Doctor en Filosofía, profesor de Maynooth College, Irlanda

Frustrado frente a la abundancia

A pesar de que los males de la sociedad, económicos y políticos, son obvios y amenazadores, se debe descubrir la causa real mediante un diagnóstico preciso antes de que sean remediadas.

¿Cuál es el propósito de la organización industrial y económica de la sociedad ? ¿Es para proporcionar empleo – trabajo – para todos ? ¿O es para producir, y hacer disponible, bienes materiales y servicios con la menor cantidad posible de trabajo (empleo)

El proceso de incrementar la eficiencia productiva del trabajo humano, y de gradualmente disminuir la cantidad que se requiere – y de complementarlo mediante las maquinarias que ahorran trabajo, durante los últimos 150 años, ha llegado la época en la que la sociedad, tan organizada, pueda disponer de una amplia suficiencia de las necesidades materiales de la vida para todos con una cantidad permanentemente disminuida de trabajo humano.

Pero esta organización ha estado trabajando de una manera tan defectuosa – tan deplorablemente ha fallado en la entrega para el uso algo más que una mera fracción de la riqueza con la que está equipada para producir – que :

el público aún no se da cuenta de la capacidad productiva enorme del sistema industrial, y todavía cree que una suficiencia de riqueza se puede producir solamente por parte de toda la población trabajando tanto y tan duro como la gente tenía que trabajar años atrás, antes de la invención de maquinaria moderna que ahorra trabajo.

Por consiguiente, culpar a la maquinaria como si fuese una maldición en lugar de investigar para descubrir por qué la maquinaria es mantenida inactiva cada vez más, y qué es lo que previene la distribución y el disfrutar de sus productos.

Generalmente la gente es justa cuando empieza a darse cuenta que el mundo, bajo el régimen capitalista industrial económico, ha llegado a la edad de la abundancia potencial. Ellos escuchan que millones de toneladas de trigo y café están siendo destruidas ; los granos deliberadamente reducidos ; la riqueza en una variedad de formas está siendo destruida en lugar de ser distribuida para su consumo ; a los hombres deseosos de trabajar se los detiene ; las maquinarias y las fábricas funcionan por poco tiempo en todos los países ; mientras al mismo tiempo millones de poblaciones en el mundo se encuentran en la indigencia, y su derecho natural al matrimonio se ve frustrado debido a que el sistema para distribuir  la amplia e incrementada riqueza está fracasando, la misma que podría producir si se le permitiera.

Pero mientras con todo derecho la gente clama por una reforma en el sistema, mayormente es ignorante y está equivocada con respecto a lo que está verdaderamente mal, y por consiguiente se encuentra desposada inútilmente y con esquemas de reforma ilegales.

Tales esquemas son el Comunismo y el Socialismo – ilegales debido a que niegan los derechos humanos naturales ; inútiles, debido a que diagnostican equivocadamente, y por lo tanto fallarían en curar los demonios económicos de los cuales la sociedad está sufriendo.  Los Papas los han condenado, y eso es suficiente para los Católicos.

El propósito de un sistema económico

Para encontrar el remedio correcto debemos diagnosticar la enfermedad acertadamente. El propósito obvio y natural de toda asociación económica e industrial es proveer bienes materiales y servicios para su uso y consumo.  Para servir este fin existen dos procesos :

  1. producción (incluyendo transporte) y
  2. distribución de productos entre los consumidores por medio del intercambio (negocios, comercio)

Lo anterior se está volviendo cada vez más eficiente. Por lo tanto, el defecto reside en el último ; es la distribución la que se ha roto.

Ahora, el medio de la distribución es el dinero. El sistema monetario no está descargando su función natural ; por ejemplo, no está entregando los bienes.

Un sistema monetario defectuoso

El dinero es esencialmente un sistema de intercambio de billetes, el valor o validez en el cual está basado es en la confianza de los hombres (crédito) en la capacidad de producir riqueza por parte de la comunidad que lo usa. Su sola función correcta es la de asegurar que toda la riqueza que la comunidad es capaz de producir sea continuamente producida e intercambiada entre los consumidores para su uso.

¿DIOS O MAMÓN ?

Es función del Estado controlar que el sistema se encuentre emitiendo billetes de dinero para producción de riqueza y efectuando su cancelación a través de riqueza de consumo que el sistema efectivamente descarga de la función antes mencionada.  Pero todos los gobiernos modernos han descuidado esa función comprometiendo todo el sistema monetario al control desencadenado de grupos privados de ciudadanos, quienes han ignorado ese propósito esencial del sistema y lo han hecho servir a un propósito opuesto y anti-social : que no es menos que el monopolio y consolidación de todo el poder económico y aún político y la dominación de la sociedad en sus manos.

El Papa Pío XI, en su carta encíclica Quadragesimo Anno, explícitamente ha llamado la atención a este monopolio mundial internacional de las finanzas y ha puntualizado algunas de las desastrosas consecuencias.

Los controladores de esta financiación o sistema bancario emiten los billetes de dinero de la comunidad (para producción de riqueza y distribución) a la comunidad como una deuda para ellos mismos (a un interés) y retiran y cancelan estos billetes (por medio de precios por una porción de la riqueza producida) antes de que la riqueza total producida de esta manera sea intercambiada para el uso de los consumidores :  causando así un abismo que nunca se cierra entre el poder adquisitivo de la comunidad como consumidores y el total de los precios contabilizados (el cual es el dinero total adeudado al sistema bancario) por la riqueza que la comunidad ha producido.

Por consiguiente, exportaciones forzadas y lucha competitiva de las naciones por captar los mercados extranjeros : así, la acumulación de las deudas internacionales :  por lo tanto, conflictos económicos, conduciendo a guerras :  por lo tanto, hipotecas progresivas de toda la planta industrial y del capital y de las fuentes de riqueza de la sociedad a favor del monopolio mundial de las finanzas.

El Estado se ha convertido en esclavo

Otra consecuencia desastrosa, que puntualizó el Papa, es la esclavitud efectiva del Estado (ej. de todos los gobiernos modernos de todas las organizaciones políticas y autoridad en el mundo moderno) a una plutocracia súper estatal en la cual el poder político supremo es usurpado y cedido a los controladores monopolísticos de la misma alma de la economía e industria, que es las finanzas.

Ahora, en esta total perversión de orden correcto : para la organización industrial y económica y la autoridad de que esta última debe ser suprema (en el dominio temporal).  Esta autoridad procede correctamente desde Dios, y no del poder de aquellos quienes han usurpado la dominación económica y se encuentran influenciados por la codicia del poder.

Pero como una consecuencia de este creciente empobrecimiento financiero de las masas y de hipotecar progresivamente la planta productiva y el capital de la comunidad, así como las fuentes de riqueza de los controladores financieros, el Estado forzosamente ha tenido que tomar a cargo y administrar muchos de los órganos económicos dentro del Estado.

El Papa Pío XI, en Quadragesimo Anno, ha señalado algunas de aquellas organizaciones cooperativas – asociaciones o corporaciones – productores de riqueza – el propósito de las cuales sería el asegurar una producción de riqueza mejor planificada y más eficiente.

Pero ellos pueden lograr este propósito únicamente si el Estado primero hace que el sistema del dinero sirva a la industria por medio de la dirección legal del sistema del dinero, a fin de mantener los productos de la industria de la comunidad (como productores) distribuidos para el uso de la comunidad (como consumidores).

Es la función de aquellos comisionados para enseñar y para gobernar, ya sea en la Iglesia o en el Estado, no solamente formular principios prácticos sólidos para guiar a los hombres en sus relaciones sociales, políticas y económicas, sino también para estudiar las condiciones actuales que prevalecen en aquellas relaciones, de manera que estén en capacidad para aplicar correctamente los principios a los hechos, para la eliminación de abusos y para el progreso de las condiciones.

A la sociedad se le ha robado su crédito

El Sistema Bancario por sí solo tiene y ha ejercido el poder de facto para crear y cancelar el dinero.

El valor, la validez y el poder adquisitivo de este dinero se apoya finalmente no en el oro, sino en el Crédito Nacional, ej., la tasa potencial de la producción real de la riqueza de la comunidad comparada con el consumo.

Por lo tanto, la comunidad no debería estar obligada a pagar recaudaciones perpetuas de dinero a favor de acreedores y emisores privados de dinero por su creación y emisión. La comunidad está forzada a pagar tal recaudación, y esto en dinero que únicamente las instituciones financieras pueden crear y no la comunidad.

Este pago de interés por parte de la comunidad al sistema bancario por dinero recientemente creado (y sin costo) se basa en un fundamento completamente diferente del interés que se carga en el dinero que ya se encuentra en circulación por parte de los individuos que han gana-do y ahorrado este dinero y han invertido en (o lo han prestado) la industria.