SOLIDARIDAD PARA EL ALMA

Mons. Francisco Pérez González, arzobispo de Pamplona-Tudela, ha reafirmado en su carta semanal la doctrina católica que debe tenerse en cuenta a la hora de celebrar las exequias tras el fallecimiento de los fieles. El arzobispo advierte contra ciertos errores que se suelen repetir en muchos funerales, en los que muchas veces « se da gracias a Dios por el difunto, pero pocas se pide por él, por su purificación final y por su salvación eterna ». Mons. Pérez recuerda que la muerte y la resurrección no son simultáneos, que el purgatorio existe y que debemos ofrecer sufragios por las almas que se encuentra en el mismo.

Mons. Francisco Pérez expresa su agradecimiento a todos "los sacerdotes, que una y otra vez bendicen y santifican, con los ritos litúrgicos de las exequias, la muerte de sus feligreses" y les pide que no se cansen de "celebrar funerales, aunque sean muy numerosos en algunas parroquias y en ocasiones parezca que nuestro trabajo no es apreciado".

El prelado confiesa que "hay algo que le preocupa hace tiempo en relación con este tema y que no debo ocultaros. La semana pasada me escribía un diocesano refiriéndome algunas expresiones que venía oyendo en predicaciones de funerales, como « nuestro hermano ha muerto y ha resucitado », « goza ya de Dios en el cielo », y otras semejantes. « ¿Son correctas esas frases? », me preguntaba, « ¿son católicas? »".

El fiel que escribió al arzobispo se extrañaba "de que muchas veces en los funerales se da gracias a Dios por el difunto, pero pocas se pide por él, por su purificación final y por su salvación eterna".

Es por ello que el prelado responde a esas preguntas, ateniéndose a lo que enseña el Catecismo de la Iglesia. Mons. Pérez recuerda que:

Muerte y resurrección no son simultáneas. Así lo enseña la fe de la Iglesia, formulada desde el principio.

"Todos tenemos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir cada cual por lo que haya hecho mientras tenía este cuerpo, sea el bien o el mal"(2Cor 5,10). Ésta es la fe siempre confesada por la Iglesia.

El purgatorio existe, gracias a Dios. Y digo « gracias a Dios » pues no pocos vamos a necesitarlo, si por la misericordia de Dios morimos en su amistad pero aún necesitados de purificación.

Debemos ofrecer sufragios en favor de las benditas almas del purgatorio. Así lo ha enseñado la Iglesia desde sus inicios, en toda su tradición litúrgica y en varios Concilios.

El Arzobispo de Pamplona concluye su carta pidiendo a los sacerdotes y el resto de fieles que no se avergüencen « de la Palabra divina, siempre enseñada fielmente por la Iglesia, Madre y Maestra. Si queremos que el edificio de nuestras vidas personales y comunitarias se fundamente en la fe de la Iglesia, y no en la opinión de algunos, debemos « perseverar en la enseñanza de los apóstoles »" y recordando que "Jesucristo concedió su autoridad a los apóstoles y ahora el Papa y los obispos hemos de seguir confirmando en la fe católica a nuestros fieles. Atrevernos a comunicar la verdad a nuestros hermanos es la acción que mejor expresa el amor y el respeto que por ellos tenemos".