Millones de mujeres desfilaban solemnemente en las calles rezando el rosario en voz alta, cantando cánticos y elevando pancartas en contra del comunismo. Es la Reina del Cielo quién ordena a los ejércitos de sus apóstoles y consigue la victoria.

María en los últimos tiempos de la Iglesia

Me gustaría señalar al inicio de este artículo, que aunque lo que voy a relatar sucedió en 1964 es de gran importancia para nuestros tiempos, donde nuevamente el lobo se disfraza de oveja.  Cabe mencionar que los enemigos de la Iglesia cambian de nombre pero tienen muy enraizadas sus filosofías ateas y perniciosas en contra de la vida y de la familia. Recordaremos para este efecto las palabras proféticas de San Luis María Grignion de Montfort: 

"Dicho que esto acontecerá especialmente hacia el fin del mundo –y muy pronto- porque el Altísimo y su Santísima Madre han de formar grandes santos que superarán en santidad a la mayoría de los otros santos cuanto los cedros del Líbano exceden a los arbustos. Estos grandes santos, llenos de gracia y celo apostólico, serán escogidos por Dios para oponerse a sus enemigos, que bramarán por todas partes. Tendrán una excepcional devoción a la Santísima Virgen, quien les esclarecerá con su luz, les alimentará con su leche, les guiará con su espíritu, les sostendrá con su brazo y les protegerá; de suerte que combatirán con una mano y construirán con la otra. Con una mano combatirán, derribarán, aplastarán a los herejes con sus herejías, a los cismáticos con sus cismas, a los idólatras con sus idolatrías y a los pecadores con sus impiedades. Con la otra edificarán el templo del verdadero Salomón y la mística ciudad de Dios, es decir, la Santísima Virgen, llamada precisamente por los Padres: Templo de Salomón y ciudad de Dios."

El Milagro del Santo Rosario en Brasil

Es el 20 de marzo del año de 1964, el día de la Pascua, durante la Semana Santa, unos acontecimientos milagrosos se produjeron en Brasil. Acontecimientos de naturaleza nacional y universal. La revolución comunista, preparada para ese país de Iberoamérica, abortó dos días antes de su desencadenamiento.

Fueron las mujeres de Brasil quienes hicieron fallar la revolución comunista. Fueron ellas, quienes haciéndose eco del llamado de la Santísima Virgen María llevaron la contra-revolución. Y estas mujeres habían colocado en su altar a la Reina del Cielo. La que, por Decreto Divino, pisará la cabeza de Satanás, el Mentiroso y Asesino.

Es Nuestra Señora de Fátima quien salvo a Brasil, en la Semana Santa de 1964, ya que los católicos de Brasil vivían los mensajes de Fátima, y siguiendo a la Virgen Peregrina, las mujeres recorrieron las calles de sus ciudades en desfiles gigantes, rezando en voz alta el Santo Rosario y cantando varios cánticos marianos.

Hechos que marcaron la historia

En la revista Selecciones del 1ro. de febrero de 1965, leemos lo siguiente: 

"Cuando la Federación de los Trabajadores de América Latina, organización comunista, anunciaba que iba a tener lugar en Belo Horizonte, un gran encuentro, donde dos organizadores de Rusia tomarían la palabra, los dirigentes de la Liga Femenina para la Democracia enviaron el siguiente breve mensaje:  « Cuando el avión que lleva a esos hombres llegue, encontrará centenares de mujeres acostadas atravesadas en la pista de aterrizaje. Estén prevenidos. »

"La amenaza bastará. El avión no se posa en Belo Horizonte y sigue su vuelo hasta Brasilia."

"En febrero de 1964, las mismas mujeres organizan una manifestación con un éxito idéntico. Un congreso para la reforma agraria debía llevarse a cabo en Belo Horizonte, con Leonel Brizola (embajador cubano y comunista), como el principal orador. Cuando Brizola llega a la sala del congreso, la encuentra abarrotada, tan abarrotada que de hecho no pudo lograr que lo oyeran, su voz estaba cubierta por el tintinear de los rosarios y los murmureos de 3000 mujeres orando por la liberación de su país.  Afuera, Brizola encuentra igualmente las calles llenas, hasta donde abarca la vista, de mujeres en oración. Se fue de Belo Horizonte, cargando en su bolsillo, uno de los discursos mas incendiarios de su carrera... que no pudo pronunciar."

El 18 de marzo de 1964, los jefes comunistas habían llevado a Río de Janeiro 100,000 trabajadores, por camión y por tren, con cargo al Estado – mas de 400,000 reales de gastos- para oír a Goulart y Brizola, decretar el asesinato de la Constitución, la abolición del Congreso (los diputados) y el decomiso de las industrias y granjas. Era el día 18 del mes, por consiguiente el día escogido por la Virgen de Fátima para sus apariciones en Portugal, en 1917. Después de esos momentos, el día 18 de cada mes del año es honrado por los fervientes de Fátima.

En ese entonces, el 13 de marzo de 1964 fue el día designado por el presidente Goulart para anunciar públicamente la dictadura oficial en Brasil. Mas, el 13 de marzo de 1964 era también el día elegido por la Virgen para hacer estallar un milagro en favor de los amigos del rosario en Brasil.

Cuando las mujeres del Brasil oyeron en la televisión las terroríficas noticias arrojadas por los seguidores del comunismo, por millones, en todas las ciudades, salieron de sus casas, tomaron las calles y carreteras con sus rosarios, con sus pancartas anticomunistas, y toneladas de circulares con las que inundaron el país con la ayuda de sus hijos.

El 19 de marzo, fiesta de San José, jefe de la Santa Familia, tuvo lugar en Sao Paulo la "Marcha de la familia hacia la libertad, con la ayuda de Dios". Un millón de mujeres desfilaban solamente orando y cantando. Hay que señalar que esto sucedió en la primera semana de la Semana Santa, el jueves anterior al domingo de Ramos.

En la Semana Santa

Brasil era un país inmenso, mas vasto que los Estados Unidos, que contaba con 77 millones de habitantes, tres veces la población de Canadá y trece la de Québec.

En casi todas las ciudades de Brasil, en los días siguientes al 19 de marzo, se llevaron a cabo esas "Marchas por la familia hacia la libertad, con la ayuda de Dios", movilizando millones y millones de mujeres.

He aquí el texto de la circular que las mujeres y sus hijos repartían:

"Este país inmenso y maravilloso que Dios nos dio está en extremo peligro. Hemos permitido que hombres con ambiciones sin límites, sin fe cristiana y sin escrúpulos, intenten traer la miseria a nuestro pueblo, con el objeto de destruir nuestra economía, de turbar nuestra paz social, de sembrar el odio y la desesperanza. Se infiltraron en nuestra nación, en sus administraciones, en nuestro ejército e incluso en nuestra Iglesia, con servidores de un totalitarismo desconocido para nosotros y que destruirá todo lo que queremos seguir guardando...

"Santa Madre de Dios, protégenos del destino que nos amenaza y sálvanos de los sufrimientos infligidos a las mujeres martirizadas de Cuba, de Polonia, de Hungría y de otras naciones que han sido reducidas a la esclavitud!"

El viernes 20 de marzo antes del domingo de ramos, era la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores y las mujeres de Brasil continuaban con su marcha "de las familias". El día 22 de marzo, domingo de Ramos,  así como Cristo en Jerusalén, las mujeres de Brasil tomaban triunfalmente posesión de su país, cantando: ¡Hosanna al Hijo de David!

Mientras tanto, Luís Carlos Prestes, jefe del partido comunista brasileño, presumía descaradamente: "El poder, lo tenemos ya. No nos falta más que tomar el relevo del gobierno" (Selecciones, febrero 1965). Y el presidente comunista, Goulart, acusaba públicamente a los católicos de oponerse a sus reformas. Cometió el error de ridiculizar públicamente la devoción al rosario, manifestando que era una arma inútil para solucionar los problemas de Brasil.

Pero desde el 13 de marzo, día famoso de los decretos cínicos de Goulart, el general Castelo Bramen, redactaba un manifiesto secreto de reprobación, diciendo: "Cuando un presidente propone eliminar el Congreso y de echar abajo la Constitución, el ejército no tiene solamente el derecho, sino el deber de intervenir para defender la soberanía". 

Por medio de hombres de derecho, un escrito fue entregado clandestinamente a oficiales superiores de confianza del ejercito. Y 1500 oficiales de la marina hicieron al mismo tiempo un llamado a todos los ciudadanos del país proclamando que el momento había llegado para Brasil de defenderse el mismo. El ejército, la marina, la prensa se unieron a las mujeres que oraban, en una colosal contra-revolución.

El 23 de marzo, el cardenal Camera de Río de Janeiro, transmitió un mensaje radiofónico a todo el país advirtiendo del peligro inminente de la toma de poder por el comunismo.

Tres días mas tarde, el 26 de marzo, el Jueves Santo, secciones de las fuerzas militares caminaron en contra de Goulart. Documentos grabados revelaron que los comunistas habían planeado apoderarse del país por medio de las armas, exactamente dos días mas tarde, es decir el 28 de marzo. La contra-revolución se había adelantado por 48 horas solamente a la revolución. 

Una resurrección

Los gobernadores de estado y los generales de los ejércitos, unos después de otros, se volcaban hacia la contra-revolución. Varios Diputados liberaron al presidente Goulart, quien huyó, seguido por Brizola y varios  jefes comunistas de los sindicatos.

El miércoles después de la Pascua, al medio día del 1ro de abril, los contra-revolucionarios habían logrado la victoria. Celebraban en la radio el fracaso del comunismo. "En las ventanas de Río se sacudían sábanas y paños que anunciaban la victoria, y las calles de las grandes ciudades de Brasil estaban llenas de gente feliz que bailaba en un ambiente de alegría". (Selecciones)

Fue una verdadera resurrección

Para el 2 de abril, jueves de Pascua, una "marcha" de las mujeres de Río de Janeiro había sido programada anteriormente. Espíritus, no muy apaciguados, quisieron disuadir a las mujeres de su "marcha de familias" diciéndoles que "era inútil después de la victoria". Pero las mujeres de Río se precipitaron llamando por teléfono para mantener su programa. Convirtieron su marcha en apoteosis de acción de gracias a Cristo y a Nuestra Señora. Toda la población de la ciudad y de los alrededores estaba en las calles.

La contra-revolución de Brasil fue un milagro. El milagro de una guerra ganada sin derramar sangre, el milagro de un pueblo que organizó la resistencia con sus pocos recursos, sin el socorro de las potencias del dinero, ni de otros países. A pesar de los comentarios de algunos, los Estados Unidos no dieron ni un centavo para la contra-revolución brasileña. Fue el milagro de los hombres de negocios y profesionales que trabajaban para el bien común. Fue el milagro de los poderosos, de los gobernantes, de los diputados, de los generales, quienes estuvieron listos a sacrificar su prestigio y su fortuna por su país.

¿Quién hizo el milagro en Brasil? ¡Las mujeres con su rosario! ¿Quién hizo el milagro? Nuestra Señora de Fátima quien, en 1917, prometió salvar al mundo de la tiranía comunista si los católicos rezaban el Santo Rosario y hacían penitencia.

El Rev. Padre Valerio Alberton, jesuita, viajó a Fátima, Portugal, en julio de 1964, para "agradecer a la Santísima Virgen María por la insigne gracia que Brasil obtuvo de Ella, con la victoria de las fuerzas armadas, sobre el comunismo que amenazaba con transformar a Brasil en una nueva Cuba". (Padre Alberton)

Y el Padre Alberton sigue:    

"Hemos vencido gracias a Nuestra Señora del Rosario de Fátima y a Portugal... Gracias a Portugal, porque Portugal es Fátima. Y gracias al mensaje de Fátima vivido en Brasil, nos hemos librado a tiempo de la hidra moscovita."

Amigos míos, aquí, les pido aplicar a sus países, frase por frase, las siguientes palabras. Verán como la situación que vivimos hoy se parece a la de Brasil a pesar que los enemigos de la fe vengan hoy disfrazados como corderos y ya no se hagan llamar comunistas, aunque en su corazón lo vivan.

El Padre Alberton:

"La situación de mi querida patria era muy grave. Todos los sectores de la actividad humana estaban minados. Los puestos claves en las manos de comunistas notorios y pro-comunistas. Los sindicatos, en su mayoría, manejados por ellos. Huelgas tras huelgas, con mucho carácter político, dirigían la agitación por todas partes. Las universidades también estaban infiltradas. Los directores académicos, las uniones del Estado y la famosa Unión nacional  Estudiantil, con unas cuantas excepciones, estaban manejados por ellos. Había constatado yo mismo toda la gravedad de esta infiltración porque, de noviembre a marzo, viajé por todas las capitales brasileñas, en contacto con los medios universitarios. A mediados de marzo, terminé mi inspección con esta constatación pesimista: Es un hecho, la Iglesia ha perdido el mundo universitario."

"La penetración fue tan profunda en las facultades católicas igualmente. Descubrimos células comunistas hasta en nuestros colegios. Las asociaciones católicas tampoco se salvaban. Era espantoso. El desaliento comenzaba a ampararse en los espíritus. Muchos encontraban el problema indisoluble."...

Ejército mariano al mando de la batalla

Su Eminencia el Cardenal Arzobispo de Río de Janeiro, cada semana, a través de la Voz del Pastor de una estación de radio local, alertaba a los católicos y les pedía rezar y hacer penitencia, según el espíritu de Fátima, para que Dios por la intercesión de la Virgen María, tuviera piedad de ellos.

Y sus repetidas llamadas encontraron eco en el corazón de los católicos brasileños porque el mensaje de Fátima había penetrado profundamente en su alma. El Mensaje de Fátima fue acogido con entusiasmo en Brasil. Todo el país está impregnado. La visita de la Virgen Peregrina  que recorría Brasil, de punta a punta en 18 meses, entre 1952 y 1953, constituyó uno de los acontecimientos religiosos mas extraordinarios de su historia cinco veces secular.

Fueron 18 meses de intenso fervor religioso y mariano. La imagen Peregrina fue transportada, de manera espectacular por todo Brasil, en las grandes ciudades, de manera mas conmovedora en los pueblitos...  Recibió honores oficiales como en España. Nadie faltó, desde las autoridades supremas, religiosas y civiles, tanto del país como de los estados, altos mandatarios, parlamentarios, universidades, ejército, marina, aviación, hasta verdaderas muchedumbres donde fraternizaban ciudadanos de todas las clases y de todas las categorías, en un coro único de alabanzas y homenajes a la celeste Viajera.

¡Cuántas bendiciones!! Cuántas gracias! ¡Cómo la Virgen de Fátima distribuía a manos llenas favores numerosos por todo el inmenso Brasil! Por fin, la celeste Peregrina, en su viaje triunfal, dejó atrás de ella surcos de luz sobrenatural que nunca se apagarán... Los milagros se multiplicaban de tal manera que parecían convertirse en un fenómeno común.

Además, las organizaciones laicas católicas no contribuyeron poco a reanimar o expandir el mensaje de Fátima, en lo particular las congregaciones marianas, quienes en todas partes desplegaron una gran actividad para preparar el recibimiento de la Peregrina por medio de conferencias, folletos, en particular con el rezo del Santo Rosario, en familia y por micrófono.

200,000 hombres inscritos en 2700 congregaciones marianas formaron un verdadero ejército mariano en esa sublime batalla. Y esa devoción a la Virgen, sobre todo al Rosario, fue reanimada en 1964 y en 1965 por la campaña del rosario en familia del Padre Patrice Peyton.

¿Un país que se deja sacudir hasta los fundamentos por la Virgen, podrá caer bajo el poder de los sin-Dios? ¡Jamás! De tal manera que las repetidas e insistentes llamadas a la oración y a la penitencia, siguiendo el espíritu de Fátima, reanimaron la fe que transporta montañas, y lo imposible sucedió: el milagro de una guerra ganada sin derramar sangre, aunque el alto mando contra-revolucionario haya planeado, en la mejor de las hipótesis, por lo menos tres meses de lucha encarnizada. Una fuerza inexplicable, humanamente hablando, hizo que se derrumbara, como por encanto, así  como un castillo de barajas, todo el dispositivo militar tan paciente y diabólicamente armado por los Rojos durante años. La evidencia de la gracia estaba tan presente, que el ruido corría, después de una victoria tan espectacular y sin igual en la historia de la humanidad que no tenía explicación natural. Y, en verdad, los jefes militares y civiles de la contra-revolución fueron casi unánimes en atribuir esta victoria a una gracia muy especial de la Santísima Virgen, y muchos de ellos citaron expresamente al Rosario como el arma decisiva; así lo dijo Branco, el presidente de Brasil, reemplazante de Goulart. El rezo del Santo Rosario en todas partes, sobre todo en las Marchas de las familias para Dios y para la libertad. El episcopado entero, en su declaración colectiva del 3 de junio, lo confirma expresamente".

La conclusión práctica de esta historia real y contemporánea salta a los ojos: recemos el rosario diariamente, en particular, en familia y en público. Protestemos contra el comunismo por el que nos están llevando los gobiernos, aunque no declarados oficialmente comunistas, pero dignos de serlo.