1. Respeta a todas las personas porque Cristo vive en ellas. Sé sensible al otro, tu hermano.
  2. Piensa bien de todo el mundo, de nadie pienses mal. Hasta en la persona más mala, intenta encontrar algo bueno.
  3. Habla bien de los demás, no hables mal del prójimo. Repara el daño que hayas hecho con la palabra. No siembres discordia entre la gente.
  4. Habla con todo el mundo en el lenguaje del amor. No levantes la voz. No digas palabras vulgares. No hagas daño. No hagas llorar. Tranquiliza a los demás y demuéstrales bondad.
  5. Perdónalo todo a todos. No guardes rencor. Siempre sé el primero en tender la mano para la reconciliación.
  6. Actúa siempre a favor del prójimo. Obra bien, tal y como te gustaría que hicieran contigo. No pienses en lo que te deben a ti, sino en lo que tú debes a los demás.
  7. Compadécete activamente en el sufrimiento. Apresúrate con mucho gusto a ofrecer consuelo, consejo, ayuda y corazón.
  8. Trabaja honestamente, porque de los frutos de tu trabajo sacan provecho los demás, como tú te aprovechas del trabajo de otros.
  9. Participa en la ayuda social al prójimo. Ábrete a los pobres y a los enfermos. Comparte lo tuyo. Esfuérzate por fijarte en los necesitados a tu alrededor.
  10.  Reza por todos, incluso por los enemigos.