Una marca indeleble
Hoy en día el mundo es absorto ante el enorme despliegue navideño, con nieve artificial y todos los demás adornos en los almacenes y supermercados, mucho antes del tiempo navideño. Y que decir del despliegue gigantesco de publicidades de Santa Claus y toda clase de figuras grotescas dos semanas antes de Halloween? Todo esto conduce a una actuación, al consumismo desmedido y a la desacralización de la rica tradición de la Iglesia y a adentrarnos en costumbres paganas. Ante esta realidad una pregunta surge: ¿Es acaso la Navidad ese acto desaprensivo de compra desaforada que dura casi mes y medio antes del 24 de diciembre y del participar de comilonas e invitaciones por doquier? ¿Acaso toda esta comedia de compras, fiestas y regalos que termina para muchos el 24 de diciembre es en lo que consiste la Navidad?
Veintiún años de intenso contacto con Polacos y con Polonia, me han dado una visión real de la época de Navidad y de cómo es atesorado el llamado de la Iglesia Universal a vivir el tiempo de Adviento y de la Navidad.
En Polonia, los árboles de navidad y los adornos no se colocan en el mes de noviembre ni se retiran el 25 de diciembre; los Villancicos suenan y la celebración de la Encarnación continúa hasta el 2 de febrero, fiesta de la Presentación o de la Candelaria. Este fue el modo de celebrarlo en el apartamento papal en Roma entre 1978 y 2004. Y esta es la manera en la que la Polonia católica lo celebrará este año. ¿Cómo lo celebraremos nosotros?
Una bella tradición
La Navidad en Polonia junto a la Pascua es la celebración más importante. Celebra el acontecimiento histórico de la manifestación de la salvación de Dios en Jesús de Nazaret. La Epifanía se fija en el sentido de estos acontecimientos. El centro de la Navidad lo constituye el 24 de diciembre, el alumbramiento de Jesús, Hijo de Dios, en Belén de Judá. La celebración es en familia, donde reina el amor, la comprensión y la confianza mutua. Es una vivencia que mantiene las tradiciones de la Iglesia durante siglos, llena de ricos simbolismos, basados todos en la profunda enseñanza evangélica, en un ambiente único y excepcional.
Adviento
Este tiempo de esperanza para el pueblo Polaco es vivido como un tiempo de espera, que constituyen las cuatro semanas de espera del Nacimiento del Niño Jesús. Este tiempo es de silencio en excelencia, no sólo exterior (nada de bailes, música o fiestas) si no primordialmente interior. Es un tiempo de reflexión sobre la vida espiritual, buscando las cosas que los separan de Dios y del prójimo, y así de reconstrucción desde su interior de una vida de constante comunicación con Dios. No es raro que en este período de tiempo las personas hagan sacrificios personales como el no comer dulces o evitar el consumo de alcohol o cigarrillos. Esta práctica ayuda al fortalecimiento de la voluntad.
Vigilia
El 24 de diciembre inicia la Vigilia, víspera del Nacimiento de Cristo, la noche más conmovedora del año. Es el punto culminante de las familias Polacas de la vivencia del Adviento. Esta vigilia posee una rica Liturgia doméstica que se remonta a los inicios del Cristianismo, donde sus rituales y costumbres tienen una vieja tradición.
Aquí los niños preparan el Árbol de Navidad, que es siempre verde, símbolo de la vida eterna, símbolo del árbol de la vida del paraíso, que antiguamente se lo decoraba con manzanas. La razón de ser de esto, es que, lo que se va a celebrar, es decir, el Nacimiento de Jesús, redentor de la humanidad, tiene su simbología en este árbol y en las manzanas que simbolizan la redención del hombre del pecado original, pecado que causo que este fruto sea el instrumento del mal y ahora simbólicamente regrese al árbol de la vida.
Noche Buena
La Navidad Narodzenie Boze (Nacimiento de Dios) en polaco, también es conocida como "Gwiazdka" que significa "una pequeña estrella". Aquí la familia se reúne por la tarde, con el árbol (con los regalos debajo), la mesa decorada, mientras se espera la primera estrella que aparece en el cielo. Estrella que también se coloca en la parte superior del árbol, y que simboliza a la Estrella de Belén. Las decoraciones brillantes como las guirnaldas simbolizan a la serpiente que también estuvo en el Árbol y nos ata a la esclavitud del pecado. El Árbol de Navidad se decora el 24 de diciembre como onomástico de Adán y Eva.
La Mesa preparada
La mesa es decorada con un mantel blanco, que recuerda al altar y con una hoja de oblea "Oplatek" que los comensales parten como símbolo de paz, amor, perdón y reconciliación. También se suele colocar un puñado de heno para recordar el nacimiento de Jesús en el pesebre. Aún se conserva la tradición de poner un cubierto más en la mesa, que es un lugar especial para un peregrino, para un visitante o alguien inesperado a quien siempre debemos acoger como cristianos, como si fuese el mismo Cristo. La cena tiene carácter familiar pero se invita también a personas que viven solas.
Lo más importante sobre la mesa es el "Oplatek" (Hostia no consagrada pero bendecida). Ésta se divide entre los presentes y cada uno entrega un pedazo al otro como un acto de reconciliación, perdón, de buenos deseos y alegría y de un nuevo comienzo. Este gesto se lo hace después de haber leído una parte del Evangelio del Nacimiento de Cristo. Esto nos recuerda la última cena, símbolo de la Eucaristía, símbolo de la comunidad de fe. En la familia es el olvido de todos los rencores. En este momento se vive un ambiente de perdón, de amor y de paz. En el campo, la gente también comparte su "Oplatek" con sus animales. Esta tradición sigue presente en algunas zonas y en algunas familias. Y se dice que esta noche excepcional, incluso los animales hablan el lenguaje humano.
El Menú
El menú contiene 12 platos muy variados y ricos y no contiene carne, porque es el día de espera, de abstinencia, de ayuno. Estos 12 platos simbolizan a las 12 tribus de Israel y a los 12 Apóstoles. Una vez terminada la cena, se distribuyen los obsequios y se continua cantando villancicos llamados en polaco " Koledy ", que son ricos en textos Bíblicos y muy solemnes. A las doce de la noche, los que lo deseen podrán asistir a la misa de medianoche (Pasterka). Y en este espíritu de verdadera navidad la vida de las familias polacas continua hasta la fiesta de la Presentación, el 2 de febrero.
Nuestra realidad
En nuestras sociedades latinoamericanas, existe una confusión que traduce la "temporada de Navidad" en un periodo de mediados de octubre a las 8 AM hasta el 26 de diciembre, o cuando las ventas post-navidad comiencen en los almacenes.
Necesitamos más Adviento y más Navidad, no menos; pero la necesitamos en el tiempo propio, que es el tiempo de la Iglesia, no en el de las Súper Tiendas y necesitamos vivirlo con un real espíritu cristiano. Tomarse el Adviento en serio y aprender de las costumbres Polacas puede ser un buen comienzo.
Porque es el Niño Dios el que nace, en Belén, en Miami, en Varsovia, en Bogotá, en Madrid, en Buenos Aires... En todas esas ciudades nace Dios, como aquí, en Canadá. Porque nace en el corazón de quien le quiere acoger, de quien ha querido en este Adviento preparar un alojamiento para esa Divina Familia que viene buscando posada. Tú eres el pesebre, no busques en otro lado. Porque ese Niño sólo quiere nacer ya dentro de tu corazón, repitiendo un milagro que se viene dando desde hace más de dos mil años.
Ábrele la puerta. No le dejes esperando, preparando una Cuaresma donde sólo pretendes matarle. Ábrele la puerta, que está llamando el sentido de tu vida. Si eres parte de un movimiento, si eres parte de la Iglesia, no puedes dejar pasar la oportunidad de ser el anfitrión de un milagro tan importante, de una buena noticia que cambiará tu vida para siempre. Y vívela como lo vive la Iglesia Universal.
Yo estaré, quién sabe si por última vez, en Polonia. Buscando algo que creo que ya he encontrado. El sentido de mi Navidad. Es posible que haya llegado la hora de aplicarlo, en mi tierra...