Natuzza Evolo nunca se puso en contacto con los muertos por propia iniciativa. Era el Señor mismo quien decidía cuándo y qué difuntos podían encontrarse con Natuzza y transmitir mensajes a través de ella.
En casa de Natuzza se reunía gente para rezar el Rosario y otras oraciones, y una vez concluido todo, se hablaba de diversos temas religiosos. Natuzza era una persona sonriente, equilibrada e irradiaba paz y alegría. Había momentos que nadie podía prever, sobre todo durante el Rosario o una conversación, en los cuales Natuzza entraba en éxtasis y entonces se manifestaban las almas de personas fallecidas, que hablaban a los presentes. Cada una de aquellas almas se expresaba con su propia voz; se trataba, por tanto, de voces de mujeres, hombres, ancianos, jóvenes y niños. Este estado de éxtasis duraba entre 15 y 30 minutos.
A través de Natuzza los muertos nos transmitieron a todos nosotros, que vivimos en la Tierra, el siguiente mensaje: « Sabed que aquí, donde estamos, existe la eternidad; y vosotros en la Tierra tenéis que madurar y prepararos para ella. Con una contrición sincera, rogad a Dios Misericordioso que os absuelva de todos los pecados mortales que hayáis cometido con plena conciencia y entero consentimiento. Si no lo hacéis, iréis al infierno. Rogad también que os sean perdonados los pecados cometidos sin mala fe y todos vuestros pecados veniales. ¿Por que faltáis y os tomáis a la ligera acudir a Misa los domingos? ¿Quizás porque no queréis darle ese gusto a los curas? Cuando están celebrando la Santa Misa, ellos representan a Cristo y no debería interesaros si tienen algunas debilidades o defectos. Participad cada domingo en la Santa Misa, cumplid los mandamientos del Señor, caminad por la senda recta. Jesús está muy triste porque hay tantos pecados en el mundo. ¡Rezad, rezad!, porque de lo contrario el mal que hay en el mundo, consecuencia del pecado, no va a ser vencido ».
Sin embargo, las almas condenadas en el infierno se lamentaban de esta manera: « ¡Ay, si pudiéramos volver a la Tierra! Quisiéramos aceptar cualquier sufrimiento con tal de poder salvarnos.;Qué contentos estaríamos si pudiéramos permanecer aquí, con este terrible tormento, durante tantos años como granitos de arena hay en la orilla del mar! Estamos en este fuego eterno porque muchos de nosotros hemos negado la existencia de Dios, o porque hemos rechazado conscientemente Su misericordia infinita o no hemos pedido perdón por nuestros pecados ».
Se han conservado muchos informes de los encuentros de Natuzza con los difuntos. He aquí uno de ellos, con fecha 5 de octubre de 1947: « Aquella tarde, en casa de Natuzza estaban el doctor Nicola Valente con su esposa, su hermano, su cuñado y otras personas. Después de mantener una charla amistosa, nos pusimos a rezar el Rosario. A las 20:15 horas Natuzza recostó la cabeza sobre su hombro. Movía despacio los labios, pero no se oía ninguna voz y se quedó totalmente rígida. En cierto momento, escuchamos una voz infantil: "!Disculpen! ¿Por qué tienen miedo? Somos dos los que estamos aquí, no les vamos a hacer nada malo". Los recién llegados dijeron que eran los hijos fallecidos del doctor Valente y después estuvieron hablando con sus padres un buen rato. Sus palabras hicieron que a los oyentes se les saltaran las lágrimas. "Nos gustaría darles algunos consejos a nuestros padres, pero hoy no podemos, aquí hay demasiada gente. Querida mamá, te vemos muy nerviosa y papá tampoco está tranquilo. Estad serenos y sed pacientes".
Justo después se oyó otra voz, tétrica, ronca y jadeante: "Soy Raffaele Barbuto de Porto Salvo". Ninguno de los presentes lo conocía. La voz siguió diciendo: "Estoy condenado al fuego eterno del infierno por haber destrozado la vida de una chica... ¡Evitad cometer pecados contra la pureza, no escandalicéis a los demás, respetad a las mujeres!".
Después hablo Galati Gaspare, primo de una señora de Vibo Valentia. Pensé que se trataba del hermano de la señora Galati de Mileto. Entonces le oímos decir esto: "No, soy su primo. Sufro el fuego del Purgatorio porque durante mi vida terrestre solamente pensaba en cómo pasármelo bien, pero antes de morir me había arrepentido y fui a confesarme. Rezad por mí, necesito mucho vuestras oraciones y que intercedáis por mi".
Luego escuchamos la voz aterradora de una muchacha: "Por culpa de mis calumnias estoy condenada por los siglos de los siglos, sin ninguna esperanza ni alivio. No podéis ayudarme de ninguna manera. Pensad en vuestra eternidad, ahora que todavía tenéis tiempo. Seduje a un sacerdote, y muchas veces volví a cometer ese mismo pecado horrible. No me quise convertir y aborrecer mis pecados contra la pureza. Ahora estoy condenada para siempre. Nada más morir, Jesucristo me dijo:'Catalina, el Cielo no es para ti'". Al final gritó: « !Mi vida, mi sufrimiento, mamma mía...!". Ninguno de los presentes sabia quien era la muchacha.
Otra mujer del Purgatorio contó, con un perfecto dialecto de Palmi, que se llama Rosina Tripoli y que está haciendo penitencia por sus pecados, arrodillada ante una imagen de la Virgen en su propia casa. Un rato después, oímos a una niña que se presento como la hermana del Dr. Valente, quien estaba allí presente con nosotros. La niña había muerto a los dos años de edad. Dijo: "Estoy en el Cielo y ruego por todos. Rezad ardientemente por papá, que ahora mismo necesita muchas oraciones...!" ».
Otro día, las personas reunidas en casa de Natuzza escucharon la voz de un niño muerto, que les dijo: « Algunos piensan que esto es solamente una transmisión de pensamientos... Aquí no se transmite nada, sino que somos nosotros mismos quienes os estamos hablando directamente, sirviéndonos de esta chica [Natuzza] con permiso del Señor. Podéis decir, sin temor a equivocaros, que nos estáis oyendo fuera de las tumbas como si fuera por la radio. Todo esto está sucediendo por voluntad de Jesucristo, que ahora está con nosotros ».
En otra ocasión, uno de los muertos habló así: « Todos los que ahora me estáis escuchando, sabed que lo que está pasando en este lugar tiene el permiso de Dios. La muchacha [Natuzza] es tan solo una herramienta de la que Dios se vale para llamaros a que guardéis Sus mandamientos: los mandamientos del amor, de la misericordia y del sacrificio. Es una "radio" directa desde el más allá. Sabed que en la vida tras la muerte, para cada persona realmente existe un castigo por sus pecados y un premio por su buena conducta ».
Las animas del Purgatorio se le aparecían a Natuzza con el cuerpo que habían tenido antes de morir, pero vestidas con la ropa que más les gustaba. Sin embargo, los niños se aparecían como si tuvieran siete años y los jóvenes hasta los 33 años.
El Señor eligió esta manera para que los muertos pudieran ser reconocidos por sus familiares. Al principio Natuzza no podía diferenciar si se trataba de vivos o muertos, tan solo al tocarlos se daba cuenta de si eran almas de difuntos que estaban sufriendo en el Purgatorio. Con facilidad reconocía a las almas que bajaban del Cielo, ya que llevaban unas vestiduras blancas y brillaban con una luz especial de amor y felicidad. En cambio, no veía a la gente condenada; únicamente oía lo que Dios les mandaba decir.
Durante sus éxtasis, Natuzza recostaba la cabeza en el hombro como si estuviera dormida. Sus labios no se movían y, sin embargo, las palabras salían con fluidez de su boca. No se escuchaba su voz, únicamente hablaban los difuntos y no solamente en italiano, sino también en otros idiomas: francés, español, alemán y turco. Se oía cómo hablaban uno tras otro o todos juntos a la vez. Eran voces de niños, de mujeres, de hombres y de personas mayores; de sacerdotes, obispos y papas; de filósofos y campesinos. Todos pedían ayuda en forma de oración, para verse aliviados de sus sufrimientos. Apelaban también a la conversión y a la perseverancia en el camino hacia la santidad.
Santo Tomas de Aquino escribió en su Suma teológica que las ánimas del Purgatorio se aparecen a los vivos de la Tierra para pedirles oraciones, de manera que así puedan purificarse lo mas rápido posible de las consecuencias de sus pecados y subir al Cielo. Se aparecen también para consolar a los miembros de su familia y a sus amigos, para transmitirles ánimo y valor para avanzar por el camino de la fe. Por el contrario, las almas condenadas se aparecen por indicación expresa del Señor, puesto que a través del testimonio de su sufrimiento inimaginable en el infierno, Dios quiere infundir un temor salvífico en los pecadores empedernidos y remover sus conciencias, para que recapaciten y se conviertan.
Durante nuestra vida terrenal no somos capaces de comprender lo mucho que sufren las almas del Purgatorio. Santo Tomas escribe: « La mínima pena del Purgatorio excede y es más atroz que la mayor pena de esta vida ». Las almas del Purgatorio aman al Señor con un amor ardiente, aceptando su sufrimiento como el único camino de purificación para entrar en el Cielo. Al experimentar esa pena están siendo alentados y consolados por la Virgen María, los ángeles y los santos.
Orar por las animas benditas del Purgatorio constituye una gran obra de misericordia: « Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia » (Mt 5, 7). El Señor aprecia más la misericordia mostrada hacia las almas que sufren en el Purgatorio, que la manifestada hacia las personas vivas de la Tierra. La Santa Misa constituye el mayor don que podemos ofrecer a las ánimas del Purgatorio y cuando rogamos por los difuntos, estamos recibiendo gracias especiales de Dios. De gran ayuda para los difuntos resulta cualquier limosna ofrecida por sus intenciones.
El único que decide si los muertos pueden ponerse en contacto con nosotros es Dios mismo, pero nunca el ser humano. Por esta razón, la Iglesia Católica prohíbe a sus fieles contactar con los muertos a través de cualquier tipo de médium, porque entonces uno se expone a la acción engañosa de los espíritus impuros, que se hacen pasar por las almas de los difuntos. Los que participan en tales sesiones espiritistas pecan gravemente contra el Primer Mandamiento del Decálogo y pueden sufrir un daño espiritual irreversible. Durante esas sesiones espiritistas, sus participantes se ven expuestos a la acción de los poderes malignos y a menudo provocan casos de posesión diabólica.
El abogado Silvio Colloca cuenta que en 1944 fue testigo de cómo Natuzza entró en éxtasis. Pasado un rato, oyó una voz infantil: « Soy tu tío Silvio ». Ciertamente, Silvio, un hermano del padre del abogado, había muerto en 1874 a la edad de ocho años. Entablaron una conversación. El abogado le preguntó (a su tío muerto) sobre su hermana Stella y su marido, que habían vivido en el norte de Italia y de los cuales no se sabía nada desde que estalló la guerra. El chico muerto le dijo a Colloca que no se preocupara por ellos, ya que los dos vivían en Tarvisio y se encontraban bien. Terminada la guerra, Silvio comprobó que aquello era verdad.
Durante ese mismo éxtasis, el cuñado de Silvio quiso zarandear a Natuzza para despertarla. Oyeron entonces la voz de un chico muerto que decía: « Eso no te va a servir de nada. Ni aunque la tires por la ventana se te va a despertar ». Al final, aquel visitante del Purgatorio se despidió del abogado de la siguiente manera: « Me tengo que ir ya, porque se me acabó el permiso. Acude a comulgar y ofrécelo por mí ».
El abogado no se había recuperado aún de la impresión, cuando escuchó la voz afónica diferente de un hombre adulto. Reconoció que se trataba de un familiar suyo, que había sido miembro de la masonería y que antes de morir había despreciado los sacramentos. Así le dijo al abogado: « Estoy sufriendo y no existe ninguna esperanza para mi, porque estoy condenado al fuego eterno. No dejo de padecer un tormento atroz ». Estas palabras produjeron una fuerte impresión en todos los oyentes.
Jesucristo ansía llegar de las formas mas variopintas hasta nuestros corazones, para que nos abramos a Él, permitiéndole que nos sumerja en el océano de Su misericordia infinita. Únicamente de esta manera podemos volver a nacer de nuevo (Cfr. Jn 3, 3).
A través de este sorprendente carisma de Natuzza, las almas de los difuntos estaban dando testimonio de la vida tras la muerte solamente con un objetivo: que la gente se convierta y adopte una forma de vida acorde con el Evangelio, y de obediencia a Jesús, que vive, enseña y actúa en la Iglesia Católica.
Así hablaba la Santísima Virgen a Natuzza durante su aparición del 1 de abril de 1982: « Jesús está triste porque el mundo entero está repitiendo Su crucifixión. La gente solamente piensa en los asuntos terrenales, descuidando su vida espiritual y, por lo tanto, sus propias almas. No se dan cuenta de que la vida terrenal es muy corta. Pueden conquistar el mundo entero, pero si no están con Jesús, van a perder sus almas. Jesús es bueno y está lleno de misericordia, pero advierte: "No abuséis de Mi misericordia".
Editado de la revista "Amaos".