Es muy importante entender este punto: la deuda total nunca se puede pagar, pues representa dinero que no existe. Louis Even lo explicó de manera brillante y simple en su fábula La Isla de los náufragos. En la fábula, Oliver, el banquero, presta dinero a una tasa del 8%, pero cualquier tasa, incluso el 1% representa una imposibilidad matemática: no se puede pagar todo el préstamo, es decir, el capital más los intereses.
Supongamos que los 5 náufragos en la isla piden prestado a Oliver un total de $100 al 6% de interés. A fin de año, deben pagar el interés de 6%, es decir, $6.
100 menos 6 son 94, por lo que quedan $94 en circulación en la isla. Pero la deuda de $100 sigue.
El préstamo de $100 continúa otro año, y otros $6 de interés deben ser pagados al final del segundo año. Esto es, 94 menos 6, dejan $88 en circulación.
Si continúan pagando $6 en intereses cada año, al 17° año no quedará dinero en circulación en la isla, pero la deuda seguirá siendo de $100 y Oliver estará autorizado a tomar todas las propiedades de los isleños.
La producción aumenta en la isla, pero no el dinero. No son los productos lo que el banquero quiere, sino el dinero. Los habitantes de la isla estaban fabricando productos, no dinero. Sólo el banquero tiene derecho a crear dinero. Entonces, no parece lógico que nuestros cinco compañeros paguen los intereses anualmente.
Incluso tomar prestado el interés no resolverá nada, solo retrasará la bancarrota final. Supongamos que al final del primer año, los cinco compañeros deciden no pagar los intereses, sino pedirlos prestado de Oliver, aumentando así el préstamo principal a $106. "No hay problema", dice Oliver, "el interés en los $6 adicionales son solo 36 centavos; ¡son cacahuetes en comparación con el préstamo de $106! Entonces, la deuda después de dos años es la siguiente: $106 más el interés en 6% de $106, es $6.36, esto es, una deuda total de $112.36 después de dos años."
Al final del quinto año, la deuda es de $133.82 y el interés es de $7.57. "No es tan malo", pensaron los cinco chicos, "el interés sólo ha aumentado en $1.57 en cinco años. ¡Podemos manejar eso!"
Pero, después de 50 años, la situación es muy diferente. La deuda es de $1,842.02 $ y su interés $104.26. No se puede pagar la deuda con el dinero que existe en circulación, ni siquiera al fin del primer año: solo hay $100 en circulación, ante una deuda de $106. Y después de 50 años, ni todo el dinero en circulación ($100) pagaría siquiera los intereses de la deuda: $104,26.
Todo el dinero en circulación es un préstamo y debe regresar al banco con sus respectivos intereses. El banquero crea dinero y lo presta, y tiene la promesa del prestatario de recuperarlo todo, más el dinero que no ha sido creado. Sólo el banquero puede crear dinero: crea el principal, pero no el interés. Y exige que le devolvamos el dinero principal que creó, más el interés que no creó, y que nadie ha creado. (En el ejemplo mencionado, el banquero presta $100 y quiere recuperar $106).
Es imposible devolver el dinero que no existe, y las deudas siguen acumulándose. La deuda pública es concebida a partir de dinero que no existe, que nunca fue creado, pero que los gobiernos se comprometen a pagarlo. Un contrato imposible, pero "sacrosanto" para los banqueros, aunque la gente muere a causa de él.
Ponga estos resultados en una gráfica: la línea horizontal, abajo, marca los años y la vertical los dólares. Al conectar estos puntos por una línea, trazamos una curva y se observa el efecto del interés compuesto en el aumento de la deuda. La curva es plana al principio, pero sube al pasar el tiempo.
Las deudas de todos los países aumentan así.
Estudiemos, por ejemplo, la deuda pública de Canadá. Cuando se fundó Canadá en 1867 (la unión de 4 provincias: Ontario, Quebec, Nuevo Brunswick y Nueva Escocia), la deuda del país fue de 93 millones de dls.
El primer gran aumento fue en la 1ª Guerra Mundial (1914-18): la deuda pública subió de $483 millones en 1913 a $3 mil millones de dólares en 1920. En la 2ª Guerra Mundial (1939-45) aumentó a $4 mil millones en 1942 y a $13 mil millones en 1947. El Gobierno pidió prestado mucho dinero para participar en esas guerras.
Pero ¿cómo explicar el aumento desmedido en los últimos años de paz, sin préstamos para la guerra?, porque la deuda creció casi 10 veces, de 24 mil millones en 1975 a 224 mil millones en 1986, y en 2018 a 671 mil millones de dólares. A eso se le llama, el interés compuesto, como en La isla de los náufragos.
Las enormes deudas de los gobiernos federales son sólo el pico del iceberg: hay deudas públicas, y también privadas. El Gobierno federal es el mayor prestatario individual, pero también hay particulares y empresas. En Estados Unidos, en 1992, la deuda pública era de 4 billones de dólares, y la deuda total fue de 16 billones, con una oferta monetaria existente de sólo 950 mil millones. En 2006, la deuda de dicho gobierno alcanzó los 17 billones, y la deuda total (estados, corporaciones, consumidores) fue de ¡más de 100 billones de dólares!
En 1993, el Auditor General de Canadá calculó que de los 423 mil millones de deuda acumulada hasta 1992, sólo 37 mil millones fueron para el gasto. Los 386 mil millones restantes pagaron el costo de pedir prestado esos 37 mil millones. Es decir, el 91% de la deuda eran intereses. El gobierno gastó sólo 37 mil millones (8,75% de la deuda) en bienes y servicios reales.
Por fortuna, cada vez más personas entienden este fraude de crear dinero como deuda. Gilbert Vik, de Cathlamet, Washington, escribió, esta carta interesante:
« Por cada canadiense hay 20,000 dólares de dinero existente. ¡Suena bien! Pero también ¡una deuda de 64,000! Aplica tus 20.000 a la deuda y ese dinero ya no existe, dejándote sólo una deuda de 44.000. Tus opciones son perder tus activos o pedir más préstamo para intentar pagar. ¡No hay préstamo sin deuda!
« Ya que el método de crear dinero es en sí mismo la causa de una deuda cada vez mayor, no es posible corregir el problema con el dinero creado. Trabajar más duro no lo corregirá; ni trabajar más horas. Un trabajo para todos en la familia no lo corregirá. Ni subir o bajar los salarios. El pleno empleo no lo corregirá. Menos gasto no lo hará; más gasto tampoco"
« Lo único que solucionará el problema es despojar a las empresas privadas (bancos) de su poder para crear dinero como deuda (agravada por los intereses) y adoptar un método mediante el cual, el Departamento nacional de crédito será el único que creará el dinero. ¡Esta es la clave para el futuro financiero de nuestro país y del mundo!"
La educación del pueblo es necesaria para que nos dejen de engañar con estas artimañas. Denunciar la falsedad, la injusticia y lo absurdo de este sistema económico es urgente. Lea sobre ello, estúdielo, entiéndalo. Y hable al respecto. Ayúdanos a difundir la verdad. Porque la verdad nos hará libres.