea Párroco de Nuestra Señora de Fátima le pidió que sea su monaguillo, esta invitación la aceptó como la mejor propuesta que había recibido. Como todo niño compartía el juego con sus amigos, sobre todo el futbol y la bicicleta, deportes que le gustaban mucho. Pero cuando llegaba la tarde, todos los niños veían como en medio de un emocionante partido él se retiraba y ante su sorpresa les decía "me voy a la misa".
Cuando cumplió 10 años hizo su primer Rosario de la Aurora completo, levantándose a las 2:45 a.m. para asistir a la misa de los madrugadores y luego a la procesión por las calles del Centro Histórico rezando el Rosario. Esta novena se realiza en Quito en el mes de abril para recordar el Milagro de la Madre Dolorosa del 20 de Abril de 1906, donde la Virgen abrió y cerró los ojos con una expresión de profunda tristeza por la implantación del laicismo en el Ecuador. A esta novena asisten miles de personas y Oscar Ernesto asistió todos los años hasta el día de su muerte como una de sus devociones más importantes para su crecimiento espiritual, porque es allí donde se fortalecía para continuar en su camino de seguir a Jesús.
La secundaria estudió en el Colegio San Gabriel, su formación con Jesuitas le ayudó a aumentar su devoción Mariana. Cuando cursaba el primer año del Colegio se consagró a la Virgen, en un acto muy solemne del Plantel, en su carta, entre otras cosas le dijo al a Virgen: "Querida Dolorosa: me propongo visitarte todas las mañanas antes de entrar al Colegio, me propongo hacer todas las novenas completas, me propongo rezarte todos los días el Santo Rosario, y las mañanas cuando me despierto con tu ayuda no me quiero olvidar de rezarte al igual que cuando me voy a dormir, Señora ya eres mi madre no me abandone tu amor."
A los 13 años se preparó para la Confirmación con un grupo de jóvenes de escasos recursos, cuando recibió el Espíritu Santo nació en él el deseo de ser Santo, un día estando reunida toda la familia, dijo: "estoy leyendo la vida de los Santos y ellos me invitan a seguir su ejemplo. Tengo como objetivo primordial la santidad".
En el Colegio durante la secundaria se destacó por ser un joven disciplinado, estudioso, honesto, solidario, responsable y austero. Cada año recibió un premio especial, el más importante fue el del Espíritu Gabrielino, él los tomaba como un regalo de la Virgen, porque siempre se sintió protegido y amado por su Madre Dolorosa.
Con sus compañeros de clase fue muy solidario, preocupado por aquellos que tenían problemas, en silencio trataba de ayudarlos pero sin sobresalir, pues todo lo que hacía era movido por el amor a Dios.
Desde primer curso participó en la Pastoral del Colegio donde se fue preparando para ser misionero en el Oriente y en la Costa Ecuatoriana. Esto lo hizo durante la Semana Santa y en las vacaciones al terminar el año escolar. En esas experiencias se sintió dichoso, feliz, plenamente realizado y surgió en él el deseo de ser sacerdote, y cuando le preguntaban qué vas a ser en el futuro él contestaba: "sacerdote, pero sacerdote santo".
Dios le había dotado de una inteligencia superior, en el Colegio se destacó como un gran matemático y físico. Le gustaba coleccionar música selecta de todos los tiempos. En su habitación comenzó a pegar las estampas de sus Santos favoritos y a leer sobre ellos con pasión, algunos de estos libros eran: Las Confesiones de San Agustín, San Ignacio del Loyola, Historia de un alma de Santa Teresita de Lisieux, San Francisco de Asís entre otras.
Cuando tenía 17 años le detectaron una enfermedad incurable, hipertensión pulmonar primaria. Después de recibir el diagnóstico fue a buscar información sobre su enfermedad, leyó que esta enfermedad una vez diagnosticada el paciente tiene una probabilidad de vida de tres años. Ante esto nos dijo: "no tengo miedo a morir, lo único que tengo miedo es a morir en pecado mortal". Es por esto que desde ese momento comenzó a confesarse cada 15 días.
Al terminar sus estudios secundarios, decidió postergar su ingreso al Seminario, esta decisión la tomó porque su enfermedad cada día le afectaba más; sufría de mucho cansancio y tuvo que renunciar al deporte que tanto le gustaba. Pero su vida interior estaba llena de Dios y por eso mantenía una gran alegría, su sonrisa era lo que más llamaba la atención, era siempre positivo y cuando alguien le mencionaba su enfermedad decía que lo importante en la vida es aceptar la Voluntad de Dios, porque El nunca se equivoca.
Ingresó a la Universidad San Francisco a estudiar Ingeniería Electrónica en donde se destacó como un gran estudiante, sobresalió en el campo de la física y de la matemática, pero también llegó a dominar la Historia, la Literatura, la Sicología, pero sobre todo se convirtió en un gran defensor de la Iglesia Católica, le apasionaba la Teología y quiso conocer más sobre la Historia de la Iglesia, los Padres de la Iglesia, el pensamiento de Juan Pablo II, el del actual Papa Benedicto XVI, entre otros.
Cuando sus padres cumplieron 25 años de matrimonio escribió un discurso en agradecimiento a Dios por este gran acontecimiento: "Esta noche estamos festejando 25 años de matrimonio de mis padres. Lo estamos haciendo con esta Eucaristía, que significa "Acción de gracias", y en la cual, en comunión con Cristo y su Iglesia, participamos, como lo dijo el Papa Juan Pablo II, del "Cielo en la Tierra". A través de todos estos años, en medio de alegrías y preocupaciones, he visto como en mi familia se ha manifestado constantemente la Providencia Divina. Y es que si me preguntan, cuál ha sido la clave para seguir adelante con firmeza en este camino, en el cual no han faltado los problemas y las dificultades, ha sido el de "ponernos en las manos de Dios", es decir, el de reconocernos necesitados y limitados, y con una mirada de fe acudir a Dios que es Amor. De esta forma hemos podido palpar, como en los momentos, en que los obstáculos parecieran superar nuestras fuerzas, la "presencia de Dios" en nuestras vidas, se ha manifestado con mayor espectacularidad".
En la Navidad del 2006, en apenas 10 días, escribió una apología sobre la Iglesia para rebatir las críticas que escuchó sobre la misma, este documento fue publicado como un Anexo en su libro y ha producido admiración en todos los que la han leído, por el amor y el conocimiento tan profundo que tenía sobre la Iglesia.
El último año de Ingeniería lo realizó en la Universidad de Illinois en Urbana Champaign en Estados Unidos, donde a pesar de que la temperatura bajaba a menos de cero grados, él nunca dejó de asistir diariamente a la misa. Allí conoció a Marianne una joven estudiante de teología, que tenía sus mismos ideales y con quién pudo compartir su vida interior, hablar de los Santos, de los sacramentos, de sus sueños y sobre todo le decía "pongamos todo en manos de Dios y hagamos su Voluntad". Ella dijo después que cuando miraba sus ojos sentía que a través de Oscar miraba profundamente en los ojos de Jesús. En esta Universidad tomó una materia de Religión y realizó un trabajo que fue calificado como el mejor en este tema: "PERSONALISM: THE CATHOLIC PROPOSAL TO TODAY'S SPIRITUAL CRISIS OF THE WESTERN WORLD", en español: "PERSONALISMO: LA PROPUESTA CATÓLICA A LA CRISIS ESPIRITUAL ACTUAL EN OCCIDENTE."
Como hijo fue un joven de una obediencia extraordinaria, mantuvo siempre la unidad en el hogar, era de una austeridad poco común, no permitía que le compren ropa de marca, ni un teléfono celular, usaba la tecnología para realizar sus trabajos y el internet para las investigaciones pero jamás abusó de ella, prefería salir al campo a respirar aire puro o a conversar con sus amigos antes que dedicar horas al computador. Rechazó el regalo de un automóvil que sus padres le hicieron en una Navidad. A sus hermanas siempre las trató con mucho cariño y respeto. A su hermana Dominique que era menor a él siempre la cuidaba y a todos catequizaba, pero sobre todo llenaba de amor y de detalles su hogar. Hacía penitencia con frecuencia y decía: "amo el ayuno porque me permite purificar mis faltas".
Cuando regresó al Ecuador el 23 de Mayo del 2007 sufrió un desmayo, fue internado en la Clínica y a los pocos días le dieron el alta, pero su enfermedad estaba tan avanzada que ya no resistió más y murió el 28 de Mayo del 2007. La última oración que rezó antes de morir fue a San José, patrón de la buena muerte; su última comunión fue víspera de la Fiesta del Espíritu Santo: Pentecostés.
A partir de esta fecha se han realizado 45 misas, una mensual; sus padres, sus familiares, un grupo de amigos y las personas que se van integrando, bajo la dirección de su guía espiritual Ernesto Ponce han vivido con cada una de ellas una experiencia única, una verdadera Comunión de los Santos. Con muchos testigos se ha visto una acción fuerte del Espíritu Santo, sacerdotes y religiosas se han visto atraídos por la vida de este joven y lo han puesto como ejemplo de santidad en el siglo actual. Muchas personas de toda edad se sienten llamados a asistir a las misas, y se han visto hermosas conversiones. Con frecuencia llegan testimonios de personas para comentar sobre como Oscar Ernesto se ha convertido en un intercesor ante Dios. Para los jóvenes es un modelo a seguir, muchos se sienten llamados, y han manifestado que al leer la vida de Oscar Ernesto comprenden la importancia de nuestra religión, además sienten el deseo de acercarse más a Dios, a través de la Eucaristía, del rezo del Rosario y de frecuentar más los sacramentos sobre todo la confesión. La familia guarda estos testimonios y deja en manos de Dios lo que tenga que acontecer con este joven.