Finanzas sin deuda mediante la democracia económica
¿Cuál es, materialmente hablando, el país más rico del mundo ?
Es, sin duda, Estados Unidos de América. Estados Unidos es el país mejor equipado, el que más produce, el que más productos tiene que ofrecer a los demás, el que es capaz de aumentar su producción.
¿Cuál es el país más endeudado del mundo ?
También son los Estados Unidos de América. Solo su deuda nacional asciende ya (en 2024) a 34 billones de dólares.
El juego de un falso sistema financiero
¿No es una contradicción ? ¿Cómo es posible que el país más rico sea el que tiene la mayor deuda pública ?
Lógicamente, esto es ciertamente contradictorio. Pero con el sistema financiero actual, eso es lo que ocurre. Cuanto más aumenta el potencial de producción de un país, más se enriquece ; pero, al mismo tiempo, más se endeuda financieramente.
En Canadá no es diferente. Compare la riqueza actual del país con la de hace 300 años, 200 años, 100 años, 50 años, 25 años. Comprobarán que la riqueza real siempre ha aumentado. Por otro lado, comparen la deuda pública nacional con lo que era al principio, luego hace 200 años, luego hace 100 años, luego hace 50 años, luego hace 25 años : verán que la deuda también ha aumentado. Lo mismo ocurre con la deuda provincial y municipal.
Pero, ¿cómo esto puede suceder ?
Esto se debe a que cuanta más producción hay, más dinero se necesita para representarla y permitir que los productos se transfieran o se vendan. De toda evidencia no se puede producir más dinero sin más deuda, en un sistema en el que el nuevo dinero viene en forma de préstamos que constituyen en si una deuda.
Préstamos y reembolsos
¿A qué llama "nuevo dinero" ?
Cualquier aumento del volumen de dinero en circulación.
Si un país tenía 5.000 millones en circulación el año pasado y 6.000 millones este año, es obviamente porque en algún lugar se han añadido 1.000 millones. Este billón, que no existía el año pasado y que existe este año, es un nuevo billón.
Esos mil millones no surgieron de la nada. Ningún dinero nace spontáneamente. No cayó del cielo : el dinero no cae como la lluvia o como la nieve.
No lo hizo el Gobierno : el Gobierno proclama, a quien quiera escucharle, que no tiene más dinero que el procedente de los impuestos y los préstamos.
Ni los agricultores, ni los obreros, ni los industriales hicieron estos mil millones. Estas personas fabrican productos agrícolas e industriales, pero no fabrican dinero.
El aumento de mil millones se produjo porque los prestatarios (privados o públicos) obtuvieron préstamos de mil millones de los bancos. (Estos préstamos consisten en simples anotaciones : cantidades que el banquero anota en el haber, no de un ahorrador que ingresa dinero, sino de un prestatario que viene a cobrarlo).
Para ser más exactos, habría que decir que este año hubo más de mil millones en prestamos, porque durante este periodo también hubo reembolsos.
Los reembolsos retiran dinero en circulación. Los préstamos ponen dinero en circulación. Si la suma en circulación ha aumentado en mil millones, es porque la suma de préstamos ha superado en mil millones a la suma de reembolsos.
Los préstamos son deudas que hay que pagar. Los reembolsos liquidan las deudas. Si los préstamos superan a los reembolsos en mil millones, las deudas contraídas superan a las deudas saldadas en mil millones.
Y así, cada aumento en la cantidad del dinero circulante crea un aumento de la deuda.
Pero, ¿la suma de los reembolsos no puede superar la suma de los préstamos ?
Sí, durante un tiempo limitado. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, cuando los bancos en su conjunto imponen más difícultades para realizar prestamos y son más exigentes en cuanto al reembolso. Cuando esto sucede, el dinero en circulación cae, y rápidamente se convierte en una depresión. Menos dinero para pagar los bienes. Menos dinero para pagar los salarios. Es una crisis.
Pero la suma de las deudas nunca puede desaparecer por completo : es imposible pagarlas todas, aunque se tome todo el dinero que se ha puesto en circulación por medio de préstamos. Por la buena razón de que quien pide prestado se endeuda por un importe superior al del préstamo. A esto se le llama interés del préstamo.
Puesto que el dinero entra en circulación a través de préstamos, y puesto que el dinero desaparece a través de reembolsos que tienen que ser mayores que los préstamos, esto significa que en total tendríamos que reembolsar más que el dinero total en circulación. Esto es matemáticamente imposible.
Por eso la cantidad de deuda es impagable. Por eso el mundo sigue endeudado, cada vez más, a medida que el mundo realiza más avances, que requieren préstamos para financiarlos.
Sobre esa base, ¿no debería ser la suma de nuestras deudas aún mayor de lo que es ?
La suma total de las deudas sería aún mayor si no hubiera deudas que se finiquitaran por medios distintos del reembolso.
Algunas deudas se finiquitan por quiebra. La deuda no se reembolsa, o sólo se reembolsa parcialmente, pero se embargan los bienes del prestatario.
Quiebras, fábricas cerradas, granjas abandonadas, y toda la miseria que sobreviene a los propietarios despojados y a los trabajadores en paro, son los frutos de la estupidez de un sistema que exige que se le devuelva más dinero del que se ha creado.
Carga transferida, daño no eliminado
Pero hay industriales que devuelven sus préstamos, intereses incluidos. Hay otros que desarrollan sus negocios sin pedir prestado a los bancos. Hay gobiernos que, en determinados años, reducen su deuda pública.
Todo esto es cierto, porque, como usted debe decirse, hay algunos... Hay algunos que lo hacen, pero no pueden hacerlo todos juntos. Los que consiguen encontrar 106 donde sólo han puesto 100, se llevan los 6 adicionales sobre las sumas puestas en circulación por los préstamos de
los demás. Estos otros tendrán tanto más dificultades para hacer frente a sus propios reembolsos.
El éxito de unos hace más desesperada la situación de otros.
En cuanto a los fabricantes que financian sus desarrollos sin pedir préstamos, lo hacen con dinero extraído del público a través de precios inflados para obtener estas sumas. Esto se llama autofinanciamiento. Lo anterior no es autofinanciamiento en absoluto ; es financiamiento a costa de los consumidores. El resultado es que los consumidores se ven obligados a prescindir de los productos que necesitan porque los precios inflados superan su poder adquisitivo. Este es otro de los malos frutos de un sistema financiero falso y malsano.
En cuanto a los gobiernos que a veces consiguen reducir su deuda pública, es porque también ellos extraen más dinero de los ciudadanos a través de los impuestos de lo que vuelven a poner en circulación a través de sus gastos. Lo que los gobiernos dan en pago de su deuda, los ciudadanos ya no lo tienen para pagar por los productos que se les ofrecen. El resultado sigue siendo el mismo : menos compras, productos sin vender, desempleo total o parcial para muchos, empresas cerradas porque sus productos no se pueden vender.
Un mal árbol sólo puede dar malos frutos. Y pasar la carga de un hombro a otro no elimina la carga : consigue sobre todo generar conflictos. Y ya sabemos cuántos conflictos hay hoy en día.
Lo que es cierto entre personas endeudadas de un mismo país también lo es entre países endeudados. Y las fuentes de conflicto entre individuos y entre clases son también fuentes de conflicto entre naciones ; siempre acaban mal.
¿Es posible que un sistema financiero no se endeude a medida que se enriquece ?
Sí, y hay una que lleva varias décadas proponiéndose al mundo : la Democracia Económica, del ingeniero escocés Clifford Hugh Douglas, también conocida como Crédito Social.
La democracia económica no crearía deudas impagables, porque el dinero se crearía al ritmo de la producción y desaparecería al ritmo del consumo.
Aunque a veces es posible, durante un tiempo limitado, consumir más de lo que se produce, debido a excedentes anteriores, en general es imposible consumir más de lo que se produce. Nadie puede hacer desaparecer una barra de pan, un par de botas o un alfiler si antes no han sido producidos.
Si el dinero viniera en función de la producción y desapareciera en función del consumo, el sistema de endeudamiento progresivo sería inconcebible.
Un individuo, un grupo de individuos, podría ciertamente seguir endeudándose ; pero en conjunto, la deuda común no existiría. Por el contrario, el enriquecimiento real total se expresaría mediante el enriquecimiento financiero total ; y, en lugar de impuestos y precios sobrecargados, los individuos recibirían dividendos y descuentos en los precios.
El sistema actual es una mentira, una contabilidad falsa. La democracia económica sería una contabilidad justa, una expresión financiera exacta de las realidades económicas. La primera sólo puede producir frutos podridos ; la segunda produciría frutos buenos, en abundancia y para todos. v