La genuflexión es adoración cuando quien la hace tiene esa intención o cuando conscientemente da a entenderlo

En la Edad Media los caballeros al ser armados como tales o al presentarse ante su señor, se inclinaban ante él mediante una genuflexión. Igual que podemos observar en la actualidad, según el protocolo ante el Rey o la Reina las personas hacen una genuflexión y les besan la mano. De ahí nace la costumbre de los cristianos de hacer la genuflexión ante el Rey de reyes y Señor de señores.

El obispo y cardenal suizo Gaspard Mermillod (1824-1892), siendo vicario en una parroquia de Ginebra, convirtió a una distinguida dama protestante, de una manera por lo singular muy digna de mención.

Como vicario estaba encargado de revisar la Iglesia parroquial antes de cerrar, por si alguien hubiese permanecido rezagado distraídamente o con malas intenciones. Era su costumbre antes de retirarse ponerse de rodillas ante el Santísimo Sacramento y, después de una breve plegaria, besar el suelo como supremo acatamiento al Dios allí presente.

Una noche, al retirarse, percibió un rumor en un ángulo de la Iglesia.

A la semioscuridad que reinaba en el sagrado recinto pudo vislumbrar a una dama elegantemente vestida que avanzaba hacia él.

El vicario le dijo un tanto sorprendido: "¿Qué busca usted señora, por estos lugares a semejante hora?"

La dama le contestó: "Perdone usted mi atrevimiento. Soy una protestante; sin embargo, he oído con mucho interés los sermones que usted ha predicado últimamente sobre la Eucaristía. Y he querido saber con certeza si usted creía verdaderamente cuanto en ellos ha dicho…

Como prueba, quise ver cómo se portaba usted ante el tabernáculo al encontrarse solo en la Iglesia y no creerse visto por nadie".

A los pocos días de este suceso la aristocrática señora ingresaba en la Iglesia Católica. La devota genuflexión del vicario ante el tabernáculo le había hecho ver la verdad. 

Es loable costumbre hacer genuflexión al pasar ante el Santísimo Sacramento, ya esté expuesto o en el tabernáculo. También se hace genuflexión en algunos ritos ante la Cruz. Ej.: en el Vía Crucis. Eucharistiae Sacramentum, #84 (año 1973),  especifica: "Una rodilla se dobla ante el Santísimo Sacramento, ya sea reservado en el tabernáculo o expuesto para adoración pública" cuando se pasa ante El, excepto cuando se pasa en procesión.  Siendo esto lo mínimo requerido, aun se permite doblar las dos rodillas.

Jesucristo se halla siempre presente en el Sagrario; por tal razón no debemos salir de ninguna Iglesia sin antes arrodillarnos ante el altar del Sacramento. Honramos a Dios y damos con ello un buen ejemplo al prójimo.