Cuarto Hábito
El cuarto hábito es participar en la Santa Misa y recibir la Santa Comunión en estado de gracia.
Este es el hábito más importante de todos los siete (cfr. Jn. 6, 22-65) y debe estar muy en el centro de nuestra vida interior y consecuentemente de nuestro día. Este es el acto más íntimo posible del hombre. Encontramos a Cristo vivo, participamos en la renovación de Su Sacrificio por nosotros y en unidad cuerpo y alma hacia el Cristo resucitado y nosotros mismos. Como el papa San Juan Pablo II dijo en su Exhortación Apostólica Ecclesia in America "La Eucaristía es el centro viviente y eterno centro alrededor del cual la comunidad entera de la Iglesia se congrega." (n°35)