El nuevo film anticatólico de Dan Brown
Conozca las mentiras detrás de la "historia"
Presentamos un artículo producido por Joseph Dias, secretario general del Foro Secular Católico (CSF) y editado por Carlos Reyes donde se explican los contenidos anticatólicos del libro y el film. Ron Howard no obtuvo permiso para filmar en el Vaticano, pero los decorados de la Capilla Sixtina, los interiores de San Pedro, los archivos del Vaticano, filmados en Hollywood, resultan todos muy convincentes. El Obispo con mayor edad del mundo, monseñor Antonio Rosario Mennonna (103 años), fue el primer prelado en criticar a Ángeles y demonios. Monseñor Mennonna calificó a la cinta de!estupidez inútil¡ y ha denunciado que tiene un contenido denigratorio, difamatorio y ofensivo para los valores de la Iglesia y el prestigio de la Santa Sede. (EFE)
Por Joseph Dias
Dan Brown, el autor del Código Da Vinci, parece haberse convertido en un experto en el arte del anticatolicismo y ahora lleva su agenda anticatólica un poco más allá con su novela Ángeles y Demonios. Además, el Co-productor, Brian Grazer, quiere que esta nueva cinta sea menos reverente que El Código Da Vinci, es decir más liberalmente anticatólica, que ya lo es, si es que uno mira solamente el libro.
Uno no podría objetar a los realizadores, si es que hubieran dejado de lado a figuras históricas y a la Iglesia Católica al hacer su cinta de culto. Sin embargo, esto no ha pasado y el film tiene que ver con una serie de personajes históricos y eventos, con mentiras sobre ellos y una satanización de la Iglesia Católica en toda la trama. Las mentiras en la película hacen complicado que uno separe lo que es ficción; y quienes no están familiarizados con la historia de la Iglesia Católica están condenados a irse, después de verla, con una mala opinión de ella.
LA HISTORIA
El protagonista en ambas obras, El Código Da Vinci y Ángeles y Demonios, es el especialista en simbología de Harvard, Robert Langdon (personaje interpretado por Tom Hanks). En Ángeles y Demonios (la película basada en la novela del mismo nombre que salió a la luz el 15 de mayo de 2009), Langdon es reclutado por la CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) para investigar lo que ha sucedido con unos de sus físicos: fue encontrado muerto con un misterioso símbolo grabado en el pecho. Este símbolo era el de una sociedad secreta que se creía extinta desde hace mucho, la Hermandad de los Illuminati.
Con el tiempo, Langdon se convence cada vez más de que los Illuminati han regresado. De acuerdo a Brown, la organización, que tenía a Galileo entre sus miembros, fue fundada para afirmar la supremacía de la ciencia sobre la irracionalidad de la religión, especialmente el catolicismo. Ahora busca la venganza, habiendo capturado la antimateria, una peligrosa sustancia descubierta por el científico que fue asesinado. La misión de Langdon es detener a los Illuminati antes de que destruyan al Vaticano con una bomba de tiempo generada a partir de la antimateria.
¿Por qué son anticatólicos el libro y la película?
Un sacerdote y una religiosa se unen para inseminarse artificialmente: Se puede apreciar la representación de un joven sacerdote que antes de convertirse en Papa se enamora de una religiosa. Ambos desean un hijo, pero también quieren permanecer castos, por lo que recurren a la inseminación artificial.
Distorsión de hechos concernientes a la vida real: El engaño de Brown está en que intercala personajes de la vida real como Copérnico y Galileo, así como organizaciones verdaderas, como los Illuminati; con asuntos reales como la ciencia y la religión; para llegar así a sus propias y elaboradas conclusiones, que no tienen ninguna raíz histórica ni se basan en hechos históricos; y terminan siendo simples y flagrantes mentiras.
Falso retrato de la Iglesia Católica: Dan Brown sabe lo que la historia dice y sin embargo deliberadamente lo representa mal. Su distorsión adrede de la verdad está pensada para calumniar a la Iglesia Católica. Brown quiere mostrar que la Iglesia Católica ve a la ciencia como el enemigo y que no se detendrá ante nada para hacerla a un lado.
Mentiras sobre la CERN y la antimateria: Brown comienza con una página de hechos en la que menciona a la CERN. La describe como una entidad suiza que ha creado la antimateria, la más poderosa fuente de energía conocida por el hombre. Es tan poderosa que un solo gramo de antimateria contiene la energía de una bomba nuclear de 20 kilotones, el tamaño de la bomba arrojada sobre Hiroshima. Esto simplemente no es cierto.
CERN clarifica el asunto con hechos: La CERN ha recibido muchas preguntas sobre lo que Brown alega, tanto así que tiene una sección especial en su sitio web para responderlas. Por ejemplo, la web precisa que CERN no es un instituto suizo, sino una organización internacional"; está localizada en Suiza y parcialmente en Francia. La antimateria sí existe, y es creada rutinariamente en la CERN, pero "no existe la posibilidad de usar la antimateria como una'fuente'de energía". Una pregunta común que le hacen a las autoridades de esta organización es: "¿Hacen la antimateria como se describe en el libro?" La respuesta es clara: "No". Todo el mundo quiere saber qué tan peligrosa es la antimateria en realidad. La CERN precisa que ésta es totalmente segura, dadas las diminutas cantidades en las que la hacemos. Sería muy peligroso si hiciéramos algunos gramos, pero esto nos tomaría miles de millones de años.
La Iglesia Católica usa cualquier medio para liderar la venganza: Más importante todavía, Brown dice en la siguiente página que la Hermandad de los Illuminati es un hecho. ¿Y qué buscan los Illuminati? En el libro se dice que los Illuminati fueron cazados sin piedad por la Iglesia Católica. En el trailer de la película, Tom Hanks, quien hace el papel de Langdon, dice de la sociedad secreta que la Iglesia Católica ordenó una masacre brutal para silenciarlos para siempre. Ellos han vuelto por la revancha. En las páginas 39-40 del libro, se dice que los Illuminati fueron fundados en el siglo XVI, la película afirma lo mismo. En la página 223 se dice que la palabra de la Hermandad de Galileo comenzó a difundirse en la década de 1630 y que científicos de todo el mundo hacían una peregrinación secreta a Roma esperando poder unirse a los Illuminati.
El director de la película, Ron Howard, concuerda: Los Illuminati se formaron en el siglo XVII. Eran artistas y científicos como Galileo y Bernini, cuyas ideas progresivamente fueron amenazando al Vaticano. Brown, en su sitio web, reafirma esta idea central: es un hecho histórico que los Illuminati querían vengarse del Vaticano en el siglo XVII. Los primeros Illuminati los de la época de Galileo fueron expulsados de Roma por el Vaticano y cazados sin misericordia.
Mentiras sobre los Illuminati: La verdad es que ningún miembro de los Illuminati fue cazado y mucho menos asesinado por parte de la Iglesia Católica. Saber exactamente quienes fueron los Illuminati demuestra lo falsas que son las afirmaciones de Brown. Este no es un asunto en disputa, así que arrastrar a Galileo a esta fábula es bastante deshonesto. Él murió en 1642, casi 150 años antes de que los Illuminati fueran fundados. ¡Brown tiene que saber todo esto porque en su propio sitio web hay una sección sobre los Illuminati que correctamente precisa su fundación en 1776!
Canonización y la Santa Comunión prestadas del paganismo: Ángeles y Demonios afirma que la tradición de la Iglesia sobre la canonización está tomada de un antiguo rito para hacerse dios. Pero los santos no son personas hechas dioses, y en ningún caso los orígenes paganos de la canonización podrían haberse explicado con precisión porque no son tales. No existe, además, absolutamente ninguna evidencia para la afirmación de Brown sobre el hecho que morir por los pecados de otros sea una idea cristiana robada al legendario rey azteca Quetzalcóatl. La Santa Comunión, según Brown, es un concepto que fue tomado de los aztecas. Pero el hecho concreto es que la Cristiandad precede a la civilización azteca por más de 1000 años.
Más mentiras históricas sobre personajes reales: El libro considera que la CERN inventó Internet, lo que es a todas luces falso. Le da el crédito a dos reporteros de la BBC (de Inglaterra) que ganaron el Premio Pulitzer, pese a que este premio solo se entrega a estadounidenses. Afirma además que Winston Churchill fue un católico incondicional, cuando la verdad es que nunca fue católico. Presenta la idea de que la Iglesia Católica es muy rica, cuando en realidad su presupuesto anual de operación se podría comparar al de un quinto de la Universidad de Harvard (EEUU). El libro dice que Copérnico fue asesinado, cuando la historia precisa que murió de un ataque. El texto señala además que Galileo fue un pacifista, aunque no hay evidencias de que lo fuera. Brown toma una creencia: que los científicos cristianos consideran inadecuado el tratamiento médico para una persona joven y lo atribuye falsamente al catolicismo. Identifica a una organización protestante, la Christian Coalition (Coalición Cristiana) como una entidad católica, cuando no lo es.
El Papa Pío IX retratado como un desviado sexual: Brown quiere promover todo tipo de estereotipo negativo sobre la Iglesia Católica. Uno de los favoritos de todos los tiempos es la alegada fobia de la Iglesia ante la sexualidad. Por eso no debe sorprender que Brown presente al Papa Pío IX como un maníaco eliminador de penes que destruyó grandes obras de arte. En 1857 dice Brown en la página 159ñ el Papa Pío IX decidió que la representación masculina completa podría incitar a la lujuria dentro del Vaticano. Así que tomó un cincel y un martillo y destruyó todos los genitales de todas las estatuas masculinas dentro de la Ciudad del Vaticano. Pío IX, en vez de ir caminando por el Vaticano con su martillo en mano, golpeando las estatuas masculinas entre las piernas, en realidad apoyó pródigamente las artes y premió a los artistas por sus contribuciones. Es también conocido por haber renovado las pinturas en el Vaticano.
El Papa Urbano VIII rechaza al escultor Bernini y la escultura de Santa Teresa (de Ávila): Brown guarda sus mejores armas para la supuesta mala reacción del Papa ante la obra maestra de escultura de (Gian Lorenzo) Bernini, El éxtasis de Santa Teresa. Según Brown, el Papa Urbano VIII había rechazado el éxtasis de Santa Teresa por ser una obra sexualmente explícita para el Vaticano. Así que la desterró a alguna oscura capilla en el otro lado de la ciudad. En la misma página, la 442, se lee que la escultura, como cualquier persona que la ha visto puede atestiguar, era cualquier cosa menos algo científico-pornográfico, pero ciertamente no científico. En la siguiente página escribe que la estatua representaba a Santa Teresa sobre su espalda en la agonía de un intenso orgasmo. Nuevamente, Brown simplemente crea "hechos" que calcen en su agenda. Para los principiantes en la escultura, Teresa no está sobre su espalda, sino que está sentada. En cuanto a Urbano VIII, no fue un adversario de Bernini, sino que fue su amigo y patrono. En una biografía de Arthur Lubow sobre este gran artista, se precisa que durante los 20 años de pontificado de Urbano VIII, Bernini fue tratado como si fuera de la realeza por el Papa. De hecho, Bernini fue el favorito de todos los Papas mientras vivió, y fue condecorado con la Cruz de la Orden de Cristo.
Brown eleva a la ciencia al lugar de Dios: En la página 31, uno de los personajes de Brown se regocija al decir que pronto se probará que todos los dioses son falsos. La ciencia dará la respuesta a casi todas las preguntas que el hombre pueda hacer. Así que, ¿qué cosa queda? Sólo quedan algunas preguntas, escribe Brown, y esas son las preguntas esotéricas. ¡Como por ejemplo el verdadero sentido de la existencia! En la página 218, Brown se emociona tanto con la promesa de la ciencia que para expresarlo usa cursivas y exclama: ¡La Ciencia es Dios! En la página 474, se pone totalmente a tono: La medicina, las comunicaciones electrónicas, los viajes especiales, la manipulación genética estos son los milagros sobre los que les hablamos a nuestros hijos. Estos son los milagros que portamos como prueba de que la ciencia nos dará todas las respuestas. Y luego se lanza por el oro: las antiguas historias sobre inmaculadas concepciones, zarzas ardientes y mares abiertos ya no son relevantes. Dios se ha vuelto obsoleto. La ciencia ha ganado la batalla.
En esta perspectiva, ¿hay algo que la ciencia no pueda hacer? Evidentemente no. Aquí Brown presenta su postura más extrema (página 658): ¡La ciencia ha venido para salvarnos de la enfermedad, del hambre y del dolor! ¡He aquí la ciencia, el nuevo Dios de los milagros infinitos, omnipotente y benevolente! Ignoren las armas y el caos. Le ha dado un elixir para los problemas personales: ¡Olviden la soledad fracturada y el peligro interminable. La Ciencia está aquí!
El hecho es que el catolicismo promovió la ciencia y la astronomía: la Ciencia no habría progresado si no hubiera sido así. En los últimos 50 años, afirma el profesor Thomas E. Woods, Jr., virtualmente todos los historiadores de la ciencia han llegado a la conclusión de que la Revolución Científica se debió a la Iglesia. Para el sociólogo Rodney Stark la razón por la que la ciencia emergió en Europa y no en ningún otro lugar, fue el catolicismo. Se sabe que en China, en el Islam, en la India, en la Grecia antigua y en Roma, todos tuvieron una muy desarrollada alquimia. Pero solamente en Europa esta alquimia se transformó en química. Por esa razón, muchas sociedades desarrollaron elaborados sistemas de astrología, pero solo en Europa esto llevó a la astronomía.
El rol pionero de los católicos en la astronomía está fuera de discusión. J.L. Heilborn de la Universidad de California en Berkeley escribe que ¡La Iglesia Católica ayudó más que nadie financiera y socialmente al estudio de la astronomía por más de seis siglos, desde la recuperación de los estudios antiguos durante la última etapa de la Edad Media hasta la Ilustración!. Solamente los logros científicos de los jesuitas alcanzaron todos los rincones de la tierra.
¿Qué hizo al catolicismo tan amigo de la ciencia y por qué la ciencia se originó en Europa y no en otra parte? Stark sabe porqué: ¡Porque el Cristianismo representaba a Dios como un ser racional, sensible, fiable y omnipotente, y el universo como su propia creación personal. Se entendía entonces que el mundo natural tiene una estructura estable, racional, legal, que espera (en realidad que invita) a la comprensión humana!
La Iglesia y Galileo, muchas falsedades: Los mitos sobre Galileo son tantos que solo unos cuantos se dan el trabajo de consultar los hechos históricos para saber lo que en realidad sucedió. Brown explota esta ignorancia al máximo. Cuando afirma en la página 41 que los datos de Galileo estaban fuera de discusión, ni siquiera se acerca a la verdad. Por ejemplo, sabemos que las mareas se explican por las fuerzas gravitacionales de la luna. Pero la fijación de Galileo sobre la tierra girando alrededor del sol no le permitió comprender esto, él pensaba que las mareas debían comprenderse a partir del hecho de que la tierra giraba alrededor del sol. Y lo que es más importante, lo que metió a Galileo en problemas no fueron sus ideas sino su arrogancia: hizo afirmaciones que no podía sustentar científicamente.
Si Galileo fue castigado por sostener que la tierra gira alrededor del sol, ¿entonces por qué Copérnico no fue castigado? Después de todo, Copérnico tuvo esta idea antes de que Galileo diera con ella, y como Galileo, también era católico. La diferencia está en que Copérnico fue un científico honesto: estaba contento con afirmar sus ideas a modo de hipótesis. Galileo rechazó hacer lo mismo, incluso cuando no podía probarlas.
Si la Iglesia Católica quiso sacar a Galileo del mapa, ¿entonces cómo se explica que fuera alabado por su trabajo en Roma en 1611? ¿Por qué el Papa Pablo V lo acogió? ¿Por qué se hizo amigo del futuro Papa, Urbano VIII? Francamente, Galileo nunca se metió en problemas antes de que comenzara a insistir en que el sistema copernicano era positivamente cierto. Cuando estuvo de acuerdo con tratar esto como una hipótesis o como una proposición matemática, no sufrió ni una pizca.
En 1624, el Papa Urbano VIII le dio a Galileo medallas y otros regalos, y le rogó que siguiera realizando su trabajo. De acuerdo a Woods, Urbano VIII le dijo al astrónomo que la Iglesia nunca había declarado que el sistema de Copérnico era herético, y que la Iglesia nunca haría eso. Esto, por supuesto, no es lo que Brown quiere que creamos. Ocho años después, Galileo escribió su diálogo sobre los principales sistemas del mundo, lo hizo a pedido del Papa. Pero esta vez Galileo señaló que la teoría copernicana era empíricamente cierta. Además, se presentó como teólogo, no solamente como matemático, y estuvo de acuerdo en hacerlo. La Iglesia no estaba complacida, y se sintió marcada por él. De igual modo, la comunidad científica no estaba impresionada. Su arrogancia era terrible para muchos fuera de la Iglesia así como dentro de ella.
Es fácil para nosotros decir que la Iglesia reaccionó exageradamente con Galileo. Esto es cierto. Pero es también importante notar que nunca fue torturado y no pasó un solo día en prisión. Fue confinado al arresto domiciliario en una modesta casa durante 9 años. Incluso pasó un tiempo en la casa del Arzobispo de Siena. No es exactamente la experiencia tipo gulag (campos de trabajos forzosos rusos en el tiempo de Stalin en donde murieron millones de personas) que nos han hecho creer. ¡Sería interesante saber como explicaría Brown el hecho que el primer líder de la Pontificia Academia para las Ciencias no fue otro que su mártir favorito Galileo Galilei!
Si la Iglesia Católica era tan anti-ciencia, ¿por qué el Papa Benedicto XIV otorgó el imprimátur (permiso eclesiástico oficial para la impresión de una obra católica. Con esta autorización se establece que no existe errores morales o doctrinales en la misma) a la primera edición de los trabajos completos de Galileo? Así lo hizo en 1741. Y si se necesita mayores pruebas para demostrar que lo abrasivo de Galileo tuvo algo que ver con la respuesta de la Iglesia, debe considerarse que científicos como el P. Roger Boscovich siguieron explorando las ideas copernicanas mientras Galileo fue encontrado ¡vehementemente sospechoso de herejía!. También debe notarse que a los católicos nunca se les prohibió leer a Galileo, incluso libros científicos de todo tipo circularon libremente durante y después de la censura a Galileo.
Las razones de Bill Donahue
Según Bill Donahue de la Liga Católica de Estados Unidos, dentro de poco, el equipo formado por Dan Brown y Ron Howard habrán generado en la audiencia la creencia de que Galileo era miembro de una sociedad secreta, los Illuminati, y que ese grupo busca vengarse del Vaticano por la historia anti-ciencia de la Iglesia Católica. El hecho es que Galileo murió casi 150 años antes que los Illuminati fueran fundados el 1 de mayo de 1776. ¿Por qué mentir entonces? Porque su meta es mostrar a la Iglesia Católica como una enemiga de la ciencia, ¿y qué mejor forma que usar para esto a su mártir favorito, Galileo? La víctima perfecta, la mencionada persecución de Galileo, es citada así como prueba de la guerra de la Iglesia contra la razón.
¡Galileo nunca fue apresado o torturado. Su confinamiento fue un arresto domiciliario, aunque no garantizado, y estaba más en función de su arrogancia que de sus ideas: persistió en presentarlas (tomadas de Copérnico, un científico católico que nunca fue castigado) como científicamente precisas, algo de lo que incluso científicos de su tiempo se mofaban!
Testimonios anti Iglesia del personal que produjo la película: El Padre Bernard O'Connor, un sacerdote canadiense y oficial de la Congregación para las Iglesias Orientales de la Santa Sede, estaba en Roma el año pasado mientras el director Ron Howard filmaba la cinta. O'Connor se encontró dos veces con el personal de la misma y conversó de manera informal con unos 20 de ellos. Estaba vestido casualmente de modo que ninguno se dio cuenta de que era un sacerdote. Hablaron abiertamente, pensando que era solamente un turista amistoso. El Padre escribió un artículo sobre su experiencia en la revista mensual, Inside the Vatican (El Vaticano por dentro). Uno de los trabajadores que dijo ser uno de los encargados opinó así: la miserable Iglesia está contra nosotros otra vez y nos está causando problemas. Luego, hablando de su amigo Dan Brown, añadió como muchos de nosotros, él con frecuencia dice que haría cualquier cosa para demoler esta detestable institución, la Iglesia Católica. Y triunfaremos. Ya verás. Cuando el Padre O'Connor le pidió que precisara sus afirmaciones, el oficial de producción dijo al final de esta generación no existirá más la Iglesia Católica, al menos no en Europa occidental. Y en realidad los medios merecen mucho del crédito por su desaparición.
Finalmente el público está entendiendo nuestro mensaje, dijo luego. El mensaje está claramente definido: la Iglesia Católica tiene que ser debilitada y eventualmente desaparecer de la faz de la tierra. Es la primera enemiga de la humanidad. Siempre lo ha sido. Este mismo señor le da el crédito de esto a la televisión, Hollywood, las industrias de la música y el video, junto con cada uno de los diarios que existen, pues todos dicen lo mismo. Este sujeto también mencionó el rol que algunas universidades han jugado para minar el catolicismo.
De hecho, la película trata la Iglesia de un modo bastante interesante: las escenas tras un cónclave y dentro del cónclave, los refinados decorados de la capilla Sixtina, los interiores de San Pedro, el Castel Santí Angelo, la Necrópolis del Vaticano, el cuartel de la Guardia Suiza, los archivos del Vaticano y varias iglesias con obras de Bernini. No dañará el turismo a Roma o al Vaticano, más bien todo lo contrario.
Ciencia y religión son aquí la cuestión. Hay algunas escenas muy impresionantes del CERN en Suiza, donde se recreó el Big Bang en 2008. Dan Brown, cuando escribió esta novela muchos años antes, postuló que esta explosión y la formación de antimateria podrían utilizarse como una amenaza terrorista en Roma. Se exponen argumentos sobre el historial de la Iglesia al perseguir a científicos en los últimos siglos, especialmente Galileo, con algunos interrogatorios y torturas inquisitoriales. El material sobre los Illuminati, la sociedad clandestina de científicos, tiene alguna base, pero nunca fue tan amplia como se especula aquí - una especie de hermandad masónica de científicos. (Aparecieron en la primera película de Lara Croft sin que nadie lo considerara controversial.)
Uno de los asuntos que enfrenta el cónclave en la película es el de la Iglesia en el mundo moderno de cara a la ciencia: actitudes de diálogo que hablan de un encuentro entre las ideas de la ciencia y la teología, actitudes extremistas que hablan de capitulación de la religión ante la ciencia y la consiguiente ruina de la Iglesia - y la posibilidad de que este tipo de posición fanática pueda convertirse en una cruzada violenta contra aquellos que defienden puntos de vista más moderados y conducir a lo que pudiera etiquetarse como terrorismo eclesiástico.
Oh, el relato tiene tantos hoyos en la trama que no vale la pena pensar en ellos, además de que la acción es tan rápida que uno prácticamente no tiene tiempo de seguirles la pista. Así las cosas, o se irrita uno por los errores en las fechas y cifras históricas, y se sube por las paredes por la falta de la coherencia en el curso de los acontecimientos o, como también hace uno, suspende voluntariamente la incredulidad y toma la acción por lo que es, un thriller barato montado lujosamente.
¿Quienes son los Illuminati?
Aunque para muchas personas estos personajes sean únicamente históricos, una investigación seria y fundamentada prueba lo contrario. Pero este hecho no alienta las mentiras de Don Brown.
Una conspiración luciferina
La historia comienza en esa parte del universo que llamamos el cielo, cuando Lucifer desafió el derecho de Dios a ejercer autoridad suprema. Las Escrituras nos dicen cómo la conspiración luciferina fue trasladada a este mundo en el Jardín del Edén. Hasta que nos demos cuenta de que nuestra lucha no es contra carne y hueso, sino con las fuerzas espirituales de la oscuridad que controlan a todos aquellos que ocupan altas posiciones sobre esta tierra (Efesios 6:12), los trozos de evidencia sobre el mal recopilados en todo el mundo simplemente no encajarían ni tendrían sentido.
Muy poca gente parece capaz de apreciar que Lucifer es el más brillante e inteligente entre las huestes celestiales que desertaron de Dios, y se le unieron porque alegó que el plan de Dios para gobernar el universo es débil e impractico, pues se basa en la premisa de que seres inferiores pueden aprender a conocerle, amarle y desear servirle a Él voluntariamente, por respeto a sus propias perfecciones infinitas. La ideología luciferina afirma que la fuerza da la razón. Alega que los seres con probado intelecto superior tienen derecho a gobernar a los menos dotados porque las masas no saben lo que les conviene. La ideología luciferina es lo que llamamos totalitarismo hoy en día.
El Antiguo Testamento es simplemente la historia de cómo Satanás se convirtió en el príncipe del mundo, e hizo que nuestros primeros padres abandonaran a Dios. Relata cómo fue establecida la sinagoga de Satanás en ésta tierra, cuenta cómo ha trabajado desde entonces para evitar que el plan de Dios para gobernar el universo se establezca en la tierra. Cristo vino a la tierra cuando la conspiración llegó a la etapa en la que, usando sus propias palabras, Satanás controlaba a todos aquellos que ocupaban altos cargos. Cristo reveló la sinagoga de Satanás (Apocalipsis 2:9; 3:9); denunció a quienes pertenecían a ella como hijos del mal (Lucifer), a quien Él castigó como el padre de la mentira (San Juan 8:44), y el príncipe del engaño (2 Cor. 11:14)Ö Cristo nos dio la solución a nuestro problema cuando nos dijo que debemos avanzar y decir la verdad, sobre esta conspiración (San Juan 8. 31:59), a toda la gente de todas las naciones. Prometió que si hacíamos esto, el conocimiento de la verdad nos haría libres (San Mateo 28:19). La conspiración luciferina se ha desarrollado hasta llegar a su etapa semifinal (San Mateo 24: 15:34), simplemente porque hemos fracasado en cumplir el mandamiento que Cristo nos dio.
Weishaupt y los Illuminati
En 1784 un acto de Dios llevó al gobierno de Baviera a poseer evidencia que probaba la existencia de la continua conspiración luciferina. Adam Weishaupt, un profesor de Derecho Canónico educado por los jesuitas, desertó del cristianismo, y abrazó la ideología luciferina cuando enseñaba en la Universidad de Ingolstadt. En 1770, los prestamistas (que recientemente habían organizado la Casa Rothschild), lo retuvieron para que revisara y modernizara los antiguos protocolos diseñados para darle a la sinagoga de Satanás la dominación mundial completa, para poder entonces imponer la ideología luciferina sobre los restos de la raza humana, después del cataclismo social final, mediante el uso del despotismo satánico. Weishaupt completó su tarea el 1º de mayo de 1776.
El plan requería la destrucción de TODOS los gobiernos y las religiones existentes. Este objetivo debía alcanzarse dividiendo a las masas en bandos contrarios, en aspectos cada vez más variados de los temas políticos, sociales, raciales, sociales y económicos, entre otros. Los bandos opuestos serían luego armados y se les daría un incidente, como excusa para que pelearan y se debilitaran entre ellos, mientras destruían los gobiernos nacionales y las instituciones religiosas.
En 1776 Weishaupt organizó los illuminati para poner el plan en ejecución. La palabra Illuminati se deriva de Lucifer, y significa portadores de la luz. Usando como pretexto la mentira de querer establecer un gobierno mundial para que los hombres de probada habilidad mental pudieran gobernar el mundo, reclutó a cerca de dos mil seguidores. Esto incluyó a los hombres más inteligentes en los campos de las artes y las letras, la educación, las ciencias, las finanzas y la industria. Luego procedió a establecer logias del Gran Oriente para que funcionaran como cuarteles secretos.
Como Gran Bretaña y Francia eran las dos grandes potencias al final del siglo XVIII, Weishaupt le ordenó a los Illuminati que fomentaran las guerras coloniales para debilitar el Imperio Británico, y a organizar la gran revolución para debilitar a la corona francesa. Ésta última la programó para comenzar en 1789.
La conspiración es descubierta
Un autor alemán llamado Zwack transcribió en forma de libro la nueva versión de la antigua conspiración, hecha por Weishaupt, y la llamó Einige Original-Scripten. En 1784 una copia de este documento fue enviada a los illuminati que Weishaupt había delegado para fomentar la revolución francesa. El mensajero fue muerto por un rayo cuando cabalgaba por Ratisbona en su camino de Frankfurt a París. La policía encontró los documentos subversivos en su cuerpo y se los entregó a las autoridades del gobierno.
Después de un cuidadoso estudio del complot, el gobierno bávaro ordenó a la policía allanar las recién organizadas logias del Gran Oriente de Weishaupt, y las casas de algunos de sus más influyentes socios. La evidencia adicional así obtenida convenció a las autoridades de que los documentos eran copias auténticas de una conspiración mediante la cual la sinagoga de Satanás, que controlaba a los jefes illuminati, planeaba usar guerras y revoluciones para establecer uno u otro tipo de gobierno mundial, cuyos poderes pretendían usurpar tan pronto como fuera instaurado.
En 1785 el gobierno de Baviera declaró ilegales a los illuminati y cerró las logias del Gran Oriente. En 1786 publicaron los detalles de la conspiración. El título en inglés es The Original Writings of the Order and Sect of The Illuminati. Copias de la conspiración fueron enviadas a las cabezas de la Iglesia y el Estado. El poder de los illuminati era tan grande que esta advertencia fue ignorada, como lo fueron las advertencias que Cristo había dado al mundo.
Los illuminati pasaron a la clandestinidad. Weishaupt instruyó a los illuminati para que infiltraran las logias de la Masonería Azul y formaran una sociedad secreta dentro de otra sociedad secreta.
Sólo los masones que demuestren ser internacionalistas, y aquellos cuya conducta pruebe que han abandonado a Dios, son iniciados en los illuminati. Así los conspiradores usaron un manto de filantropías para esconder sus actividades subversivas y revolucionarias. Para poder infiltrar las logias masónicas de Gran Bretaña los illuminati invitaron a John Robinson a Europa. Él era un masón de alto grado del rito escocés, profesor de filosofía natural en la Universidad de Edimburgo, y Secretario de la Real Sociedad de esa ciudad. John Robinson no creyó la mentira de que el objetivo de los illuminati era establecer una dictadura benévola. Sin embargo, él mantuvo sus reacciones para sí y se le confió una copia de la conspiración revisada de Weishaupt para su estudio y custodia.
Dado que a las cabezas de la Iglesia y el Estado en Francia se les recomendó ignorar las advertencias que se les dieron, la revolución estalló en 1789. Para alertar a otros gobiernos del peligro, en 1798 Robinson publicó un libro titulado Prueba de una Conspiración para Destruir todos los Gobiernos y todas las Religiones. Pero sus advertencias han sido ignoradas, como lo fueron las demás.
El italiano Giusseppe Mazzini fue seleccionado por los illuminati como director de su programa revolucionario en todo el mundo. Mantuvo esa posición hasta su muerte en 1872.
En 1840, el general Albert Pike llegó a quedar bajo la influencia de Mazzini a raíz de su descontento porque el presidente Jefferson Davis desmovilizó sus tropas indígenas auxiliares, en razón de haber cometido atrocidades bajo la apariencia de una guerra legítima. Pike aceptaba la idea de un solo gobierno mundial y resultó convertido en cabeza del sacerdocio luciferino. Entre 1859 y 1871, él ultimó los detalles de un plan militar, para tres guerras mundiales, y tres grandes revoluciones que él consideraba podían profundizar los alcances de la conspiración en su etapa final durante el siglo XX.
FIN