El primer ejemplar del periódico "Vers Demain" (Hacia el mañana), fundado por Louis Even y Gilberte Côté, fue publicado en Canadá en septiembre de 1939 (su versión en inglés, conocida como "Michael", se publicó por primera vez en 1953 y la versión en español "San Miguel" en el 2003).
Nuestro objetivo es promover el desarrollo de una sociedad más cristiana en donde se viva con dignidad de ser hijos de Dios, mediante la difusión de las enseñanzas de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana renovando con esto el orden temporal para darle cabida al plan de Dios.
"San Miguel" es una revista de patriotas católicos, que promueven una reforma económica, a través de un nuevo sistema económico, llamado "Democracia Económica" o "Crédito Social". Y, esto ¿Por qué ? ¿Qué tiene que ver esto con la religión ? alguien se preguntará. El sistema de Democracia Económica es una forma de aplicar la Doctrina Social de la Iglesia, la cuál es parte integral de las enseñanzas de la Iglesia Católica. Por consiguiente, la revista "San Miguel" no se aleja de su primer objetivo que es el promover el desarrollo de una sociedad más Cristiana y más justa mediante la difusión de la enseñanzas de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Si la Iglesia interviene en materias sociales y ha desarrollado una serie de principios que han sido llamados "Doctrina Social de la Iglesia", es esencialmente porque, tal como el Papa Benedicto XV dijo, "es en el campo económico en el que la salvación de las almas está en juego".
Su sucesor inmediato, el papa Pío XI, también escribió : "Puede decirse, con toda verdad, que actualmente las condiciones de la vida social y económica son tales, que extensas multitudes de hombres no pueden prestar atención a lo que verdaderamente es esencial y necesario, esto es, su salvación eterna." (Carta encíclica, Quadragesimo Anno, 15 de mayo de 1931). Y del mismo modo se expresan todos los Papas, incluyendo actualmente a Francisco.
El hecho de que incontables almas se pierdan a causa de las condiciones económicas actuales es fácil de comprender : el hombre necesita un mínimo de bienes materiales para vivir su corto peregrinaje sobre la tierra, ya que Dios creó al hombre con un alma inmortal, también lo creó con necesidades materiales : alimento, vestido y refugio. Pero para obtener ese alimento, ese vestido y ese refugio, el hombre requiere de dinero para adquirirlos ; de otro modo, tales bienes se echarían a perder en los almacenes y los pobres morirían de hambre.
En otras palabras, el dinero es la licencia para vivir que necesita el individuo : el no tener dinero significa la muerte en un corto periodo de tiempo. Quienes tienen el poder para crear el dinero – los bancos – literalmente controlan nuestras vidas, tal y como el Papa Pío XI lo escribió en su carta Encíclica Quadragesimo anno, en 1931 :
"Este poder se vuelve particularmente irresistible cuando es ejercido por aquellos quienes, debido a que son dueños absolutos del dinero, gobiernan el crédito y lo distribuyen a su gusto ; diríase que administran la sangre de la cual vive toda la economía, y que de tal modo tienen en su mano, por decirlo así, el alma de la vida económica, para que nadie pueda respirar contra su voluntad".
Este control del dinero por intereses privados es la mayor estafa de todos los tiempos y ha traído consigo una cantidad incalculable de consecuencias desastrosas : depresiones económicas, guerras, hambrunas, abortos, desapariciones forzadas, destrucción de la familia, etc. Uno nunca sería capaz de imaginarse el daño tan grande que el corrupto sistema financiero actual y la carencia crónica de dinero han causado en las almas. Aquí hay sólo algunos ejemplos :
A escala mundial, más de un billón setecientos millones de gente tiene que buscar en los basureros para encontrar algo con que alimentarse y poder seguir sobreviviendo. Más de 100 millones de niños en el mundo carecen de vivienda y viven en las calles, abandonados por sus padres quienes no pueden mantenerlos más. Tan solo en Brasil, hay más de 7 millones de niños en esta situación. En los últimos 3 años, 4600 de estos niños han sido asesinados por policías contratados por encargados de tiendas, quienes aducían que estos niños molestaban a los transeúntes, lo cual dañaba sus negocios. Cada día sobre la tierra, más de 40 000 niños mueren de hambre o de enfermedades no atendidas por falta de dinero.
Arreglar el sistema financiero
La Iglesia no puede permanecer indiferente a situaciones como el hambre y la deuda externa en el mundo, que ponen en juego la salvación de las almas y, es por esto, que hace un llamado a una reforma de los sistemas económicos y financieros para ponerlos al servicio de la persona humana. Los llamados apremiantes del Papa Juan Pablo II al respecto son incontables. En su primera Carta Encíclica Redemptor Hominis (El Redentor del Hombre, del 4 de marzo de 1979), el Santo Padre habló de "las transformaciones indispensables de las estructuras de la vida económica, de los pobres en medio de la opulencia que cuestionan los mecanismos financieros y monetarios de los que el hombre no puede volverse esclavo..." y luego en Ginebra manifestó :
"De nuevo, quiero abordar un asunto sumamente delicado y penoso. Me refiero al tormento de los representantes de algunos países, quienes ya no saben cómo enfrentar el tremendo problema de la deuda : Una reforma estructural del sistema financiero del mundo es, sin duda alguna, una de las iniciativas que parecen más urgentes y necesarias." (Mensaje del Santo Padre en la 6ta Conferencia sobre Comercio y Desarrollo en Ginebra, 26 de septiembre de 1985).
La Iglesia por tanto presenta, los principios morales por los que el sistema económico y financiero debe ser juzgado. Y dado que dichos principios deben ser aplicados de un modo práctico, la Iglesia hace un llamado a la fe de los laicos, -cuyo propio rol, de acuerdo con el Concilio Vaticano II, es precisamente la renovación del orden temporal para darle cabida al orden del plan de Dios- a trabajar en la búsqueda de soluciones concretas de un sistema económico que conforme con las enseñanzas del Evangelio y los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
El Crédito Social
Es por esta razón que Louis Even decidió dar a conocer la doctrina del Crédito Social, hoy llamada Democracia Económica, –una serie de principios y propuestas financieras establecidas por primera vez en 1918 por el ingeniero escocés Clifford Hugh Douglas, para resolver el recorte crónico del poder de compra en las manos de los consumidores.
Las palabras "Crédito Social" significan dinero social, o dinero nacional, dinero emitido por la sociedad, en contraposición con lo que se maneja actualmente y que es el "crédito bancario", dinero emitido por los bancos.
Cuando Louis Even descubrió el gran potencial del Crédito Social en 1935, inmediatamente comprendió de qué manera esta solución podría ser aplicada a los principios cristianos de justicia social en economía, especialmente aquellos concernientes al derecho de todos de utilizar los bienes materiales, de la distribución del pan nuestro de cada día, a través de la correcta repartición de un dividendo social para cada ser humano.
Es por esto por lo que, en cuanto tuvo esa luz, Louis Even sintió como su deber, el de comunicárselo a todo el mundo.
El deber de cada cristiano
Es un deber y una obligación para cada cristiano el trabajar para el establecimiento de un mejor sistema económico. El Papa Juan Pablo II señala que "ninguno está dispensado de colaborar en esta tarea" ni siquiera si esta tarea se torna difícil. A pesar de la falta de comprensión, de las molestias y de la oposición de todo tipo, no debe haber cabida para el descorazonamiento, dado que esta tarea es "urgente y necesaria", como previamente se dijo :
Además, Juan Pablo II señalo : "Quien quisiera renunciar a la tarea, difícil pero exaltante, de elevar la suerte de todo el hombre y de todos los hombres, bajo el pretexto del peso de la lucha y del esfuerzo incesante de superación, o incluso por la experiencia de la derrota y la necesidad de comenzar de nuevo, esa persona estaría traicionando la voluntad de Dios Creador." (Juan Pablo ll, Carta Encíclica Sollicitudo Rei Socialis, n.30).
El amor al prójimo
La razón fundamental por la que cada cristiano debe trabajar para el establecimiento de un mejor sistema económico es que seremos juzgados, precisamente, por lo que hicimos por nuestros hermanos en necesidad. Jesús se identificó a Sí mismo con los que sufren, tal como está escrito en el Evangelio :
"En verdad les digo tal como hicieron con cada uno de sus hermanos los más pequeños, conmigo lo hicieron". (Mt 25, 40). La fe cristiana nos enseña a ver a Cristo en cada uno de nuestros hermanos y a amar a nuestro prójimo como amamos a Cristo.
Hay desde luego, muchas formas de ayudar a nuestros hermanos en necesidad : alimentando al hambriento, dándole de beber al sediento, hospedando al desamparado, visitando a los presos y enfermos, etc. Algunos enviarán donativos a organismos de caridad, ya sea para ayudar a los pobres del propio país o de países en desarrollo. Pero, aunque estas donaciones puedan aliviar de algún modo a algunos pobres por determinado tiempo, definitivamente, no suprimen las causas de la pobreza.
Lo mejor es corregir el problema desde su raíz, atacar las causas de la pobreza y restablecerle a cada ser humano sus derechos y dignidad de persona creada a imagen de Dios, teniendo derecho a un mínimo de los bienes de la tierra. Dándole a cada uno lo que le pertenece, lo cual es precisamente en lo que consiste la justicia.
"El individuo que es animado por la verdadera caridad es más ingenioso que cualquier otro en descubrir las causas de la miseria, para encontrar los medios de combatirla, para vencerla con intrepidez. Como creador de paz, « proseguirá su camino, irradiando alegría y derramando luz y gracia en el corazón de los hombres en toda la faz de la tierra, haciéndoles descubrir, por encima de todas las fronteras, el rostro de los hermanos, el rostro de los amigos." (Paulo VI, Carta Encíclica Populorum Progressio, sobre el desarrollo de los pueblos, n.75)
Louis Even descubrió la causa de la miseria de la gente – la creación y el control del dinero por los bancos privados – y también los medios para combatirla : la educación en materia económica de los ciudadanos.
Para asegurarse que el auténtico mensaje de la Democracia Económica llegara a toda la población, y sobre todo porque su corazón estaba lleno de una gran caridad para el prójimo, Louis Even fue aún más lejos renunciando a su trabajo en medio de la "Gran depresión económica" en 1935, para fundar su propio periódico, "Vers Demain". Para darles a todos su tiempo y razón a causa de la justicia, convirtiéndose literalmente, en un "Peregrino" atravesando los caminos de Canadá, llevando a todos la gran luz del Crédito Social, para compartirlo con sus hermanos y hermanas, dando a todos un ejemplo de gran dedicación, forjando apóstoles que deseaban seguirlo.
Los Papas, a través del tiempo, han dicho que la transformación de las estructuras económicas se obtendrá únicamente a través del apostolado, de la dedicación y de los sacrificios hechos por amor al prójimo y este es exactamente el método enseñado por Louis Even con su trabajo en los "Peregrinos de San Miguel".
"Estas actitudes y estructuras de pecado son únicamente conquistadas — presuponiendo la ayuda de la Divina Gracia — mediante la actitud diametralmente opuesta : un compromiso con el bien del prójimo". (Juan Pablo II, Carta Encíclica Solicitudo rei Socialis, n.38).
No hay justicia sin Dios
Juan Pablo II también habló sobre la necesidad de la Gracia Divina en esta batalla por la justicia, y esto es lo que Louis Even entendió desde el principio : no hay justicia posible sin Dios. Además, un sistema de Democracia Económica es mucho más que una reforma monetaria : es un sistema basado en el orden querido por Dios. Douglas dijo que las palabras "crédito social" definen lo que une a la sociedad ("crédito" es otra palabra para decir "fe" o "confianza") la confianza mutua o la creencia en cada uno, que nos permite intercambiar bienes, circular libremente sin temor de ser atacados en la calle o de ser asaltados por nuestro prójimo. Si los Mandamientos de Dios no son respetados, no hay orden ni vida posible en la sociedad.
Pero la asistencia Divina es especialmente necesaria cuando uno sabe que el verdadero objetivo de los financieros es el establecimiento de un gobierno mundial — que incluye la destrucción de la Cristiandad y de la familia- y que los promotores del "Nuevo Orden Mundial" están siendo realmente liderados por Satanás en persona, cuyo único propósito es la ruina de las almas.
"No hay fe auténtica sin una búsqueda por la justicia" (Juan Pablo II, homilía en Ginebra, 15 de junio de 1982). Una religión, que bajo el pretexto de que la verdadera felicidad sólo se obtiene en el cielo, suele decir, que no hay porque interesarse en la justicia, lo que permite que personas malintencionadas, hagan lo que quieran. Esta religión no es la católica, ya que permite que millones de personas mueran de hambre, frente a la abundancia. La revista "San Miguel" quiere con la ayuda de la Divina Providencia formar verdaderos católicos, santos, gente que piense y actúe como católico en todo sector de la sociedad y no solamente en el templo.
En realidad, ningún sector de la vida en sociedad debe estar cerrado a las enseñanzas de Cristo : todos los sistemas existentes — incluyendo el económico y financiero — deben estar sometidos a leyes morales y actuar al servicio de la persona humana. Muchos recordarán las palabras de Juan Pablo II del 22 de octubre de 1978, en la Santa Misa que dio inicio a su Pontificado : "¡No tengáis miedo ! ¡Abran bien grandes las puertas para Cristo ! A su poder de salvación abran las fronteras de los estados, de los sistemas económicos y financieros, de los vastos campos de la civilización, de la cultura y el desarrollo. No tengan miedo. Cristo sabe lo que hay en el hombre. El sólo lo sabe".
También en Flueli, Suiza, el 14 de junio de 1984, Juan Pablo II manifestó : "¡Como sociedad democrática, vean cuidadosamente todo lo que está pasando en este poderoso mundo del dinero ! El mundo de las finanzas es también un mundo humano, nuestro mundo, sometido a la conciencia de todos nosotros ; de ahí la necesidad de la existencia de principios éticos. ¡Por lo tanto, vean especialmente el que puedan contribuir a la paz mundial con su economía y con sus bancos y no contribuir –quizá de manera indirecta a la guerra y a la injusticia !".
Resumiendo, la misión de los "Peregrinos de San Miguel" es la misión por la salvación de las almas. Esta revista transmite lo que el Papa y la Iglesia piden : una nueva evangelización, para recordar los principios cristianos básicos a los cristianos que desafortunadamente, se han olvidado de ellos o han dejado de ponerlos en práctica y la reestructuración de los sistemas económicos.
El ser un "Peregrino de San Miguel" es por tanto una vocación urgente y necesaria en nuestro tiempo. ¿Quién de nuestros lectores tendrá la gracia de responder a este llamado, a esta vocación ? ¡Cuán grande e importante es el trabajo de Louis Even !