Séptimo Hábito : Examen de conciencia.

El séptimo y último hábito es un breve examen de conciencia por la noche antes de ir a la cama. El santo Fundador del Opus Dei decía "Examen de conciencia.- Labor diaria.- Contabilidad que no descuida nunca quien lleva un negocio. 

¿Y hay negocio que valga más que el negocio de la vida eterna? (Camino, 235) Te sientas, pides luces al Espíritu Santo y por varios minutos revisas tu día en presencia Ade Dios preguntándote si te has comportado como un hijo de Dios en el hogar, en el trabajo, con tus amigos. También miras una particular área la cual tu tienes identificada con ayuda de tu director espiritual quien conoce tus necesidades para mejorar y llegar a la santidad. También puedes hacer una rápida mirada para ver si has sido fiel en los hábitos diarios que hemos discutidos en este artículo. Luego haces un acto de gratitud por todo lo bueno que has hecho y un acto de contrición por aquellos aspectos en los que voluntariamente has fallado.  Luego tomarás tu merecido descanso, que te esforzaras para santificar a través de tu diálogo interior con la Santísima Trinidad y tu madre María mientras te quedas dormido. Si una persona honestamente mirase su día, no importa cuan ocupado este, (y nunca me pareció encontrarme con gente que no este muy ocupada a no ser que este permanentemente retirada), puede frecuentemente encontrar que usualmente mal gasta un poco de tiempo cada día. Piensa, ¿que necesidad hay de una taza de café extra cuando puedes usar ese tiempo para visitar el Santísimo Sacramento quince minutos antes de comenzar el trabajo  ?O la media hora o mucho más gastada mirando programas de televisión o videos. También es común, gastar tiempo durmiendo en el tren o escuchando la radio en el auto cuando puede ser usado para rezar el Rosario. Como también, ¿el diario no lo puedes leer en diez minutos en lugar de veinte dejando espacio para la lectura espiritual?  ¿Y esa comida no podría hacerse en media hora dejando espacio para la Misa? No olvides que esta media hora es tiempo mal gastado cuando al final del día podrías haberla usado para una buena lectura espiritual, examinar tu conciencia e ir a la cama a tiempo para recuperar energías para las batallas del día siguiente. La lista continúa. Puedes hacer la tuya.  Sé honesto contigo y con Dios. Estos hábitos, vividos bien, nos capacitan para obedecer la segunda parte del gran mandamiento amar a los otros como a nosotros mismos. Estamos en la tierra como estuvo el Señor "para servir y no para ser servido" Esto sólo puede ser alcanzado junto a nuestra gradual transformación en otro Cristo a través de la oración y los sacramentos. Viviendo estos siete hábitos llegaremos a ser personas santas y apostólicas siempre, ten por seguro, que cuando caemos en algo grande o pequeño, tenemos siempre un Padre que nos ama y espera en el Sacramento de la Penitencia y la devota ayuda de nuestro consejero espiritual para que volvamos a nuestro curso correcto.