PREOCUPACIÓN MUNDIAL POR EL INCREMENTO DE ADICTOS AL INTERNET

¿Se imagina a unos padres que dejan morir desatendido a su hijo de tres meses mientras ellos se pasan el día enganchados a los juegos en Internet? ¿Y a un joven de 22 años que asesina a su madre por censurarle ésta su adicción al ordenador? Son casos aislados, pero reales. Han ocurrido en Corea del Sur, uno de los países más avanzados tecnológicamente. Su situación, extrema, refleja un problema de alcance mundial: la adicción a las nuevas tecnologías.

Con una población de casi 49 millones de habitantes, Corea del Sur –uno de los países más avanzados tecnológicamente tiene entre sus ciudadanos a más de dos millones de adictos a Internet, y más de una cuarta parte de la población adolescente (26%) está enganchada a los juegos de red.

Así lo ha anunciado el Gobierno coreano, preocupado por la situación de un país que cuenta con banda ancha en el 90% de los hogares y en el que operan numerosos cibercafés que no cierran nunca. Por eso, las autoridades han puesto en marcha medidas para prevenir y paliar estas conductas adictivas; así, han pedido a los proveedores de juegos que exijan identificación a los usuarios para cerciorarse de la edad y estudian aplicar un'toque de queda'–entraría en vigor a finales de año- para que, a partir de las 12 de la noche y hasta las 8 de la mañana, los menores de 18 años no puedan conectarse a determinados juegos'on-line'.

Ansiedad, estrés, distorsión

En las escuelas se cuenta ya con asesores y especialistas que enseñan a los niños cómo usar correctamente las nuevas tecnologías; y las propias compañías de juegos –la célebre Nexon, por ejemplo- trabajan en la puesta en marcha de medidas que eduquen en el uso y no el abuso del ocio tecnológico.

Y mientras que Corea del Sur o China han asumido con rapidez el problema de la adicción al Internet –calificándola incluso de salud pública- otros países como Estados Unidos –donde casi el 10% de los usuarios de Internet sufre problemas de adicción- han reaccionado más lentamente.

El pasado año la doctora Hilaire Cash y la trabajadora social Cossette Rae pusieron en marcha Restart, el primer centro estadounidense de desintoxicación de las nuevas tecnologías. Situado en Washington, tiene como objetivo recuperar las habilidades sociales y el autocontrol de quienes han entregado su voluntad a los teclados. Mediante un programa de 12 pasos y a través de terapias con animales, actividades deportivas y asistencia individual, trata de devolver una vida normal a los jóvenes y adultos afectados.

Y es que las consecuencias de la adicción a Internet, a los móviles o a los juegos de ordenador son casi igual de devastadoras que las producidas por las drogas. "Ansiedad, estrés o distorsión del pensamiento" son sólo algunos de los problemas que puede provocar la ciberadicción, asegura la psicóloga Carmen Valle, profesora de la Universidad CEU San Pablo de Madrid.

Además, las relaciones sociales se ven fuertemente alteradas: la persona se aísla, desatiende a la familia y a la pareja en el caso de adultos y desafía a los padres en el caso de niños y adolescentes. Los adictos reducen las actividades de ocio y el contacto con los amigos e incluso ponen en peligro los estudios o su puesto de trabajo.

Descuidan su higiene, cambian los hábitos de sueño y descanso y sufren irritabilidad y nerviosismo cuando no pueden realizar la actividad a la que están enganchados. "Hay jóvenes que duermen con el móvil en vibración para no perder ninguna llamada o mensaje durante la noche", asegura el experto en adicciones digitales Juan Manuel Romero.

Síndrome de abstinencia

Las mismas conclusiones se desprenden del estudio A day without media (Un día sin tecnología) realizado en la Universidad de Maryland. 200 estudiantes de entre 18 y 21 años fueron sometidos a un día de desconexión. ¿Los resultados? Síndromes de abstinencia –ansiedad y bloqueo mental- similares a los que provoca la adicción al alcohol. Se sentían indefensos e incómodos sin sus ordenadores o móviles, creían haber perdido su vínculo con la realidad, con sus amigos y familiares y sentían que estaban "renunciando a su vida social".

Los expertos alertan: la proliferación de las relaciones virtuales puede perjudicar el desarrollo de un mínimo de inteligencia emocional y de la capacidad de comunicarse'cara a cara'en la vida cotidiana.


Síntomas

Según el centro de desintoxicación Restart, la identificación con tres o cuatro de los siguientes síntomas sitúa a la persona en situación de abuso. Cinco o más síntomas indican una clara adicción.

1 Aumento del tiempo empleado en Internet o juegos de ordenador.

2 Intentos fallidos de controlar el comportamiento.

3 Sentimiento creciente de euforia mientras desarrolla actividades tecnológicas.

4 Sentimiento de ansiedad por pasar más tiempo delante del ordenador.

5 Rechazo de la familia y los amigos.

6 Nerviosismo cuando no puede utilizar las nuevas tecnologías

7 Mentiras o engaños hacia otros.

8 El uso de Internet o de los móviles interfiere con su trabajo y su vida diaria.

9 Sentimientos de culpabilidad, vergüenza, ansiedad o depresión por su comportamiento.

10 Cambios en los patrones de descanso.

11 Cambios físicos como pérdida o aumento de peso, dolores de espalda y/o cabeza y síndrome del túnel carpiano.

12 Abandono de otras actividades de ocio.


La anorexia y la bulimia reinan en el Internet

A través de páginas conocidas como'proana'y'promía', los adolescentes –sobre todo las niñas- pueden encontrar peligrosísimos consejos para perder peso rápidamente, trucos para esconder la comida sin que los padres se den cuenta e incluso formas de olvidar el hambre. Estas páginas, que se cuentan por centenares en la red, promueven la delgadez extrema como forma de vida y causan estragos entre los jóvenes que pueden estar acabando con su salud desde el salón de su casa y sin que sus padres se den cuentan. Así lo denuncia la organización Adicciones Digitales, que ha puesto en marcha una campaña informativa para ayudar a padres y educadores a evitar el contacto de los más pequeños con esos nocivos contenidos.