« Oí otra voz venida del cielo que decía : "Salid de ella, pueblo mío, para no ser solidario de sus pecados y no participar en sus plagas ; pues sus pecados se han acumulado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades. » Apoc. 18 : 4-5
Al iniciar con un versículo del libro del Apocalipsis de San Juan, deseo meditar en dos cuestiones fundamentales : el llamado que nos hace nuestro Señor Jesucristo y Su Santa Madre, a la Misión que como Cristianos tenemos en el mundo, nuestra pobre respuesta a Su Gracia y el hecho de que en este momento grave de la historia de la humanidad y por ende de la Iglesia, cada uno debe tomar partido, ya que nos encontramos en los albores de una gran batalla por la salvación de nuestras almas. Sosteniendo que, como nos recordaba Castellani en su libro "El Apokalypsis de San Juan", estamos a diferencia de los primeros Cristianos que luchaban contra emperadores, enfrentándonos al mismísimo Anticristo.
Recordemos que el libro del Apokalypsis, nos hace memoria que este mundo terminará. Pero dicho término se verá precedido por una gran tribulación, y una gran apostasía, tras las cuáles sucederá el advenimiento de Cristo y de su reino, que no ha de tener fin. En este sentido es urgente que el verdadero Cristiano tome la decisión trascendental de unirse a Cristo y separarse de todo lo que no sea de Él. Es decir, tomar postura en esta gran batalla.
El llamado
Recordemos lo que ya el 10 de enero de 1890, el gran Papa, S.S. León XII, nos advertía :
"Cada día se deja sentir más y más la necesidad de recordar los preceptos de cristiana sabiduría, para en todo conformar a ellos la vida, costumbres e instituciones de los pueblos. Porque, descuidados estos preceptos, se ha seguido tal diluvio de males, que ningún hombre cuerdo puede, sin angustiosa preocupación, sobrellevar los actuales ni contemplar sin pavor los que están por venir.
[…] es un grave crimen el dejar de ser fieles a Dios por complacer a los hombres ; una maldad consumada quebrantar las leyes de Jesucristo por obedecer a los magistrados, o bajo pretexto de conservar un derecho civil, ignorar los derechos de la Iglesia : "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. […]No hay, así en la paz como en la guerra, quien aventaje al cristiano consciente de sus deberes ; pero debe estar listo a sufrir y preferir todo, aun la misma muerte, antes que abandonar, como un desertor, la causa de Dios y la Iglesia.
[…] deber es de la Iglesia tomar el patrocinio de la verdad y extirpar de las mentes el error ; deber que está obligada a cumplir siempre e inviolablemente, porque a su tutela ha sido confiado el honor de Dios y la salvación de las almas. Pero cuando la necesidad apremia, no sólo deben guardar incólume la fe los que mandan, sino como Santo Tomás mantiene que : "Cada uno esté obligado a propagar la fe delante de los otros, ya para instruir y confirmar a los demás fieles, ya para reprimir la audacia de los infieles"
[…] Ceder el puesto al enemigo, o callar cuando de todas partes se levanta incesante clamoreo para oprimir a la verdad, propio es, o de hombre cobarde, o de quien duda estar en posesión de las verdades que profesa. Lo uno y lo otro es vergonzoso e injurioso a Dios ; lo uno y lo otro, contrario a la salvación del individuo y de la humanidad, ello aprovecha únicamente a los enemigos del nombre cristiano, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos.
[…] Finalmente, a todos es dado oponer y mostrar aquella fortaleza del alma que es propia de los cristianos, y muy frecuentemente ante tal despliegue de coraje se quebrantan los bríos de los adversarios y se desbaratan sus planes. Los Cristianos además han nacido para el combate, y cuanto éste es más encarnizado, tanto con el auxilio de Dios es más segura la victoria. "Confiad : yo he vencido al mundo". León XII, Sapientiae Christiane
Tiempos de remolinos ; tiempos de intensa batalla
En cuanto a la primera anotación en base al Apoc. 18 : 4-5, me gustaría reflexionar entre otras cosas, el hecho de que, en países otrora Cristianos, existe una triste y penosa realidad : la falta de conciencia de la necesidad de buscar la santidad. No hay una urgencia en los fieles a vivir radicalmente su fe. Incluso dentro de aquellos que se dicen pertenecer a "movimientos" por la Tradición. En estos ultimos solo se encuentra una triste respuesta verbal e inmadura en la fe. El compromiso Sine Qua Non que deberían tener todos los bautizados, a ser santos, es tal superficial, que atemoriza pensar en las consecuencias de esa frivolidad.
Esta falta de compromiso del laico en general creo yo se da por varias causas espirituales, (que no las pretendo examinar, sería muy exhaustivo), sino meditar principalmente en dos : siendo una de ellas, la "desorientación demoniaca" (Predicho por la Santísima Virgen en Fátima) y al Demonio de la Acedia (misterio demoníaco) que interviene en dos hechos particulares :
1) Es particularmente importante la aparición del 2 de febrero de 1634, de nuestra Santísima Madre del Buen Suceso, cuando :
"La luz del santuario se apagó. La Virgen explica después a la madre Mariana, que esto representa a la Iglesia del siglo XX, y explica los cinco significados de aquel acto simbólico. Según las palabras de Nuestra Señora, la luz que se apaga representa, en primer lugar, la difusión de herejías en el siglo XIX y XX que apagarán la preciosa luz de la fe en las almas. En segundo lugar, la gran catástrofe espiritual en el convento y, por extensión, de toda la Iglesia. Tercero, la gran impureza que saturará la atmósfera.'Como un mar sucio, inundará las calles, las plazas y los puestos públicos con una sorprendente libertad -dijo-. Así, no habrá almas vírgenes en todo el mundo'. En cuarto lugar, la corrupción de la inocencia de los niños y la crisis del clero. Quinto, la pereza y la negligencia de los ricos que serán testigos al observar su Iglesia oprimida, perseguida y el triunfo del demonio, sin emplear sus riquezas para atacar el mal y restaurar la fe."
En las revelaciones que la Virgen hizo a la madre Mariana, hay muchas profecías que se realizaron puntualmente, en referencia a la historia del Ecuador y a los acontecimientos de la Iglesia Católica.
Con respecto a la historia universal, y en particular la Iglesia en el siglo XX, la Virgen habla de acontecimientos trágicos y sangrientos relacionados con una terrible crisis espiritual.
Esta noche oscura de la Iglesia la podemos sintetizar así : masiva apostasía en la Iglesia, corrupción del clero y crisis de las vocaciones, propaganda de herejías, abandono de las reglas de la vida religiosa y culpa de la autoridad eclesiástica por semejante ruina. Y
2) El Demonio de la Acedia o Pereza espiritual es el oscuro mal de nuestro tiempo. La Acedia es una tristeza por el bien, por los bienes últimos, es tristeza por el bien de Dios. Es una incapacidad de alegrarse con Dios y en Dios.
Parece que esta sociedad depresiva, en la medida en la que aumenta el disfrute de las cosas, pierde la capacidad de disfrutar y alegrarse, y produce entonces un nuevo tipo de fiesta, que ya no es la fiesta de la celebración de la vida, sino que es una fiesta de evasión de la cual vuelve a la vida diaria con una sensación de aburrimiento o abrumado, después de haber huido como que se recluye de nuevo en la cárcel de las cosas y no encuentra ya la alegría de los vínculos. Es una sociedad en que se está agrediendo a los vínculos y principalmente al principal que es el vínculo con Dios. (Padre Horacio Bojorge)
La Noche más larga
Es importante que, en esta batalla, el discípulo fiel a Cristo y a Su Verdadera Iglesia, se cambie hacia el ejército correcto. En 2018, se trazaron las líneas de combate ; En 2019, se pelearon las primeras batallas reales y los hijos de las tinieblas fueron mas astutos que los hijos de la Luz. Antes de que comience la lucha encarnizada y antes de que muchos se pierdan porque están detrás de las líneas equivocadas del combate, adormecidos entre los rangos de los demonios, en comparación con los coros de ángeles, es de vital importancia para el discípulo lleno de fe, moverse hacia el ejército correcto. El tiempo es esencial, ahora es el momento de dar el cambio, antes de que comience la batalla ; ustedes no querrán encontrarse detrás de las líneas de batalla en el ejército equivocado.
El dilema al que se enfrenta el discípulo fiel en este momento de la historia es que esta batalla espiritual que ha comenzado es como ninguna otra guerra que se haya peleado en la historia de este mundo. Es una guerra que debe ser batallada principalmente a nivel espiritual, pero también una guerra en la que, a primera vista, no hay lados claros. ¿Cómo sé que estoy luchando con el ejército correcto ?
El discípulo fiel de hoy, cuando se cambia al ejército correcto, no puede mirar ya fácilmente a la unidad familiar, ya que la mayoría de las familias en estos días están fundamentalmente divididas en asuntos de fe y moral. El discípulo fiel de hoy no puede mirar a los partidos políticos tradicionales, ya que los partidos políticos de hoy están demasiado comprometidos por ideologías opuestas a la Fe. Además, el discípulo fiel de hoy no puede alinearse fácilmente con las órdenes y sociedades fraternales establecidas en la Iglesia, como los Caballeros de Colón, los Franciscanos Seglares, Juan XXIII, Emaús y demás, porque muchas de estas sociedades también están enredadas en la iglesia falsa. Nótese que cuando hablo de "iglesia falsa" y para evitar que muchos de ustedes se escandalicen, les recuerdo, dos hechos :
1) El Padre Leonardo Castellani, (Gran defensor de la Tradición) considerado por muchos, el Santo Tomás de Aquino de América, en su novela Juan XXIII, escribe que Iglesia se dice en tres sentidos :
« Hay la Iglesia que es el proyecto de Dios y el ideal del hombre, y está comenzada en el cielo, la "Esposa", a la cuál San pablo llama "sin mancha", una ; hay la Iglesia terrenal, donde están el trigo y la cizaña mezclados para siempre, pero se puede llamar "Santa" por su unión con la de arriba por la Gracia, dos ; y hay la Iglesia que ve el mundo, "el Vaticano", que trata con el mundo ; que está quizá más unida con el mundo que otra cosa, y que desacredita al todo. »
2) « Estamos ahora ante la confrontación histórica más grande que los siglos jamás han conocido. Estamos ante la lucha final entre la Iglesia y la anti-Iglesia ; entre el Evangelio y el anti-Evangelio. No creo que el ancho círculo de la Iglesia estadounidense ni el extenso círculo de la Iglesia universal se den clara cuenta de ello. Pero es una lucha que descansa dentro de los planes de la Divina Providencia, y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar. Pero la confrontación sigue ahí, y la presencia de Satanás en la historia habrá de hacerse más fuerte a medida en que el hombre y la sociedad se alejen más de Dios, hasta llegar a un grado tal en que, como dijera la Madre de Dios en 1917, durante sus apariciones en Fátima,'todo parezca perdido' ». (San Juan Pablo II, 9 de noviembre de 1976, Congreso Eucarístico de Filadelfia, USA.)
Habría que taparse los ojos para no ver que la Iglesia católica atraviesa una crisis grave. Se esperaba durante los años 1960, en la época del Concilio Vaticano II, una nueva primavera para la Iglesia, pero sucedió todo lo contrario. Miles de sacerdotes han abandonado su sacerdocio, miles de religiosos y de religiosas han retornado a la vida secular. En Europa y en América del Norte, las vocaciones son muy raras y ya no se puede contar el número de seminarios, de conventos y de casas religiosas que han tenido que cerrar y continúan cerrando.
Muchas parroquias permanecen sin párroco y las congregaciones religiosas deben abandonar escuelas, hospitales y casas de ancianos. "Por alguna fisura, el humo de Satán se ha introducido en el templo de Dios", tal fue el lamento del papa Paulo VI el 29 de junio de 1972.
El mismo Paulo VI pronunció en 1968 la frase bien conocida, donde dice que la Iglesia se encuentra en una fase de "autodestrucción" :
"La Iglesia se encuentra en una hora de inquietud, de autocrítica, diríamos hasta de autodestrucción : Es como una convulsión interior, aguda y compleja, la cual nadie se hubiera esperado después del Concilio […]. Como si la Iglesia se dañara a ella misma. (PAULO VI, discurso del 7 de diciembre de 1968 en DC 1969, no. 1531, p.12.)
Dicho lo anterior, es imperativo para el discípulo de hoy, el que se cambie, si puede a una parroquia donde se predique la fe auténtica de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, donde se administren los Sacramentos de la Iglesia con devoción y reverencia y se inculque la Tradición, donde se defienda vehementemente la fe ortodoxa que se proclama en los Evangelios. Al encontrarnos este año 2021 dentro del plan masónico del Nuevo Orden Mundial, el desafío de encontrar una parroquia así ; un escuadrón de lucha, si lo deseas, es difícil.
Muchos sacerdotes, parroquias, diócesis y demás están comprometidos y tan descentrados que esta tarea es casi imposible, pero con la gracia de Dios, tiene que hacerse. Porque una vez que comience la batalla final, estos lugares "tibios" de pseudo-adoración serán escupidos, porque no son ni calientes ni fríos, sino simplemente tibios. El cristiano tibio no sobrevivirá a la gran batalla cuando llegue, sino que caerá : « Así, porque eres tibio, y ni hirviente ni frío, voy a vomitarte de mi boca. » (Apocalipsis 3 :16).
Dicho esto, los fieles católicos debemos enfrentar la realidad actual : que la iniciativa para preservar la fe ahora recae en nosotros.
Recuerdo la famosa cita del Venerable Mons. Fulton Sheen, en un encuentro con los Caballeros de Colón en junio de 1972 :
¿Quién va a salvar nuestra Iglesia ? No nuestros obispos, no nuestros sacerdotes y religiosos, depende de ustedes, la gente. Ustedes tienen las mentes, los ojos, los oídos para salvar a la Iglesia. Su misión es ver que sus sacerdotes actúen como sacerdotes, sus obispos, actúen como obispos y sus religiosos actúen como religiosos.
Un segundo imperativo para el discípulo fiel de hoy, en orden a alinearse en el lado correcto de la batalla, es convertirse en hijo o hija de María. Alineado con la Santísima Madre, el discípulo fiel estará protegido por el manto de la Santísima Virgen y ella protegerá al discípulo de las maquinaciones y trampas sutiles del demonio y no nos dejará caer en la confusión y apostasía. Además, el discípulo que reza su Rosario regularmente con María seguirá siendo ortodoxo a la fe auténtica por esta reflexión sobre los misterios centrales de nuestra fe.
Otra forma segura de mantenerse en el ejército ganador, en el escuadrón correcto, es hacer de la Biblia, de la Tradición y de la vida de los Santos, sus libros favoritos. Para el discípulo fiel, por ejemplo, la Biblia no es solo para leer de forma ocasional o tranquila, sino más bien para su oración inspirada y su redirección espiritual, ya que encontrar hoy en día Santos sacerdotes para una dirección espiritual cabal es casi imposible. En este sentido, es importante al leer y orar con la Sagrada Escritura usar una buena traducción de la Biblia. Las que les recomiendo son : [1]
• "Sagrada Biblia" de Nacar-Colunga ediciones desde el 1944 hasta 1957. Las posteriores a 1960 ya tienen comentarios modernistas.
• "La Sagrada Biblia" de Bover – Cantera – Edición del 1947 : muy buena
• "Sagrada Biblia" de Cantera- Iglesias – Edición del 1975 : muy buena la traducción del original. Buena para estudiar la Biblia seriamente.
• "Biblia de Jerusalén" : la del 1973 es bastante fiel, aunque es inferior a la traducción original en francés. A partir del 1998 el texto y las notas tienen tintes modernistas. Las introducciones de los libros y las notas tienden a negar la historicidad de los Evangelios y reducirlo todo a folklore y leyenda.
• "Biblia de Navarra" : muy buena en su conjunto. Tanto el texto como las introducciones y las notas.
• "Biblia Platense o Comentada de J. Straubinger" : Es una buena traducción de la Sagrada Escritura, aunque realizada en la primera mitad del siglo XX (acabó de traducirla en 1951).
Una decisión Trascendental
Toma partido, alístate en las tropas ; La batalla final está por comenzar. El lado en el que escojas estar es de suma importancia : un lado perderá y llevará a sus seguidores a la condenación eterna, y el otro lado ganará y será conducido a la nueva creación.
Termino con una frase de Santa Teresita :
"Yo siempre digo toda la verdad ; si no quieren saberla, no vengan a buscarme"
[1] Estudio de las mejores Biblias realizado por el Rev. Padre Lucas Prados. "Biblias en español buenas y malas", Adelante la Fe.