Se calculan en el mundo, cerca de 5 mil monedas comunitarias, alternativas, de diferentes modalidades, casi todas autónomas, al margen de los gobiernos. Lo mismo en países ricos que en los más pobres. Una de ellas es el Túmin, en México, con más de 2,500 asociados desde 2010 a 2022.

Son mercados alternativos basa-dos en la confianza y en la solidaridad. Casi siempre surgen por la falta de dinero, y para sumar fuerzas entre productores y comerciantes, resistiendo juntos el monopolio de las grandes empresas transnacionales.

Algunos crean papel moneda, como el Túmin (T), que se distribuye gratuitamente a los participantes. Otros organizan Bancos del Tiempo, para intercambiar servicios. Y la mayoría, sobre todo en Europa, utiliza "tarjetas contables" o "de reciprocidad", en papel o digitales, donde se registran las ventas y compras de cada participante, tal y como se des-cribe en la "La isla de los náufragos".

Ahí, Louis Even plantea una solución a la pobreza de "Crédito Social" para todos los países, mientras que las monedas comunitarias funcionan en colectivos locales, como una pequeña práctica de autogobierno y Crédito Social de lo que puede ser a nivel mundial.

Fortalecen la economía local, pero también la organización ciudadana; y crean consciencia del sistema financiero mundial basado en la escasez y en la deuda, donde los países y los individuos carecen de soberanía monetaria para proveerse sus propios instrumentos de intercambio, como el dinero.

Las monedas locales plantean una alternativa diferente y hasta contraria al sistema imperante: ante el individualismo, se plantea el bien común; ante la competencia, se busca la cooperación; ante la avaricia, se quiere compartir. Se proponen nuevos modelos de producción que no dañen a la naturaleza ni exploten a la gente; así como nuevos hábitos de consumo para una vida sana. Incluso, en el Túmin, se bus-can compañeros y no clientes, nuevas relaciones que no se basan en el negocio sino en la ayuda mutua.

A todo esto, se la ha llamado "Economía Solidaria". Aquí los propios ciudadanos controlan parte de su economía al margen de los gobiernos, algo que a los "dueños del mundo" no les interesa.

Es que, mientras no haya una verdadera democracia, donde el gobierno sea el propio pueblo con otras formas de hacer política, las monedas locales continuarán construyendo por la vía de los hechos el Crédito Social que necesita la gente.

Mientras existan monopolios con su injusta distribución del dinero, seguirán floreciendo dineros alternativos. Y lo que necesitan estos dineros como el Túmin, son productos y servicios, que es el verdadero respaldo del dinero, no el oro, como bien lo explica Louis Even.

Claro, también existen dineros al-ternativos que son más de lo mismo: deuda, especulación y estafa.

En efecto, han proliferado diversos dineros digitales, privados, como el Bitcoin, también al margen de los gobiernos, pero no para distribuir mejor la riqueza sino al contrario, para enriquecerse y acaparar el dinero con la especulación, donde sólo se compra y vende la moneda misma, respaldada principalmente por el dólar estadounidense.

Por su parte, los "dueños del mundo", ese puñado de magnates que poseen y controlan los bancos, los medios de comunicación, las industrias, la tecnología, las instituciones internacionales, los gobiernos nacionales… planean un "reseteo global", donde "nadie poseerá nada y todos serán felices", caracterizado por el monopolio del dinero digital.

Hablan de una renta universal, donde todos tendrán su dinero controlado por los bancos. Dinero que harán aún más indispensable para sobrevivir y con ello manipularán, como ya lo hacen, la conducta de la gente. Así se adueñan de todo el dinero, de toda la producción, de toda riqueza planetaria, y de las personas. Son los dueños del mundo.

Es un plan de control social, no de Crédito Social. Pero ya no les mueve la ambición del dinero, ¡ellos lo crean!, y tienen más de lo que pueden gastar. Si ahora lo acaparan, es para aumentar su poder… es el llamado "estado profundo".

Para la economía solidaria, el dinero es un instrumento de intercambio; y para los "dueños del mundo" es un instrumento de dominación.

Ante esta realidad, el Túmin ya se extiende en 20 estados de México y en algunos otros países, organizado en 5 regiones autónomas.

Es una iniciativa ciudadana que resta poder a las monedas oficiales y a los dueños del mundo. Cada vez que se usa un Túmin, el dinero oficial dejó de usarse y dichos magnates pierden un pedacito de control.

Cada vez que se usa una mo-neda alternativa como el Túmin, es la gente común la que se empodera y construye un futuro más humano y justo. Un modelo económico de abundancia para todos y no de escasez: abundancia de productos y servicios, abundancia de dinero, y satisfacción de necesidades.

                                               Juan Castro Soto