LA ESPIRITUALIDAD DE LA OBRA DE LUIS EVEN

Hoy, al celebrar el quincuagésimo aniversario de la fundación de la Obra de los Peregrinos de San Miguel Arcángel, conviene profundizar en la espiritualidad de Luis Even y de su Obra, porque en efecto, sin esta fe sólida en Dios y sin su inmenso amor al prójimo, Luis Even jamás habría emprendido esta obra de educación al pueblo de Dios.

Luis Even fuen un hombre muy espiritual y de un profundo sentido lógico, más bien había llegado hasta las cuestiones esenciales, como ¿cuál es la finalidad de la vida?  La respuesta es evidente para los que ya tienen la fe: ¿Para qué fuimos creados por Dios?

Dios nos ha creado para que le conociéramos, le amáramos, y fuéramos felices con Él en el cielo, por toda la eternidad.

Ciertas personas desearían que SAN MIGUEL no hablara más que de los problemas económicos o sociales, sin religión y otros querrían que SAN MIGUEL no hablara sino sólo de religión, sin tocar los temas económicos y sociales que competen al hombre y a todo hombre.  Para aclarar esto, debemos comprender que todos tenemos un cuerpo y un alma,  y aún si estamos de paso por esta tierra material, nuestro destino verdadero es espiritual, es decir, vivir en unión con Dios en el cielo, por toda la eternidad.  Los bienes materiales son un medio; el verdadero fin es Dios.  La razón de ser de toda la creación es la de dar gloria a Dios.

Sin embargo, aún si nuestra verdadera meta es espiritual, no hay que olvidar que es sobre el amor al prójimo que seremos juzgados:

"Luego dirá a los de la izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron.  Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo"  (San Mateo 25, 41-46)  

Hoy en día, existe la urgencia de distinguir entre fines y medios, y esto es el reconocer que somos criaturas y que Dios es el Creador, que nosotros tenemos necesidad de la ayuda de Dios, y que no puede haber justicia sin Dios:  "Si Yahvé no construye la casa, en vano se afanan los constructores" (Salmo 127, 1).  Sin Mí, nada pueden hacer. (San Juan 15, 5).

Esto quiere decir también que si no se está en estado de gracia, en estado de amistad con Dios, nada puede hacerse de bueno, y Luis Even tenía plena conciencia de eso.  Es por eso que SAN MIGUEL no duda en denunciar a todo lo que pueda separar al hombre de Dios y de hacerle caer en el pecado y le proporciona la formación sobre los medios de santificarse:  frecuentación de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía, de la oración, del apostolado, de la protección con los sacramentos, etc.

Los bienes materiales, por ellos mismos no pueden aportar al hombre la felicidad, porque Dios tiene dentro del corazón del hombre una sed de lo infinito, que sólo un ser infinito –Dios—puede llenar:  "El hombre no vive solo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Deuteronomio 8, 3), San Agustín, después de haber vanamente buscado la felicidad entre los placeres de este mundo, fue finalmente tocado por la gracia –entre otras gracias, por las oraciones de su santa madre Mónica y pudo declarar con conocimiento de causa:  "Tú nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón no estará quieto hasta que no repose en Ti".

Luis Even ha tenido no solamente el genio para explicar su Fe Católica, sino también el corazón para hacerlo conocer a otros.  En efecto, él ponía ya entonces, en práctica la enseñanza de la Iglesia sobre el papel de los fieles laicos (laicos consagrados), treinta años antes de que este papel sea definido por el Concilio Vaticano II, renovar todo el orden temporal, para que esté conforme al Evangelio, al orden establecido por Dios.

Luis Even era un gran Católico, que provenía de una familia excepcional, era el catorceavo de una familia de dieciséis hijos;  seis  de sus hermanos y hermanas se hicieron religiosos, y él mismo se hizo Hermano de una Orden Cristiana en 1902, a la edad de 17 años.  

Llega al Canadá en 1903, cuando los religiosos fueron expulsados de Francia por un gobierno anticlerical.  Enseña en Montana, Estados Unidos, después en la región de Montreal, hasta 1920, cuando fue relevado de sus votos porque se volvió sordo, y en esos tiempos no había aparatos médicos para su problema.

Pero Dios tenía sus designios sobre Luis Even, él iba a ser el fundador de una Obra, única en el mundo, los "Peregrinos de San Miguel", y sus enseñanzas se extenderían a los cuatro rincones del mundo, por los periódicos SAN MIGUEL, MICHAEL en ingles, MICHAEL en polaco Y VERS DEMAN en francés, por los millones de suplementos distribuidos alrededor del mundo traducidos al momento a más de ocho idiomas y por sus misioneros esparcidos en el Globo.

Luis Even murió el 27 de septiembre de 1974 (fiesta de San Vicente de Paul, patrón de las obras de la caridad), pero sus escritos son tan luminosos que siempre están de actualidad aún después de treinta años de su muerte.  Siempre lo estarán, porque sus enseñanzas sobre la Doctrina de la Iglesia en particular de la Doctrina Social se aplica a toda situación económica posible, y sus principios permanecen válidos en todo tiempo.  Es por esto que SAN MIGUEL, no se cansa de publicar  y republicar sus artículos: aún cuando pueden haber sido escritos hace varias décadas:  se diría que han sido escritos recientemente,  es tanta su actualidad y vigencia.  Es la prueba de que las enseñanzas de nuestra Iglesia son una verdad que trasciende toda época.  

En particular los escritos de Luis Even sobre Democracia Económica son tan luminosos que llevan a la gente a su conversión.  Nuestro Señor había dicho en 1938 a Sor Faustina Kowaslka "Deseo que se funde un periódico con palabras nuevas para convertir a los ateos y materialistas, para hacerles ver a Dios a través de las maravillas de su creación".

Dios ha creado al hombre con necesidades materiales, pero también ha puesto en la tierra todo lo necesario para satisfacer sus necesidades.  Si millones de seres humanos no tienen de qué nutrirse, vestirse, o dónde vivir, no es para nada culpa de Dios, sino de un mal sistema financiero y de los que lo controlan—que no permiten una justa distribución de los bienes creados por Dios para todos los hombres.

ORIGEN

Desde su origen como Peregrinos de San Miguel Arcángel en 1961 y su Instituto para la Justicia Social "Louis Even", fundado en 1937, se definieron a sí mismos como comunidad, esto es, una comunidad formada principalmente por laicos, con la ayuda de Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, de varias partes del mundo, que quieren vivir el sentido de Iglesia como misterio de comunión. Trabajan en esta Misión, para promover el desarrollo de un mundo mejor, una sociedad más Cristiana, a través de la difusión y de la implementación de las enseñanzas de la Santa Iglesia Católica, en todo sector de nuestra sociedad.

Son una comunidad de fe, esperanza y caridad pero no para el servicio exclusivo de sí misma, sino para servir a los demás. No quiere ser lámpara escondida, sino luz de la tierra, de nuestra sociedad, de las estructuras y de los diferentes ámbitos de la vida social, para que, desde la fe en Cristo, Señor de la historia, se trate de hacer vida la fe y así contribuir a construir el Reino de Dios. 

 "Los laicos tienen como vocación propia el buscar el Reino de Dios ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios... A ellos, de manera especial, les corresponde iluminar y ordenar todas las realidades temporales a las que están estrechamente unidos, de tal manera que éstas lleguen a ser según Cristo, se desarrollen y sean para alabanza del Creador y Redentor." (CIC 898)

En los Peregrinos de San Miguel se cree que la fe puede cambiar realmente la conciencia, el corazón y la conducta de los seres humanos, trayendo nuevas maneras de pensar, sentir y actuar en la vida personal y social. 

Lo que realizamos es, sencillamente, dar a conocer el Magisterio social de la Iglesia, al mismo tiempo que intentamos adaptarlo y aplicarlo, sin reduccionismos ni ambigüedades, a nuestra historia y circunstancias concretas.

LA Agrupación

La forman hombres y mujeres, jóvenes, solteros, matrimonios y familias que sienten el llamado a vivir en común-unidad, dispuestos a prepararse para promover el desarrollo de un mundo mejor, una sociedad más cristiana, a través de la vivencia diaria de los principios del Evangelio y de la difusión y  la implementación de las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia Católica. 

"Los laicos, además, juntando también sus fuerzas, han de sanear las estructuras y las condiciones del mundo, de tal forma que, si algunas de sus costumbres incitan al pecado, todas ellas sean conformes con las normas de la justicia y favorezcan, en vez de impedir, la práctica de las virtudes. Obrando así, impregnarán de valores morales toda la cultura y las realizaciones humanas." (CIC 909)

SU objetivo

Es promover el desarrollo de una sociedad más cristiana en donde se viva con dignidad de ser hijos de Dios, mediante la difusión de las enseñanzas de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana renovando con esto el orden temporal para darle cabida al plan de Dios.

Trabajar en la búsqueda de soluciones concretas para que reine la justicia social conforme a las enseñanzas del Evangelio y los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. "La sociedad humana tiene que ser considerada, ante todo, como una realidad de orden principalmente espiritual: que impulse a los hombres, iluminados por la verdad, a comunicarse entre sí los más diversos conocimientos; a defender sus derechos y cumplir sus deberes; a desear los bienes del espíritu; a disfrutar en común del justo placer de la belleza en todas sus manifestaciones; a sentirse inclinados continuamente a compartir con los demás lo mejor de sí mismos; a asimilar con afán, en provecho propio, los bienes espirituales del prójimo. Todos estos valores informan y, al mismo tiempo, dirigen las manifestaciones de la cultura, de la economía, de la convivencia social, del progreso y del orden político, del ordenamiento jurídico y, finalmente, de cuantos elementos constituyen la expresión externa de la comunidad humana en su incesante desarrollo." (Juan XXIII, Encíclica Pacem in Terris, 36)

"SAN MIGUEL" es una revista de patriotas católicos, que también tiene que ver con una reforma económica, a través de una "Nueva Economía" o "Democracia Económica". ¿Por qué? ¿Que tiene que ver esto con la religión? alguien se preguntará. El sistema de Democracia Económica no es más que un método, una forma de aplicar la Doctrina Social de la Iglesia, la cuál es parte integral de las enseñanzas de la Iglesia Católica. Por consiguiente, la revista "SAN MIGUEL" no se aleja de su primer objetivo que es el promover el desarrollo de una sociedad más Cristiana mediante la difusión de la enseñanzas de la IglesiWWa Católica, Apostólica y Romana.

Si la Iglesia interviene en materias sociales y ha desarrollado una serie de principios que han sido llamados "Doctrina Social de la Iglesia", es esencialmente porque, tal como el Papa Benedicto XV dijo, "es en el campo económico en el que la salvación de la almas está en juego". Su sucesor inmediato, el papa Pío XI, también escribió: "Puede decirse, con toda verdad, que actualmente las condiciones de la vida social y económica son tales, que extensas multitudes de hombres no pueden prestar atención a lo que verdaderamente es esencial y necesario, esto es, su salvación eterna". (Carta encíclica, Quadragesimo Anno, 15 de mayo de 1931).

Pío XII utilizó palabras similares en su programación de radio del 1 de junio de 1941: "¿Como puede la Iglesia, como Madre amorosa que se preocupa por el bienestar de sus hijos permitirse el permanecer indiferente cuando vemos sus privaciones, permanecer en silencio o pretender no ver y no entender las condiciones sociales que, voluntariamente o no, hacen difícil y prácticamente imposible una conducta cristiana en conformidad con los Mandamientos del Soberano Dador de la Ley?" Y del mismo modo se expresan todos los Papas, incluyendo actualmente a Benedicto XVI.


EN ESTA ERA DE ABUNDANCIA

La Misión de los Peregrinos de San Miguel Arcángel encuentra mayor acogida e interés cuando el escenario social, político y económico en el mundo se oscurece aún más. Hoy, en un mundo donde "Abunda" la ignorancia religiosa, donde se suporponen la ola destructiva del postmodernismo, del capitalismo salvaje y del gansterismo político de la gente, quienes con métodos inescrupulosos, ávidamemente pelean por el poder y la ganacia fácil, se debe promover el desarrollo de las virtudes cristianas opuestas a las enseñanzas del mundo actual, viviendo la radicalidad del Evangellio.