Hija: Trata de darme más argumentos que demuestren que el dinero no es una mercancía.
Madre: Tu marido lleva 5.000 zł y se va de compras. Vuelve después de dos días. Le preguntas qué compró y te dice que ha comprado 7.000 zł. ¿Está loco? No. Él compró euros por 5.000 zł, y en dos días el euro subió un 20% (lo que sucedió en octubre de 2011). Luego, vendió el euro y consiguió 7.000 zł. ¿No te parece absurdo? Tu marido aprovechó el tratamiento universal del dinero (moneda) como una mercancía. A cambio de un recibo (billete) en el que se dice que se entrega una mercancía de 5000 zł al mercado, ha obtenido otro recibo que dice que se entrega otra mercancía de 7000 zł al mercado. Tu marido se ha beneficiado, pero alguien tuvo que perder. Alguien que ha suministrado al mercado los productos por valor de 7.000 zł y ahora sólo puede obtener productos valorados en 5.000 zł. El dinero real en circulación no puede multiplicarse: sólo el dinero endeudado, es decir, los certificados que dan derecho a obtener uno de los productos del mercado que se producirán en el futuro.
H: ¿Cuál fue la fuente de las ganancias de mi marido?
M: Especulación monetaria.
H: ¿Con qué más se especula en los mercados financieros?
M: Principalmente con valores y derivados.
H: ¿Me puedes contar más sobre este tema, o es algo muy complicado?
M: No, es más bien simple, pero hay que entender los principales instrumentos financieros: obligaciones y opciones financieras, es decir los contratos de futuros. Voy a empezar por los bonos.
Los bonos sólo pueden ser emitidos por los gobiernos, las instituciones locales y las personas jurídicas. No pueden ser emitidos por personas físicas. Los bonos son el equivalente a una letra de cambio. Así que cuando el gobierno no tiene dinero, emite un documento en el que está escrito "el portador de este documento que lo compra por 100.000 zł, devolviéndolo dentro de tres años recibirá 110.000 zł". El gobierno se ha endeudado, con la garantía de los bonos, que son una obligación formal y legal de pagar una cantidad que es superior a la prestada.
H: ¿Cuando llega el momento de la recompra, el gobierno recompra los bonos?
M: Casi nunca en efectivo. Normalmente se paga con nuevos bonos. Este proceso se denomina la rotación de bonos.
H: ¿Puedes explicarlo más claro?
M: Sí, claro. En lugar de recomprar los bonos (sobre los cuales hemos hablado anteriormente) por los 110.000 zł, el gobierno emite nuevos bonos por valor de 110 000 zł, más los intereses. El interés es generalmente más alto que el de la edición anterior. Esta vez, el gobierno se endeuda por tres años más, y se compromete a pagar 130.000 zł.
H: El propietario de los bonos tiene que estar contento. No tiene problema en asignar de esta forma el dinero que recibiría de la recompra de los bonos de la primera emisión.
Háblame ahora sobre los contratos de futuros, es decir las opciones financieras.
M: Eso es un poco más complicado, y tengo que usar una historia para explicártelo.
¿Te acuerdas de la novela "Al este del Edén" de John Steinbeck, premio Nobel? El hijo quiere ganarse el amor de su padre ayudándole en sus problemas económicos. Siguiendo el consejo de un amigo, pide prestada una pequeña suma de dinero y se lo da a los agricultores para que compren semillas de frijoles.
Firma un contrato (un acuerdo) con los agricultores. Según este contrato, el protagonista se obliga a comprar toda la cosecha de frijoles por 5 centavos el saco. Les entrega a los agricultores un anticipo para la compra de la semilla: 500 dólares. Calcula que la cosecha, de acuerdo con el contrato, tendrá un valor de 2000 dólares. Dado que se está acercando la guerra tiene previsto vender los frijoles al ejército por 8 centavos el saco, lo que significa que ganará con este contrato 3200 dólares. Este contrato es una "opción". Esta opción, es decir, el derecho a recibir el producto por un precio determinado, se puede vender a su vez. Nuestro protagonista vendió el contrato con muy poco beneficio, porque esta operación le parecía inmoral a su padre (que sentía que su hijo estaba robando a los campesinos). En la actualidad, la venta de opciones no suscita ningunas objeciones morales, y las palabras de la especulación y el especulador han perdido toda connotación peyorativa.
En un principio, los contratos de este tipo podían ser, y a menudo lo fueron muy ventajosos para ambas partes. Por un lado, garantizaba al productor la venta de toda la producción por el precio acordado. Por otro lado, quien adquiría el derecho de opción podía obtener grandes beneficios, pero también debía asumir el riesgo.
El comercio de las opciones, es decir los contratos de futuros, puede traer enormes ganancias en unos minutos sin invertir grandes sumas de dinero. No obstante, también puede traer enormes pérdidas.
H: Está bien. Me has explicado el concepto de las opciones. Pero, ¿cómo se hace dinero con ellos?
M: Por ejemplo, así: Ofrezco para vender en la bolsa el contrato de los frijoles previamente mencionados (contratado por 5 centavos el saco) por dos centavos el saco. Un participante en la bolsa, (enigmáticamente llamado inversor) muestra interés en obtener este contrato, pagando 2 centavos por cada saco contratado a 5 centavos y se apropia del contrato.
H: En realidad suena bastante simple. Pero me dijiste que la ingeniería financiera, es decir las herramientas sutiles del comercio de valores es tan complicada que incluso los especialistas en esta industria no la entienden.
M: Sí, intentaré plantearte este concepto de una manera bastante simplificada. Vamos a empezar con un banco que concede demasiados préstamos hipotecarios y está en peligro de perder su solvencia (es posible que vaya a la quiebra). Vende estos préstamos a bancos especializados, o sea, de inversiones. El banco de inversión posee diversos bonos públicos. También ha añadido varios contratos de futuros. Además, tiene participaciones en diversos fondos. Pone todos esos documentos en un saco y lo agita bien. Cuando está bien mezclado, lo divide en porciones y, revende las mismas como un nuevo tipo de valores. Esos valores son los llamados derivados. Los grandes fondos, otros bancos, y los bancos de inversión compran estos derivados. El banco de inversiones al comprar los derivados, los mete también en su propio saco.
H: Madre, entonces Midas al comprar participaciones en un fondo muy grande, no tiene ni idea de lo que posee.
M: No sólo es Midas quien no lo sabe, creo que nadie tiene ya idea de lo que hay en estos sacos.
H: No puedo creer lo que me estás diciendo - resulta demasiado absurdo.