El hombre libre no es aquel que piensa que todas las opiniones son igualmente verdaderas o falsas: eso no es libertad, sino debilidad mental. El hombre libre es aquel que ve los errores con la misma claridad con que ve la verdad...

Si un hombre cree sinceramente que tiene el mapa del laberinto, éste debe mostrar igualmente los buenos y los malos caminos. Debería ser capaz de imaginar el panorama completo de un error, la lógica completa de una falacia.