Mucho se ha escrito y seguramente continuará, a vista de los intempestivos episodios que nos ha tocado vivir en estos tiempos. Sin pretender hacerme eco de ningún llamado o mensaje particular, he querido quizá desahogarme, en esta sección, con ustedes queridos lectores habituales de la revista, no pretendiendo servir de guía para nadie, si no más bien, dejando que el teclado, sea el objeto a través del cuál, comparta con ustedes unas meditaciones ante toda esta situación que nos amenazaba y se está concretando.
"Pandemia" del miedo, generada por el ya famoso COVID-19 ! !, cierre de las Iglesias y del culto católico, voces de guerra, colapso mundial de la economía, epidemias de dengue, amenazas de pandemia por una influenza severa y un gran etcétera, agravan la ya de por sí débil fe sobrenatural de muchos.
Pareciera que no faltan amenazas que se ciernan sobre nosotros, renovadas cada día. Es tal el miedo, que una preocupación se superpone a la anterior, haciéndonos relativizar una respecto de la severidad de la que ya se acerca.
Esto es una derrota en toda regla al cristianismo y un devastar la poca Fe que quedaba en los países otrora cristianos. Lo digo esto con un dolor en el alma y el corazón, por nuestro Señor Jesús, por la Iglesia y por las almas.
No voy a hablar de todo el obscuro panorama que se cierne sobre nosotros, ni tratar de predecir lo que pueda pasar. Pero si deseo insistir en algo que lo veníamos denunciando en nuestros escritos : una gran pérdida de la Fe sobrenatural y la toma del control del mundo material y "espiritual", aprovechándose de la deformación de las conciencias de los católicos, por fuerzas anti cristianas.
Se nos han quitado nuestras "seguridades", se han modificado nuestros planes y ¡como se nos había advertido ! nos ha quedado solo la Fe. Pero ¿y si esa Fe, ya no es sobrenatural ?, ¿hacia donde nos llevan ?
¿Cómo no darse cuenta de esa falta de fe sobrenatural si comparamos la situación actual a la de la historia de la Iglesia Católica, donde estas actitudes de abandonar a los fieles o cerrar las Iglesias eran impensables, ante situaciones más graves que las actuales ?
Es que en la verdadera Iglesia de Cristo, Una Católica y Apostólica esto no cabía, no cabe… En sus más de dos milenios de existencia, la Iglesia ha sido fiel a Cristo y a las almas, para ser así fiel a sí misma. No podría ser de otra manera.
Un gran sacerdote español comenta :
"a los sacerdotes y religiosos que huían de donde debían estar -y se jugaban la vida, literalmente- ; es decir, a los que huían de las gentes que enfermaban y morían, y de las sanas -que también las había- : o se volvían a su sitio, o quedaban inmediatamente EXCOMULGADOS. Cualquier cosa, cualquier solución era buena, menos… ABANDONAR. Porque no es ni pertenece, por definición, a la Iglesia ; porque "eso" no es de Cristo.
¿Cómo se puede dejar a los fieles, desde la propia Jerarquía que debería vivir única y exclusivamente para ellos, y más con esta epidemia galopante, SIN los MEDIOS de SALVACIÓN, ordinarios y extraordinarios, entregados por el mismo Jesucristo a su Iglesia…, y cuando más falta les hacen ?"
Lo que se ha conseguido con eso es darnos la clara idea de que la jerarquía ha cedido al mundo y a sus poderes y ha abandonado a las ovejas de su rebaño.
Y como si lo anterior fuera poco, deberíamos darnos cuenta que en el escenario del Nuevo Orden Mundial, todo está listo para el control global. Para enfatizar este panorama me hago eco de un artículo, de un escritor argentino, que finalmente tiene sentido común :
"...la obediente aceptación de otro virus mucho más peligroso que el que provocó todo el desquicio. El virus de un gobierno mundial totalitario que, con la excusa de detener una plaga, podrá ordenar la suspensión de misas y sacramentos, sofocar las libertades, prohibir la libre circulación, uniformar los pensamientos, perseguir a "disidentes sanitarios", aplicar curaciones y vacunaciones compulsivas y cambiar para siempre la vida de la especie humana. No es poca cosa."
Falta oración, falta Fe sobrenatural.