AMPARO MEDINA - LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO: ESTRATEGIA DE LAS NACIONES UNIDAS
Militó en grupos de la izquierda radical, fue guerrillera, luchadora pro aborto y ex funcionaria del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Actualmente, la ecuatoriana Amparo Medina, de 47 años de edad, madre de 3 hijos y presidenta de la Red Pro Vida, de Ecuador, lucha en contra del aborto y de las Leyes de Salud Sexual y Reproductiva que promueven los gobiernos en los países de Iberoamérica. En varios países ha ofrecido su testimonio. Entre otras cosas, asegura que su decisión la llevó a que la despidan de su trabajo, pero también a salvar la vida de miles de niños.
Un abuelo católico y el amparo de la Virgen
Amparo nació en una familia normal de Ecuador, de Misa dominical y un poco más. La excepción fue su abuelo, quien sí vivía una auténtica vida cristiana. Siendo adolescente y camino al ateísmo, ante una imagen de la Virgen, su abuelo le dijo: "Mírala a los ojos. Ella es la única que te va a salvar y la que te va a llevar a la fe". Aunque nunca lo olvidaría, la cosa quedó ahí.
El resto fue una caída libre: expulsada del colegio por pelearse con una monja, y un encuentro con evangélicos que acabaron de marcar su camino rebelde y ateo.
La revolución y las izquierdas
En los años 70 y 80, Amparo se encontró con los movimientos revolucionarios, la teología de la liberación, el Che Guevara, los planteos feministas, abortistas, el indigenismo y un largo etcétera. Siendo muy coherente con estos principios, tomó todas las banderas, las abrazó y se dedicó a ellas. Estaba en una confrontación armada o en una manifestación antigubernamental, en una campaña por los derechos reproductivos de las mujeres, promoviendo anticonceptivos y el aborto.
Como la situación política en Ecuador se complicó, su padre la envió a España a estudiar Pedagogía Social. En este país obtuvo su título universitario, pero también su radicalización política en contacto con otros movimientos revolucionarios, ateos y anticlericales.
Su mentalidad coincidía con la de la ONU
De vuelta en Ecuador, y como su visión política iba perfectamente bien con las de la ONU para Iberoamérica, fue responsable en su país del programa de la UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, donde contaba con los millones de dólares que necesitase para imponer programas contrarios a la natalidad, a favor del aborto y la anticoncepción.
Amparo ha explicado en la cadena católica de TV EWTN que "los comunistas y socialistas saben que la única que puede romper sus mentiras es la Iglesia Católica. Entonces –confiesa- lo primero es buscar argumentos para destrozar la poca fe de los católicos. Vas detrás de ese sacerdote que no vive en gracia con Dios y lo sacas en la prensa… Y si hay que callar que en Ecuador el 60% de las obras de ayuda a los pobres está en manos de la Iglesia, pues se calla".
Dañar a la Iglesia desde dentro
El gran problema de los sacerdotes es su soledad: "Nosotros buscábamos a los abandonados en pueblos y serranías para decirles que si Dios existía, por qué permitía la pobreza. La única manera es la revolución. Únase a nosotros, y nosotros le ayudamos". "Había sacerdotes que cedían y que pensaban que tendrían un grupo que le ayudase, que estuviese con él… Les ofrecíamos dinero a sacerdotes y religiosas para que pudieran reconstruir, mejorar sus centros educativos con la única condición de que nos dejaran dar clases de educación sexual y reproductiva en sus colegios".
Alejándose aún más de Dios…aunque Dios nunca está lejos
En Amparo se cumplía aquella cita de Chesterton que decía que "cuando se deja de creer en Dios enseguida se cree en cualquier cosa".
Inmersa en el ateísmo, buscaba algo de espiritualidad en la lectura de cartas, reiki, yoga…: "Como la lucha de izquierdas significaba una vida de pecado no te puedes librar de sus consecuencias. Es la muerte espiritual. Son como pequeños pactos con el demonio; y él te los cobra…hasta sufrí por el dinero". Tenía mis propias mantras (palabras religiosas del hinduísmo), que ahora sé que decían:'yo pertenezco a Satanás'. Incluso llevé a mis hijos al chamán, un maestro ascendido de la Religión Universal". En cierta ocasión, Amparo retó a Dios. Había una mujer indígena rezando, pero ella empezó a increparla y llamarla loca. Al grado de que acabó rompiéndole una estampita que tenía la pobre.
Una bala de la policía le abrió los ojos
Estando con indígenas armados con lanzas que ella había movilizado, fue herida por una bala de la policía. Cuando cayó herida, Amparo recuerda dos cosas: por un lado a su marido y sus hijos, y por otro una paz inexplicable, total. No tenía miedo de irse. Todo era alegría, gozo, paz…
En eso, escuchó una voz que le cantaba: "Vi unos ojos maravillosos. Vi el amor. Eran los ojos de la Virgen. ¡Eran justamente los ojos de la estampa que yo había roto! La estampa de la Virgen Milagrosa. La vi como una adolescente de 15 años. Con traje blanco…".
Mientras se desangraba, lo único que sentía era paz, alegría… En ese momento la Virgen le dijo: "Mi pequeña, yo te amo". Y le pidió que dejara todas las causas que ella llevaba y que tomara la causa de su Hijo. También vio detrás de la Virgen a un señor mayor: era su abuelo.
Cuando se despertó narró toda la experiencia y la tomaron por loca, y no era para menos. Una atea convencida, militante anticatólica, y despertando con aquellos sueños. En seguida la llevaron a que psicólogos y expertos de la Nueva Era la examinaran y la convencieran de que se trataba de alucinaciones fruto de la herida. Sin embargo, "nadie podía quitarme de la cabeza que era Dios".
"Lo primero que necesitaba era un sacerdote. Necesitaba confesarme. Lo primero, lo primero, era la confesión. Yo le pedía a Dios que no me muriera por el camino, yendo a casa, porque me iría al infierno. En la confesión estaban todos los pecados. Los más horribles".
Una nueva etapa
Era una nueva etapa, y había que comenzar desde el principio y bien hecho. Así que "lo primero que hice fue aprender a amar a Jesús, amar a los sacerdotes, amar a la Iglesia, amar a los sacramentos". Amparo se sentía totalmente enfangada y a la vez invitada a una nueva y verdadera revolución: "Lo único que transforma el mundo es Dios. Yo no soy digna. Es tan grande el amor de Dios…"
La conversión es un proceso largo y con etapas. Amparo estaba en él, pero aún no renunciaba a toda su vida de pecado: su sueldo de Naciones Unidas era necesario para la familia y sus gastos.
Le pidieron información sobre la píldora del día siguiente, de la que ella era responsable de su importación y distribución. Su agencia de la ONU había vendido a Ecuador 400.000 dosis de la píldora del día siguiente. La ONU en Nueva York y la UNFPA en Ecuador: "Nos las venden a 25 centavos de dólar, y nosotros las vendemos entre 9 y 14 dólares. Es un negocio redondo".
En Ecuador hubo un juicio por la distribución de la píldora que los provida le ganaron a la ONU, puesto que tuvo que reconocer que es en realidad un método antiimplantatorio, es decir abortivo, que se utiliza cuando los anticonceptivos fallan. Amparo dio un paso definitivo hacia Dios camino al juzgado en ese juicio: "Cuando llevábamos la información al Tribunal, un periodista me hizo una pregunta que pensé que era Dios quien me la hacía -estás con Dios o estás con el demonio-. La pregunta fue: ¿Qué pensaba yo de la pastilla del día siguiente? Yo seguía trabajando para la ONU y apoyaba a todas las organizaciones proaborto. Entonces me di cuenta de que era el momento de decir la verdad y dejar de mentirme a mí misma. Era una incoherencia ser católica y a la vez, por el dinero, seguir apoyando a una organización que va contra mis valores. Y, claro, dije la verdad y la ONU me echó".
Los objetivos de la Naciones Unidas
Su objetivo para toda Iberoamérica es la promoción del aborto y los anticonceptivos. En la cadena de TV EWTN, Amparo alertó que el libro "Cuerpos, tambores y huellas", editado por la ONU, reconoce la promoción de las relaciones sexuales desde los 10 años, y explica claramente tres cosas: 1) que los padres no deben ser informados de la educación sexual que reciben sus hijos; 2) que los colegios deben distribuir anticonceptivos a sus alumnos sin conocimiento y consentimiento de los padres; y 3) que si un maestro o médico informase a los padres que sus hijos están usando anticonceptivos, debe ser expulsado de su trabajo por romper el silencio profesional.
Amparo, y muchos otros, denuncian un gran negocio que no desaprovecha nada: se promueven las relaciones sexuales entre niños y adolescentes, y se les venden preservativos. Como éstos fallan, se les ofrece el aborto o la píldora del día siguiente. Como el aborto produce restos humanos, éstos se usan en experimentos o para extraer sustancias para cremas, champús, etc. Negocio redondo.
Y ella sabe que esta lucha apenas comienza…como su conversión.
¿Por qué cree que esas organizaciones quieren imponer la Ley de Salud Sexual y Reproductiva en Hispanoamérica?
Hay tres fines fundamentales. El primero es el control natal. Les permite el manejo de recursos en Hispanoamérica, tanto del agua cómo el oxígeno. Lo segundo, es que una población con chicos que viven la sexualidad como si fueran animalitos, que no tienen control sobre su carácter, es una población fácil de manipular. El tercer punto, el más importante, es el avance del "millon sex" (los millones del sexo). Es una empresa gigantesca. Al vender sexo te venden pornografía, prostitución, anticoncepción, aborto, y hasta bebés abortados, inclusive por internet, para sacarles el colágeno con los que elaboran cremas y champú; también para hacer investigaciones en farmacéuticas. Varios médicos se vuelven millonarios vendiendo y haciendo abortos. El aborto más barato cuesta US$ 60. En Estados Unidos se realizan más de 1 millón de abortos al año y cuestan US$ 300 cada uno. La pastilla de emergencia la compras a US$ 0,25 y la vendes a US$ 8. Los dispositivos intrauterinos (DIU) los puedes encontrar a US$ 2 o 3 y te ponen por US$ 25 a 30. La International Planned Parenthood Federation (IPPF), la que más vende anticoncepción y aborto en Hispanoamérica, en el 2007 ganó US$ 77 millones.